Capítulo 38.- Primeras impresiones

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Ya pasaron tres días desde que hablamos sobre el asunto, sinceramente es que estaba ansiosa de asistir a ese baile mañana junto a Asher, vestidos tan increíbles que lo pasaremos muy bien. Aunque con Asher hemos sido muy cursis, tenemos una tensión sexual de la puta ostia, joder es que quiero empotrarlo, se ve tan sexy sudado, de rodillas obedeciéndome mientras lame hasta mi alma y me hace temblar, acariciando mi cadera tan lento que sólo dan ganas de suplicar por más, esa mirada que me empapa toda (y no sólo por su mirada), esa mezcla de comentarios cursis y a la vez tan dominantes hasta que se corre y se vuelve un osito amoroso, aunque si se corre antes me hace correr para estar mimándonos después. Joder, ¿cómo no amarlo? Tendré que buscarlo en google, ya me imagino el resultado:

'Tienes cáncer, no sé por qué lo buscas cuando sabes que siempre recetaremos un buen ataúd de amazon a un increíble precio (y envíos gratis) o también podemos recomendar páginas webs sobre la enfermedad, cómo curarla según médicos o gente anti-vacunas o también puedes ver vídeos sobre cómo engañar a la muerte matándote a ti mismo o viendo imágenes escalofriantes que vas a llorar por el poco tiempo que te queda. Buen día :)'

Sería muy gracioso. Nota mental: nunca me dejéis entrar en la compañía de google.

–¡Emma! –exclamó Estephany, acompañada de su hermana y el chico sin nombre que ya por fin tiene nombre, acercándose corriendo para abrazarme con fuerza.

Es verdad, estamos en la hora de lectura esperando a que nos recoja Alice, ya que el profesor de la última hora a faltado y nos han dejado salir antes por ir a batxillerato.

–Chiqui, me estás ahogando –hablé fingiendo que me ahogaba, que al soltarme nos reímos juntas.

–Dios, cuanto tiempo, te echaba de menos, desde que habló Alex con nosotras sobre eso y tú se la jalaste a un chico en la biblioteca no nos hemos vuelto a ver.

Noté cómo se ahogaba con su saliva Asher, dándole palmadas y notando la mirada traviesa de los demás hacia mí, sabiendo al instante que ese chico era él.

–Ya veo que resultó bien –habló Carla, dándome un codazo y notando cómo mis mejillas se ponían rojas.

Osea no tengo que sacarme los ojos para notar que estoy roja, osea noto un calor en mis mejillas que... Que coño, si estoy en mi mente, ¿por qué me explico a mí misma? Cada día más subnormal.

–Pues sí, bueno, somos pareja y nos queremos –respondí, mirándome Asher con el ceño fruncido.

–No nos queremos, nos amamos.

–Queremos –corregí, los dos cruzándonos de brazos y mirándonos seriamente.

–Te amo beach.

–No se dice beach, es 'bitch'.

–¿Y qué mierda he dicho?

–Me acabas de llamar playa.

Intentamos mantener las risas, pero fue imposible cuando empezaron a reírse mis amigos, contagiándolo a nosotros hasta que casi nos quedamos sin aliento y casi morimos. Un apodo la mar de divertido e intrigante, eh.

–Bueno, ¿qué mierda hacéis aquí putos? –pregunté cuando se calmaron las risas, sin superar la playa.

Ya no la voy a ver de la misma forma.

–Estamos esperando al padre de Josué ya que viene a recogerlo y preferimos esperarle y que nos lleve, ¿vosotros?

–Esperando a que nos recoja mi cuñada.

–Estamos en las mismas entonces 'playa' –bromeó Josué, más conocido como el 'chico nuevo 1.0'.

Bromeamos unas cuantas veces más mientras seguíamos esperando, hasta que vi un hombre acercarse a nosotros que, al girarse Josué, le saludó.

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