INSOPORTABLE

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Ministerio de Magia

(Blaise, Daphne y Ginny)

-¿Cómo es que ellos... – comenzó la pelirroja apenas aquella inusual pareja se alejaba de ellos

-No tengo la más mínima idea – murmuró Hermione – ¿Y Zabini?

-Ni idea, dijo que descansaría sus pupilas de lo que sea que ellos tenían – le imitó –

-Bien, te daré tú guarida y después la suya a Zabini – se rasca la cabeza –

-¡No gracias! – gritó llegando hasta ellas – ya se los dijimos y lo sostenemos

-Zabini...

-Blaise – le pone un dedo en los labios a Hermione – sólo me dicen mi apellido cuando me regañan, y no, no lo quiero sólo llevaré a Daph a su mansión en el mundo mágico – levanta el tono de voz apenas ve que Hermione tomaba aire para contestar – ¡Que está súper bien vigilada!

-Herm – la pelirroja le tocó el brazo – creo que perderías tú tiempo si intentas convencerle de lo contrario

-¿Vez? – la señala dándole la razón – me ha visto dos veces y ya me conoce – le sonríe empujando a ambas hacia la oficina del morocho – porque no sólo le das su guardia y ya

La castaña rodó los ojos entrando de nuevo a la sala, antes de pasar señaló la guardia que cuidaba la puerta.

-¿Está de turno? ¿Podría llevar a la prometida del señor Potter hasta su casa y esperar ahí?

-Por supuesto señorita Granger – asintió –

-Ginny, te vas con él – entró a la sala –

Valle de Godric

(Ginny)

Tronó su cuello en cuanto aparecieron al final de la calle que daba hacia la casa de Harry.

-No es necesario que se quede – informó – la casa de mi prometido tiene suficientes protecciones

-Me sentiría terriblemente ofendido que no me invitaras a tomar una taza de café – murmuró esa siseante y burlona voz a su espalda –

-¡¿Blaise?! ¡¿Cómo?! ¡¿A qué hora?!

-Termina una de las preguntas aunque sea cariño – le toma del codo haciéndola caminar – aunque estoy muy seguro de mis habilidades, prefiero no ponerte en peligro quedándonos a discutir a media calle

-¡Suéltame Zabini! – forcejeó hasta librarse de él – ¡¿Cómo diantres llegaste aquí?!

-Llegué contigo – sonrió – un pequeño hechizo de ilusión creado por tu servidor y uno de confusión para él empleado de Potter – se lleva una mano a la barbilla – ahora veo cómo es que se les coló aquel intruso

-¡No ofendas!

-No los ofendo – levanta las manos inclinando su cabeza en agradecimiento cuando la pelirroja le cedió el paso a su casa – pero ¿No te parece irónico? Se supone te tenía que cuidar

-Se supone que tú llevabas a Daphne

-Ella se sabe cuidar perfectamente igual que cualquiera de nosotros – bufa dejándose caer en el sillón – ¿Qué hay de cenar?

-¡Eres insoportable Zabini! – le gruñe – no planeo prepararte la comida, después de que te auto invitaste, no esperarás que te atienda

-Diría normalmente que no pero ¿Dónde ha quedado tú hospitalidad Ginebra?

-En mi casa – responde sarcástica sentándose en el sillón enfrente de él –

-Bueno – se levanta de un salto – entonces haré yo de comer

-Si claro – bufa –

-¿No me crees capaz de cocinar algo por mí mismo?

-Sin romper nada – niega chasqueando la boca – no

-Te sorprendería – ladea una sonrisa caminando hasta la cocina

-Además, la cocina de Harry es muggle – mencionó levantándose para ir tras él y evitar un desastre –

-¿Y eso qué? –

-Que su real majestad no sabrá usarla

Prendiendo una hornilla volteó a verla socarronamente antes de dar la vuelta y comenzar a hurgar por todas las estanterías.

Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora