-¡Señorita Granger!
-Necesito que me escuches con atención – siseó la castaña callando a su secretaria colocando la mano frente a ella – el jefe de Aurores no tiene nada más que hablar conmigo – pasó de largo dejándola con la boca abierta –
Tras su primera impresión se acercó de nuevo a ella quien se encontraba tras su escritorio
-¿Señorita Granger? – retorcía sus manos frente a ella – ¿Se encuentra bien? ¿Necesita algo?
-Aquí esta lo que buscaba – leyó el expediente y se lo tendió – necesito que lo contactes de inmediato
-Tiene varios casos que atender – se acomodó las gafas – es de los mejores que tenemos, se le han asignado algunos en los usted iba a trabajar antes de que los acontecimientos sucedieran
-No me interesa que tan ocupado esté, libéralo y mándalo con Potter – musitó – yo me encargo de su trabajo
-Pero... pero
-Pero nada – levanta la mano poniéndose de pie – el señor Potter y el señor Weasley no pueden entrar a mi oficina bajo ningún motivo – suspiró masajeando sus sienes – él – señaló el expediente – es la única persona que tendrá contacto conmigo si necesitan de algo, aunque dudo que después de la plática que tuvimos el día de hoy nos vuelvan a molestar
-Señorita Granger – elevó un poco más el tono de voz –
-¿Qué sucede? – respiró profundamente con los ojos cerrados –
-Venían a verla – señaló a una rubia con un permanente en la cabeza y un traje verde que se podía notar a kilómetros –
-Hubieras comenzado por ahí – musitó entrecerrando los ojos – Rita – se acercó la castaña tendiéndole la mano – no te había visto hace tiempo
-Siempre persiguiendo las mejores noticias – canturreó emocionada por la escena que acababa de contemplar – y esta vez ando tras un rastro grande
-¿Y me necesitas a mí? – niega divertida la castaña – me temo que no soy del tipo de lectura que le agrada a tu público
-Tienes razón – asiente – pero ha llegado a mis oídos el rumor de que tal vez tengas alguna pequeña aventurilla con el heredero de la familia Malfoy – sus ojos brillaban tratando de descifrar la expresión de la castaña – ¿Es eso cierto? Puedo deducir que hay algo de acertado en ello por el rubor en tus mejillas
-Pasa Rita – hace un ademán con la mano mirando a los lados, aunque por supuesto estaba vacía la oficina, nadie sabía que ese día iba a asistir –
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Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)
FanfictionEl grito desgarrador dio tiempo para que esa persona desapareciera frente a los aurores. -no, no, no - se acercó corriendo cayendo casi sobre él - por favor cariño mírame - tomó su rostro pero el hechizo había sido fulminante - ¡MÍRAME! -¡Sáquenlos...