(Ron & Daphne)
-Disculpa la tardanza – sonrió la rubia dándole un beso al pelirrojo – mi hermana no quería que la dejara sola
-Lamento que te haya presionado tanto para vernos el día de hoy – asintió tomándole la mano –
-Sé que te he dejado un poco atrás en todo – niega – pero mi hermana...
-Hey... – le toma el rostro – conmigo no debes disculparte por estar con la familia, esas son cosas muy importantes para mí también
-Pero ahora quiero que tú seas mi familia – niega – Astoria se curará... o no – musitó muy muy bajo que Ron apenas y logró escucharlo – y ya sea que haga vida aquí o en otro lado yo también debo escoger mi propio camino
-Y quiero estar en él Daphne...
-Te aseguro que lo estarás – acarició su mejilla –
-Te cité aquí con urgencia por algo – apretó la mano en su mejilla – esto... esto será peligroso
-¿De nuevo? – sonrió contenta por primera vez en semanas – ¿Cuándo dejara de ser sorpresa que siempre anden metidos en problemas? – ladeó la cabeza con una adorable media sonrisa –
-Eso es algo que llevo preguntándome todos estos años – rueda los ojos – nadie me puede contestar eso
-¿Qué tan peligroso es? – por fin se atrevió a preguntar Daphne mordisqueando el lateral de una de sus uñas –
-Mucho – admitió Ronald –
-¿Esta es una clase de... despedida? – musitó en un susurro –
-Espero que no – acarició su mejilla – ¿Entonces...aún tienes hambre?
(Pansy & Blaise)
-Gracias por estar aquí conmigo... de nuevo – suspiró acurrucándose sobre su pecho –
-Siempre estaremos el uno para el otro – frotó su brazo – siempre
-Siempre nos hemos tenido en los buenos momentos Blaise – se levantó sobre su codo observándole – en los mejores
-Y en los peores – acomodó un mechón de cabello tras su oreja – aunque nada se va a comparar a lo que vamos a pasar
-¿De verdad le tememos más a ellos que al Lord? – se estremeció – es estúpido...
-No tienen ya nada que perder – le sonríe – los hace extremadamente peligrosos
-Tú tampoco tienes nada que perder
-Te equivocas Pansy – toma su rostro sentándose junto a ella – no puedo perderte a ti
-No lo harás... jamás podríamos perdernos – acarició su rostro – pero tenemos derecho a estar con quienes queremos – posó su mano en el corazón – no con nuestro premio de consolación
-Jamás podría llamarte un premio de consolación
-Sé que debajo de esa promiscuidad eres todo un caballero Zabini – sonrió – pero también sé que no soy la persona con la que te gustaría pasar la última noche
-No va a ser...
-Eso no lo sabemos – le dio un corto beso – y podremos arrepentirnos de cualquiera de nuestros actos mañana por la mañana... si tenemos suerte
-No hay manera...
La pelinegra le extendió un pergamino con una sonrisa en el rostro.
-Simplemente adelanté tu regalo de cumpleaños – le sonrió – y ahora anda, que se te hace tarde.
(Luna & Theo)
-Es increíble – musitó Theodore anonadado con la vista mientras abrazaba a la rubia junto a su cuerpo –
-Te dije que mi hogar tenía cosas increíbles – le besó la mejilla regresando su mirada al cielo estrellado –
-Tienes razón, esto es mil veces mejor que estar en mi mansión – aceptó –
-Lo sé – contestó distraídamente – aunque... estoy preocupada
-¿Por la misión de mañana?
-Ustedes son muy valientes al enfrentarse por Draco y Hermione – acarició su mejilla – pocas cosas he visto así de valerosas en mi vida, pero esto no terminará bien
-¿De qué estás hablando?
-Los nargles... y esas pequeñas criaturas de las que la mayoría no cree – posa sus alargados dedos sobre los labios del pelinegro antes de que la interrumpa – me susurran cosas y no me gusta lo que dicen
-¿Por qué? – la atrae contra sí – no dejaré que nada te suceda Luna
-No es de mí de quien tengo miedo – niega cerrando los ojos – sólo sé que este enfrentamiento terminará en tragedia y lazos de sangre se romperán en mil pedazos – termina su frase entre bostezos y con una triste y solitaria lágrima recorriendo su mejilla –
-Espero que te estés equivocando – musitó Theo perdiendo su mirada en la inmensidad del manto estrellado sobre su cabeza –
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Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)
FanfictionEl grito desgarrador dio tiempo para que esa persona desapareciera frente a los aurores. -no, no, no - se acercó corriendo cayendo casi sobre él - por favor cariño mírame - tomó su rostro pero el hechizo había sido fulminante - ¡MÍRAME! -¡Sáquenlos...