ARREBATO

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-¿Qué? – el rostro de Harry se descompuso por aquel pequeño grito y ese peligroso brillo que de pronto apareció en sus ojos –

-Astoria dejó que la tocaras – se acercó a él casi eufórico – esa historia que te contó no fue cierta – se golpeó la frente como si todo fuera demasiado obvio – todo lo que te dijo está fríamente pensado Potter

-No entiendo de qué demonios estás hablando – le tomó de los hombros – cálmate

-Entiende algo Potter – quita las manos de sus hombros comenzando a pasear por la oficina – Rabastan, el hermano del esposo de mi tía Bellatrix es una bestia absoluta – respira tratando de calmar la velocidad de sus pensamientos – su especialidad es la caza de personas y no sólo por mandatos del señor obscuro lo hacía, de ahí amasó una gran fortuna – hizo una pausa –

-No entiendo porque eso tiene relevancia en la situación de Astoria – se cruzó de brazos entendiendo cada vez menos –

-Porque el cazaba a cualquier persona que le pedían si le llegaban al precio – respira profundo volteando a ver a Hermione – me incomoda un poco decirlo frente a ti cariño

-Estoy bien – susurró Hermione frotándose los brazos por la intensidad de la mirada de Draco –

-Una vez que el probó lo mucho que le gustaba... uhm.... violentar a las mujeres comenzó a hacerlo por gusto

-Y esto importa porque....

-Porque después de eso Rabastan Lestrange jamás dejó ir viva a ninguna otra mujer – apretó los hombros de Harry de nuevo, comenzando a dejar un rastro de dolor – y no me refiero a su vida precisamente – se centró en los ojos esmeralda de Harry – cada mujer que tenía la desgracia de caer entre sus garras no salía intacta

-Esa historia sería increíble para desconfiar de Astoria si no fuera por el maldito estado en el que llegó – le apartó las manos de manera brusca, no le gustaba la manera en que el rubio comenzaba a descontrolarse –

-¡Me refiero a que sus violaciones son brutales Potter! – rugió sobresaltando hasta a Hermione – es una puta marca que no se quita – entrecerró los ojos con rabia contenida – no hay manera que después de que Rabastan le haya puesto la mano encima deje que alguien más se acerque a ella – comenzó a masajear sus sienes – especialmente los hombres

El silencio reinó por algunos minutos.

-Siguen siendo suposiciones Draco – suspiró pesadamente dejándose caer en sus silla – las evidencias...

-¡LAS EVIDENCIAS SE PUEDEN FABRICAR CON UN CARAJO!

-Draco por favor – Hermione se aferró a su brazo – cálmate

-Es que ustedes no lo pueden ver – niega derrotado dejándose caer frente a la castaña – ella los está manipulando

-¿No crees que sería muy arriesgado para ella venir aquí con una historia como esa sabiendo que alguien la podía descubrir? – el morocho alzó una ceja entrelazando las manos en su escritorio – eso le traería peores consecuencias Draco

-Lo sé – levantó la cabeza al cielo – pero el plan que tienen tiene que ser más grande que eso como para haberse atrevido a poner sus narices frente a mí sabiendo que no puede engañarme

Con la furia desatada en su interior entró de nuevo a la sala donde se encontraba Astoria tomándola del cuello fuertemente.

-¡Dime la verdad! – siseó entre dientes –

-D...dra...co – jadeó –

-¡DIME LA VERDAD MALDITA LOCA! – juntó sus frentes sin aflojar la mano sobre su cuello –

-jamás – susurró con un brillo malicioso en los ojos –

Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora