PERDÓN

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-Señorita Granger – la asistente corría a su encuentro - ¡Señorita Granger! ¡Qué bueno que regresó!

-Tranquila por favor – la sostuvo de los hombros ayudándola a no caer – y respira profundamente, sé que tenemos muchos pendientes pero los vamos a lograr sacar ¿De acuerdo?

-El jefe de aurores – jadeaba la pobre chica – el señor Potter pidió verla de manera urgente en su oficina

-Sé que necesita a uno de los abogados – apretó los labios pensando – imposible que sepa, ¿Quién está libre?

-No pidió a ningún abogado – niega – la pidió a usted, y dijo que era importante

-¿Cuándo?

-Pasó a preguntar por usted en el momento en que llegó su nota en que pasaría por la oficina, así que decidió esperarla

-De acuerdo – con un asentimiento de cabeza comenzó a caminar al elevador – vayamos revisando pendientes en lo que llegamos a su oficina por favor – le sonrió de manera amable mientras la chica abría un pergamino y comenzaba a dictarle las actividades que se habían ido rezagando –

-Y con eso terminamos lo de hace dos semanas – terminaba de hacer las anotaciones de las correcciones que había pedido la castaña – en cuanto llegue a su oficina vemos lo demás – observó la puerta del elevador abrirse en el departamento de aurores –

-Muy bien, por favor pide al equipo que esté en la oficina en digamos una media hora – salió del elevador pero puso la mano antes de que se cerrara – por cierto, quiero que quites a la señora Malfoy de la lista de personas a interrogar para el caso de los hermanos Lestrange

-¿Ya no la necesitaremos de testigo?

-Me encargaré personalmente de ese testigo – le informó dejando que el elevador se cerrara esta vez –

La secretaria de Harry le sonrió abiertamente indicándole que podía pasar sin anunciarse, ya que el morocho se encontraba esperándole.

Aun así, dio un par de golpes en la puerta antes de asomar la cabeza observándolo a Harry tras su escritorio. La camisa se encontraba mall fajada, había perdido la corbata en algún lugar recóndito de esa oficina... y ni hablar de los papeles que se encontraban desperdigados por toda la oficina.

-¡Wow! – no ocultó su asombro –

-Ya sé que está completamente desordenado – le hizo señas para que pasara –

-No te voy a contradecir – murmuró al tiempo que trataba de pisar en lugares donde no había papeles, pero era casi imposible – ¿Qué es todo esto?

-Investigaciones

-Me puedo dar cuenta de ello – se agachó para tomar una de las hojas leyendo por encima sobre ellas – ¿Estás investigando a la familia Greengrass?

-Sí – levanta la vista – lo lamento Hermione – lo soltó sin rodeos – lamento haber sido estúpidamente obstinado con tu novio y por ello haberte perdido en esta investigación – señala todo a su alrededor – estoy tratando de darle sentido a todo esto pero no logro hacerlo

-¿A qué te refieres?

-Teníamos el hotel completamente rodeado – golpeó la mesa – ni una sola persona pudimos capturar

-¿Qué? – le miró Hermione con la boca abierta –

Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora