Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)

TE MATARÍA

-¿Cómo te fue? – le ayudaba a quitarse la ropa de Blaise, que ahora se veía un poco holgada sobre su cuerpo – Tengo la comida preparada...

-¿La comida? – se giró con la ceja enarcada regalándole un beso – tú nunca tienes la comida "preparada"

-Estuve trabajando en los casos de tus tíos – se muerde el labio sonrojada – y en lo que trataba de atar algunos cabos sueltos... estuve pensado

-Ahora todo tiene más sentidos – asiente – pero no creo que nada de lo que me digas sea algo que no sepa...

-¿Sabías que Rabastan asesinó a su novia? – el asentimiento del rubio la tomó por sorpresa –

-El señor tenía que saber que sus seguidores eran fieles a la causa, el menor de los hermanos Lestrange era demasiado reservado – hace una mueca – digamos que se podía ver la devoción de Rodolphus por la causa pero no la de Rabastan...

-¿Cómo tuvo el corazón para hacer aquello?

-Eso le destruyó el corazón Hermione – la atrajo a sus brazos frotándolos con calma – según mi madre, eso fue lo que lo convirtió en el monstruo que ahora conocemos, sin miedo a nada ni nadie, ni siquiera las consecuencias

-Eso es espantoso – susurra –

-Una persona enamorada es capaz de cualquier cosa – levanta los hombros –

-Eso no puede llamarse un acto de amor Draco – se separó de él observándolo boquiabierta – ¿Harías lo mismo por mí?

-Lo haría – asiente tomándole las manos – antes de que Rabastan tomara esa decisión, a ella la habían torturado – suspira – si la única manera de acabar con tú sufrimiento es quitándote la vida lo haría – la toma entre sus brazos besando su cabeza – aunque eso me destrozara el corazón

-Basta – negó la castaña aferrándose a él – no hablemos de cosas tan desagradables

-Estoy totalmente de acuerdo contigo – se agacha quitando el rastro de un par de lágrimas traicioneras que habían escapado de sus ojos – mejor comamos ¿Sí?

-Si – le muestra una sonrisa – ¿Cómo te fue en el hospital?

-¿Te parece si hablamos de ellos en la noche? – le guiña un ojo –

-No hemos trabajado lo suficiente – riñe –

-Pero tampoco te he disfrutado del todo

-¡Eso no es verdad! – golpea su hombro –

-Hermione tendríamos que ser libres de salir sin sentirnos temerosos – suspira – que te pueda tomar la mano sin tener miedo de dejarte expuesta – resopla frustrado – parece una maldita pesadilla que nunca termina

-Lo sé – se acerca para abrazarlo – tranquilo Draco, estamos trabajando juntos en ello y estoy segura de que saldremos pronto de esto

-¿De verdad lo crees?

-No estaría aquí si no lo pensara – acaricia su mejilla, y después le guía al comedor –