EN MARCHA

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¡ÚLTIMOS CAPÍTULOS!

¡ÚLTIMOS CAPÍTULOS!

¡ÚLTIMOS CAPÍTULOS!



-¿Exactamente que querías lograr Pansy?

-Blaise – se detuvo al filo del callejón tomándolo de la mano – sé que mi comportamiento no es nada normal, pero te pido por favor que confíes...

-Basta – tapo su boca colocando dos dedos sobre sus labios – sólo quiero que me respondas con honestidad ¿No puedes decirme nada? – la pelinegra asintió – ¿Es peligroso? – repitió la acción – entonces sólo quiero que me prometas que harás lo posible por mantenerte a salvo

-Lo haré – asiente – aunque no te puedo prometer que lo estaré

-¿Porqué? – hace una mueca –

-Eso no depende de mí – niega tomándolo de la mano y emprendiendo su camino –

La castaña volvió a saltar sobre su asiento cuando escuchó los golpes en la puerta.

-Deben ser Pansy y Blaise – le sonrió Theo poniendo una mano sobre su hombro – tranquila

-Si claro – negaba con una sonrisa nerviosa pasando las manos constantemente por su rostro y el cabello –

-¿Sabes que se nota mucho lo nerviosa que te encuentras? – Luna le tomó la mano que rascaba su brazo – Draco puede notarlo – observó al frente viendo como todos se saludaban

-¿De qué hablas Luna?

-Ohhh de lo que sea que le ocultas – sus ojos azules se clavaron en los de ella dejando pasar un enorme escalofrío, como si la rubia pudiera leer sus pensamientos – debes mentirle mucho mejor

-No puedo – respondió sin tratar de ocultar que las palabras de la chica llevaban mucha razón –

-Tienes que hacerlo, es por el bien de todos

-¿Cómo sabes eso?

-No creo que tengas otra razón para mentirle – le sonríe – nos conocemos de hace tiempo Hermione y aparte los Nargles siempre me dicen secretos de la gente – le guiñó un ojo – pero no te preocupes no diré nada

-¿Está todo bien por aquí? – preguntó Draco hincándose frente a la castaña – Tranquila, no le pasará nada a la casa de tus padres, lo prometo

-Creo que Hermione necesita un té o algo de comer – sonrió Luna al joven – con eso se tranquilizará

Con un asentimiento de cabeza Luna acompañó a Draco objetando su probable poco conocimiento en los artefactos muggles de la cocina.

-Te vez terrible – se sentó Pansy junto a ella –

-Gracias – respondió de manera sarcástica la castaña – ¿Cómo demonios puedes verte tan tranquila?

-Porque somos Slytherin – sonrió de lado – pero la verdad estoy peor de nerviosa que tú

-¿Las visitaste? – Pansy asintió – ¿Y cómo está?

-Sé que Daphne se quedó con una duda y Blaise estoy segura de que platicó con ella sobre su hermana

-¿Ya sabes cómo lograr lo que nos pidieron?

-Creo que tengo una idea – asintió – subí a la habitación de Astoria con la encomienda de darle su medicamento, y hablé un par de cositas nada incriminatorias, pero creo que pueden generarle una sospecha, si Daphne hace un movimiento sabremos que las pociones que toma en realidad no son pociones

-Yo aprovecharé mañana en la mañana para conseguir un sedante muggle verdadero

-Debemos asegurarnos de que ella no va a intervenir en el plan

-Aunque en realidad no entiendo...

-¿Qué no entiendes?

-El porqué no podemos contar con Daphne – alzó los hombros Pansy – arrebatándole la taza de té que Draco le iba a dar a Hermione – sé un caballero y trae otro para Hermione ¿Quieres dragón?

-Con tan sutil propuesta – negó regalando un beso en la coronilla de la castaña – no tardo

-Debemos dejar ese tema para después – afirmó la pelinegra – necesito ir con los demás – sonrió a Blaise – hablaremos pronto 


Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora