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-¡Ya levántate! – Blaise jaló de su brazo hasta hacerlo caer de la cama – ¿Me quieres decir qué demonios estabas pensando?

-¿Blaise? – refunfuñó la castaña jalando las sábanas tratando de cubrirse lo más posible mientras se tallaba los ojos –

-¡Te volviste completamente loco Draco! – paseaba sin poder detenerse – no, eso no me lo respondas está más que claro que te volviste loco, ¡Ahorcaste a Astoria!

-Esa maldita psicópata está tramando algo – se sobó la cadera y el codo –

-¡Pero no por eso vas y la ahorcas en la sala de interrogación de Potter! – se dejó caer en la cama con las manos en la cara – para eso tenemos nuestros malditos calabozos – gruñó pataleando en la cama – lo siento Hermione – se disculpó tras unos minutos en total silencio –

-No... no importa – masculló la castaña aturdida y aún algo adormilada –

-Bueno, sólo queríamos decirles que ya llegamos, y que los esperamos abajo – se levantó de un salto dejándolos completamente solos –

-¿Te tiro de la cama? – se acercó la castaña con la sábana negra envuelta en su cuerpo para observar a Draco, bocarriba sobre la alfombra y completamente desnudo – ¿Te hecha un mega discurso, del cual no puedo acordarme de la mitad... y sale fresco como si nada? – alzó una ceja –

-Zabini no es él mismo cuando trabaja estresado – sonrió acercándose a la cama para darle un beso a la confundida chica – vamos, o regresará por nosotros exactamente como nos encontramos – toma sus mejillas – y por ahora no me apetece que la gente te vea desnuda

-Eres un tonto – le regaló un beso poniéndose de pie rápidamente, colocándose su ropa interior y tomando la camisa de este antes que él– y muy lento – gritó mientras salía corriendo del cuarto –

-¡¿Quién dice que soy lento?! – la cargó en vilo dándole un par de vueltas antes de ver a los chicos en la sala – oh vaya ya estaban todos aquí – la colocó en el suelo – ¿Qué pasó?

-Que eres un imbécil – reprochó la pelinegra – ahora seremos agentes dobles gracias a tu maldito temperamento dragón – cruzó los brazos –

-Es que...

-Es que nada – niega poniendo una mano frente a él – para empezar tienes razón – suspira – por supuesto que no fue forzada a colaborar con tus tíos, le han hecho pruebas en San Mungo y aunque la versión oficial es que ha sido... ultrajada, no lo fue

-¿Cómo sabes eso? – negó Hermione –

-Porque hechizó al doctor y nos pidió a mí y a su hermana que mintiéramos por ella – rodó los ojos – maldita loca desquiciada

-¿Al contarnos no estás en peligro? – preguntó Theo acunando a la rubia casi dormida entre sus brazos – ella no es tan torpe como Harry

-Tienes que dejar que haga las cosas como ella quiere – sonrió de medio lado Pansy – ella nos hizo hacer el juramento inquebrantable... pero sólo para mentirle a Potter – alzó los hombros – al parecer cree que ustedes dos aún no se hablan – señaló a Draco y a Blaise –

-Y lo mejor será que lo siga creyendo por el momento – replicó Draco – entre menos sepan de lo que pasa entre nosotros mejor será todo

-El punto de reunión va a variar – comenzó a planear Pansy – lo haremos por apellido así que las reuniones serán así, Malfoy, Nott, Parkinson y Zabini – suspiró – mañana nos toca en la mansión de Blaise a las doce

-Yo pasaré por la mansión de Theo con Hermione para trasladarnos de ahí – suspiró –

-¡Maldición cierto! – se reprochó la pelinegra – no contamos con la mansión Malfoy para esto – suspiró –

-Pero tenemos mi casa – musitó Hermione –

-No te ofendas, pero si queremos actuar con normalidad y nos tienen del todo vigilados, creo que tú departamento no nos conviene para nada

-Yo no dije departamento – mordió su labio – en mi casa muggle no hay salvaguardas, todos podemos desaparecer dentro de nuestras propias casas y aparecer ahí – alzó los hombros – dudo mucho que puedan rastrearnos hasta ahí

-¡Eso es cierto! – asintió entusiasmada Pansy – en la casa muggle de Granger entonces

-Blaise... Pansy – lo miró el rubio – voy a necesitar un favor suyo 

Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora