Serendipia (Saga Sempiterno, Libro 2)

DUDAS

¡ÚLTIMOS CAPÍTULOS!

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- ¿Quieres dejar de moverte Pansy? – el moreno puso la mano sobre su pierna – Hoy teníamos que vernos con los chicos, ¿Para qué quieres ver a Astoria?

-Primero quiero saber cómo sigue – le volteó a ver tratando de parecer indiferente, pero demasiados años juntos incitaban a Blaise a creer que no estaba diciendo la verdad –

- ¿Sabes que me puedes decir lo que sea?

-Lo sé – asiente –

- ¿Entonces tienes una buena razón para ocultarme cosas? – levantó una ceja a lo que la pelinegra respondió con un asentimiento casi imperceptible – ¿Tiene que ver con ella?

-Blaise por favor...

- ¡Por favor tú! – le recriminó – nunca nos escondemos nada Pansy, esa es la naturaleza de nuestra relación

-Creí que era porque a ella siempre le gustaban las migajas que otros dejan – sonríe de medio lado – ¿No es así Pansy?

- ¿Lo dice la que salió con Draco después de que tuviera una relación conmigo? – suspira – ni siquiera convaleciente puedes dejar de ser tan venenosa

-Es mi sello personal – voltea a ver a Blaise – ¿No te quedó claro que no quiero nada contigo?

-Vine por ella – señaló a la pelinegra – no te sientas tan especial Astoria

-Admite que no puedes olvidarme

- ¿Sabes que después de que haces tantas escenas similares, tus palabras van perdiendo efecto? – refutó Pansy tratando de salvar a Blaise de la tortura a la que le había obligado a asistir –

- ¿A qué vinieron?

-Tory – sale Daphne con una bandeja – no seas grosera con ellos – los mira – disculpen, no está en su mejor momento

- ¿Alguna vez lo ha estado? – musitó por lo bajo Pansy – queríamos saber si Potter ha tenido algún avance con los hermanos Lestrange

-Ellos no nos van a hacer nada – suspira cansada Astoria aceptando la taza humeante que su hermana le tendió –

- ¿Lo dices por algo en especial Tory? – levantó la ceja el moreno –

-Lo sigo porque estoy en custodia del mismísimo Harry Potter nada menos – le dio un sorbo – nadie... ni siquiera los hermanos Lestrange son tan tontos como para intentar una jugada con Potter en la ecuación – sonrió acomodándose en el mullido sillón –

La sala se llenó de un pesado silencio, mientras los tres se le quedaban viendo a la chica mientras probaba el caliente brebaje como si estuvieran discutiendo sobe algún asunto sin importancia.

-¿No tienes miedo de que regrese? – preguntó Daphne un poco confundida – ya sabes que Rabastan no es de los que perdona y se podría decir que pocas son las cosas que deja incompletas

-Si me hubiera querido matar en San Mungo tenía la oportunidad perfecta y no lo ha hecho – alza los hombros – no puedo vivir el resto de mi vida asustada Daph

-Muy maduro de tú parte – resopló Blaise –

-Demasiado diría yo – susurró Pansy tomándolo del brazo – lo mejor sería – se aclaró la garganta – que las dejemos descansar entonces, Astoria se tiene que reponer y tú no tienes muy bien semblante Daph, deberías descansar – se acercó a darle un abrazo –

-¿Entonces no se quedan a cenar? – la chica parecía triste –

-Hoy ya teníamos un compromiso previo – se excusó Blaise – pero si nos aceptas mañana, con gusto las acompañamos

-Ya no eres bienvenido en mi mansión Blaise

-¡Astoria no seas ingrata! – respondió Pansy harta de los comentarios que le lanzaba al moreno – ¡Agradecida deberías estar con él! – susurró –

-¿Enserio? – la frialdad en sus ojos era aterrorizante de contemplar, pues claramente disfrutaba de la posición en la que se encontraba – ¿Por qué debería? Si por culpa de este maldito traidor el juez anuló mi compromiso con Draco

-Ese matrimonio no los iba a hacer felices... hermana – Daphne dejó caer las manos a su costado con un golpe – podrías superar eso y recuperarte para continuar con nuestras vidas

-¡Por culpa de este traidor Harry Potter creyó en ti! – gritó Pansy – y también todos nosotros...

-En ese caso pues muchas gracias – le hizo una reverencia levantándose abruptamente derramando el contenido de la taza – y si no le importa al señor, lo mejor será que me vaya a acostar, me siento un poco mareada

-Pansy...

-Déjalo así Daph – suspiró la pelinegra levantando la mano frente a su rostro – ¿Tú si estás consciente de que si yo me quedé fue por él verdad? – le mira – porque la verdad es que estas actitudes de tú hermana...

-Lo sé, y no sabes cuanto te agradezco por esto

-Fue mi culpa, no tendría porqué alterarme de esa manera si conozco el estado en el que se encuentra – niega – pero no debemos dejar que se altere

-No te preocupes – sonrió la rubia – le daré una poción para dormir y mañana se encontrará mucho mejor

-Permíteme – le dice Pansy – de paso me disculparé con ella por haberle hablado de esa manera

-No tienes que hacerlo – sonríe Daphne – Astoria no está en su mejor momento y podría ser más grosera que de costumbre

-Como si no la hubiera conocido de casi toda la vida – rodó los ojos – ¿En dónde se encuentran sus pociones?

-Están junto a su cama – su mirada le agradecía profundamente ser ella quien le diera el medicamento, pues su hermana no era la mejor paciente del mundo y le era muy difícil hacerle tomar las pociones –

Con un asentimiento la pelinegra desapareció dejando a Blaise ayudando a levantar el desastre que la rubia había causado.