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P.O.V ALEC:

Cuando llegamos al loft de Magnus, él guarda los pasteles en la nevera y se sienta en el sofá, haciendo un gesto para que me siente a su lado.

Y eso hago, me siento al lado de Magnus y subo las piernas al sofá, pasando los brazos a su alrededor. Maya siempre dice que es una costumbre extraña que tengo cuando hablo de alguna cosa importante para mí.

Magnus me mira con una sonrisa tranquilizadora y acaricia mi cabeza.

-No se por dónde empezar... -susurro sinceramente.

-No te preocupes Alexander, tomate todo el tiempo que quieras. No tengo ninguna prisa. Entiendo que es una cosa difícil de hablar para ti.

Fijo mi vista en sus ojos y en ellos veo total sinceridad. Cerrando los ojos y respirando profundamente, empiezo.

- ¿Recuerdas cuando dije que había pasado los últimos 15 años viviendo en las calles? -digo, sin apartar la vista de Magnus y veo como el asiente con la cabeza- Mentí. Osea no me malinterpretes, es cierto que a los seis años me echaron de casa y tuve que vivir en las calles y que ahí vivía hasta el otro día, cuando tú me ayudaste.

Hago una pausa, pensado en como puedo continuar. Dejo de mirar a Magnus, soy incapaz de hablar de esto mirándole a la cara. Fijo mi vista en mis rodillas, apretándolas más contra mi.

-Cuando mi madre me echó, me alimentaba de las basuras de algunos restaurantes y bebía de algunas fuentes de la ciudad. Recuerdo que una chica pasaba cada mañana por delante del callejón donde dormía. Era muy guapa y amable, a veces se sentaba a mi lado ha hablar. Una vez me sorprendió trayéndome un pequeño bocadillo. Lo recuerdo perfectamente, ella entró al callejón corriendo, diciendo que no tenía mucho tiempo y me lo dejó al lado. Era un bocadillo de jamón. Recuerdo comérmelo muy rápido. Fui muy tonto, el bocadillo era grande y me podría haber durado más.

Vuelvo a sentir la mano de Magnus en mi pelo, acariciándolo.

-Pero Magnus, debes entenderlo. Estaba tan rico...y era la primera comida que no era de un contenedor que comía desde hacía dos años. Esa fue la última vez que vi a esa chica. Nunca me dijo su nombre.

Levanto la vista y miró hacia Magnus. Esta demasiado serio y unas lágrimas escurren por sus mejillas. Alargo mi mano y seco una de ellas con mi dedo.

-No llores Magnus, por favor. O no tendré la voluntad de continuar -el asiente con la cabeza, limpiándose las lágrimas de rostro- Bueno, eso no era lo que te quería explicar, solo quería que entendieras un poco porque hice que lo hice. Después de esa chica, nadie más se fijó en mi ni me ayudó. Nadie hasta que cumplí once años. Recuerdo estar dentro del contenedor que hay detrás de Ryul's, el restaurante de lujo que hay en el centro. Ahí siempre tiraban demasiada comida en buen estado, pero ese día no encontré nada comestible. Cuando salí del contenedor, había un hombre vestido de traje. Parecía muy joven, como de unos 20 años y tenía una mirada triste puesta en mí y me dijo que me ayudaría. Al principio me negué, pero después me dio un tupper con comida del restaurante. Creo que era una especie de carne. Después de eso me fui con él. Era la única opción que tenía, estaba hambriento y muy débil. En ese momento no sabía que me arrepentiría de esa decisión. El hombre me llevó a su casa y me dio un lugar donde dormir. Me cocinaba y era muy amable conmigo. Si te soy sincero, lo hecho mucho de menos.

Magnus parece ver que me cuesta seguir, porque sube sus piernas al sofá y se acerca a mi, pasa su brazo por encima de mis hombros y me acerca hacia él. Apoyo mi cabeza en su hombro y continuo.

-A lo mejor pensarás que es ilógico que eche de menos a una persona ya que por su culpa sufrí mucho. Pero déjame explicarte. Estuve con Kieran unos meses, comíamos juntos, veíamos algunas películas y jugábamos. Era como un hermano mayor. Pero lo que más me gustaba hacer con el era escuchar conciertos de violín. Los dos hacíamos ver que éramos nosotros los violinistas, sintiendo la música por todo el cuerpo. Pero un día todo se fue a la mierda. Ese día Kieran me había dicho que su padre regresaba de un viaje de negocios. Me dijo que era un hombre muy bueno y que le había hablado de mí, más tarde, ya entrada la noche llegó. Se presentó como Michael y que estaba muy contento de conocerme. Kieran tenía un novio y ese mismo día le había dicho de irse a vivir con el. Al principio Kieran ni quería por mí, per Michael dijo que el cuidaría de mí y Kieran aceptó. O-ojalá Kieran no se hubiese i-ido. D-debería haber dicho que quería ir con el. N-no creo que Mark s-se hubiese n-negado. ¡Ojalá hubiese sido más egoísta y se lo hubiese dicho! Pero en ese momento solo podía pensar en que si fuese con ellos sería una molestia y que yo estaría bien con Michael.

El amor no tiene escape (malec omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora