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P.O.V MAGNUS

Después de que Alexander me contara porque tuvo que irse a vivir a las calles, me enfado. No puedo creer lo que me ha contado. Sigo sin entender porque tuvo que irse a vivir a las calles ¿Cómo pueden hacerle eso a un niño de tan solo seis años? ¿Y encima alguien en quien confiaba? Me parece demasiado cruel. Alexander ha sufrido mucho desde pequeño, y extrañamente siento la necesidad de protegerlo y de que nunca más sufra. Es una sensación extraña, sentir que tienes que proteger a alguien que ni conoces.

Acabamos de comer, y me levanto para recoger la mesa. Veo como Alexander también se levanta, dispuesto a ayudar.

-No hace falta que ayudes Alexander, eres mi invitado.

-Pero quiero ayudar. Estas haciendo mucho por mi Magnus, apenas me conoces y me has dado comida, ropa y me he podido duchar. Déjame al menos ayudarte con la mesa.

-Lo hago sin esperar nada a cambio. Me pareces lindo, y solo quiero ayudarte.

Por supuesto, el se sonroja y asiente tímidamente. Yo acabo de limpiar la mesa y dejo los platos y vasos en el lavavajillas. Vuelvo a la mesa, donde Alexander aún esta sentado.

-Puedes moverte por toda la casa, ver la televisión o leer algún libro si quieres.

Veo como con eso último su cara se ilumina, y es absolutamente precioso.

-¿Mañana podría leer algún libro? -pregunta tímidamente y esperanzado.

-Claro que si Alexander. Pero ahora es mejor que nos vayamos a dormir, ya es muy tarde.

Veo como Alec se levanta y mi vista se dirige a sus piernas, donde también se pueden apreciar algunas cicatrices. Hago una mueca al recordar como las consiguió. Vuelvo a dirigir mi mirada a los ojos de Alexander, y él me sonríe.

-¿Y d-donde voy a dormir?

-¡Ah! Si claro, sígueme.

Me dirijo hacia la habitación de invitados, y veo como Alexander me sigue. Al llegar, abro la puerta y entro a la habitación.

-Esta es la habitación. Sea cual sea el tiempo que te quedes aquí.

-Muchas gracias, de verdad.

-No las des. Si mañana te levantas antes que yo, no dudes en coger lo que quieras de la cocina.

El asiente sonriendo, y yo salgo de la habitación y me dirijo hacía la mía.

P.O.V ALEC:

Me acerco a la cama, y me siento. No me puedo creer que sea tan cómoda, ya ni recuerdo la última vez que dormí en una cama, Magnus está siendo demasiado amable conmigo, ¡casi ni me conoce!

Me levanto, y apago la luz de la habitación, me estiro en la cama. Se está tan cómodo, con el calor y la suavidad de las sábanas, con el blando colchón, y además hace tanto que no duermo

P.O.V MAGNUS:

Cuando me despierto, me dirijo hacia la cocina y así poder desayunar algo. Me preparo unas tostadas con queso, y un vaso de zumo, puede parecer algo infantil, pero va bien para el comienzo del día.

Cuando acabo de comer, voy a la habitación donde está durmiendo Alexander. Cuando entro, lo veo profundamente dormido en la cama, tapado hasta arriba con las mantas, por lo tanto, solo se le ve la cabeza. Es tan hermoso, esta relajado, con el pelo esparcido por toda la almohada.

En teoría debería despertarlo, ya que es tarde, pero decido dejarlo dormir más, a saber cuándo fue la última vez que durmió en una cama.

P.O.V ALEC:

Me despierto, y tardo unos segundos en darme cuenta de donde estoy. No sé qué hora es, así que me levanto sigilosamente por si Magnus sigue dormido, no despertarlo.

Salgo de la habitación, y me dirijo a la cocina, para sentarme y esperar a que Magnus se despierte y desayunar. Ya que, aunque él me dijo que podía coger lo que quisiera de la cocina, es su casa y no quiero revolver entre sus cosas.

Pero cuando llego, veo que Magnus esta sentado en el sillón de la sala de estar (la cual se ve desde la cocina, ya que es abierta), leyendo un libro mientras acaricia un gato. ¿Tiene un gato?

-Buenos días Magnus -lo saludo. Él se gira rápidamente para verme, y una sonrisa aparece en su cara.

-Buenos días Alexander, ¿Cómo has dormido?

-Bastante bien, hacia años que no dormía en una cama así de cómoda.

Veo como el gato salta desde el regazo de Magnus, y comienza a dirigirse hacia mí.

-Vigila con Presidente, no le gustan los invitados.

-¿Presidente? -digo divertido mientras agarro el gato y lo empiezo a acariciar.

-Si, es su nombre Presidente Miau. Espera, ¿lo estas acariciando?

-Si, supongo.

-Presidente nunca se deja acariciar por nadie que no conozca, nunca.

-Bueno, le debo a haber caído bien.

-Si, supongo.

Magnus se me queda mirando durante unos momentos, pero justo cuando empiezo a sentirme incomodo aparta la mirada.

-Alexander.

-¿Aja?

-¿Te gustaría trabajar para mí?

-¿C-cómo?

-Me refiero a que podrías trabajar en mi empresa, cobrarías y vivirías aquí hasta que pudieras pagarte un piso por tu cuenta.

-P-pero no tengo estudios, no puedo ser un trabajador

-Por eso no te preocupes Alexander, podría contratarte para limpiar.

-¿Me estas diciendo que me contratas como conserje?

-Si

No puedo negar que estoy muy sorprendido por su pregunta. ¿Quiere contratarme? Sinceramente no me molesta que sea para limpiar, para eso no se necesita haber estudiado nada. Después de un rato de pensármelo bien, le respondo.

-D-de acuerdo

-¡Genial! ¿Qué te parece empezar a trabajar mañana?

-Primero me gustaría ir a avisar a una amiga mía del centro al que voy a comer. La última vez que no fui el día que repartían comida me empezó a buscar por todos lados. Y ahora que voy a empezar a trabajar, supongo que no iré más.

-No te preocupes Alexander, ahora mismo vamos a decírselo.

-Ahora mismo no está trabajando, así que no puedo decírselo.

-Eso no es un problema.

-¿A qué te refieres con eso?

-Alexander, soy un hombre poderoso, puedo conseguir lo que quiera.

Hoy un capítulo un poco más largo. Lo siento por la espera.

El amor no tiene escape (malec omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora