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Dos días antes

P.O.V BUCKY

-¡Uhhhhh! Por fin se va ese alfa -digo completamente feliz al ver a Mangus desaparecer por esa puerta- ¿Jugamos?

Desde hace ya casi un mes vivo con Magnus y Alec, y ese omega me parece lo más bonito de la historia. Es completamente adorable, su forma de comportarse, como se pasa horas dentro de el estudio aprendiendo a tocar el violín... Pero Magnus se pasa el día encima de el, besándole, mirando películas y pasando el rato juntos.

Es normal, ya que es su alfa, pero me gustaría pasar más tiempo con Alec. Este sentimiento de confianza y de querer proteger sólo lo había sentido con una sola persona antes, con mi hermana pequeña. Pero desde que murió en ese accidente de tráfico mi alfa se ha sentido solo y con la necesidad de proteger a un pequeño omega, de tener la sensación de ser un buen alfa y hermano mayor. Y creo que con Alexander lo he conseguido.

— ¿A qué quieres jugar? -me pregunta Alec también sonriendo.

— ¿Qué te parece algún juego de mesa? 

— De acuerdo.

Voy hacia uno de los armarios de la sala de estar, saco el parchís y se lo muestro a Alec.

— ¿Sabes jugar? 

— Ehh.... No, lo siento.

 —No pasa nada, ahora te enseño. Es muy fácil entenderlo y tu eres muy listo así que seguro que en poco tiempo te convertirás en un experto.

Alec me sonríe y yo le sonrío de vuelta.







Nos pasamos todo el día jugando a diferentes juegos, pero cada vez noto a Alec más nervioso y alterado. No se lo he dicho porque el tampoco me lo ha comentado a mí y no quiero resaltar la ausencia de Magnus. Lo ayudo distrayéndolo de diferentes formas como ver una película o visitar a mis amigos en la casa de al lado, pero nada parece calmarlo del todo.

Todo empeora por la noche.

Cenamos tranquilamente y después miramos otra película (Alec ha desarrollado un extraño fanatismo por todas las películas que ve) nos vamos a dormir.

En medio de la noche me despierto sediento y en mi camino hacia la cocina escucho unos pequeños sollozos junto a un olor profundo a miedo y abandono. Alexander. 

Corro hacía la habitación que comparte con Magnus y me lo encuentro hecho bolita en medio de la cama, abrazando la almohada del alfa y enterrando la cara en ella. Comprendo enseguida lo que está pasando. El omega de Alec se ha acostumbrado demasiado a Magnus y le ha entregado toda su protección, cosa que provoca que cuándo no esté Magnus, su parte omega se siente abandonada. 

— Hey Alec...soy yo Bucky... - susurro acercándome con cautela- ¿me escuchas?

— ¿Alfa? -dice bajito separándose de la almohada. 

— Si bonito, soy un alfa.

Alec me mira al fin y abre sus brazos, en una clara y silenciosa petición de que lo abraze y duerma con el. Me acerco poco a poco, subo a la cama y le aparto la almohada para poder envolverlo en mis brazos con mayor comodidad.  El pequeño omega me abraza de vuelta y acerca su nariz a mi cuello, justo en la parte dónde expulso las feromonas. 

— No hueles a Magnus -se queja como un niño pequeño a la vez que empieza a llorar por la desesperación. 

—  Espera Alec, tengo una idea -le digo mientras me aparto. A lo que el se aferra completamente a mi, suplicándome con la mirada que no me vaya- No me voy a ir peque, sólo a coger una camiseta de su alfa. 

Abro el armario de la habitación y saco dos camisetas  de Magnus. Está claro que son suyas tanto por el olor como por el tamaño de estas. Me quito la que llevo puesta y me pongo una de las que he agarrado, la otra se la tiendo a Alec, que no duda en quitarse la que ya lleva para ponérsela. 

Me vuelvo a acercar a el y lo abrazo instándolo a pegar su cara a mi pecho, de forma que pueda oler el intenso olor a su alfa en ella para así calmarlo. Y parece funcionar, ya que se relaja completamente y suspira satisfecho.

— Te quiero Bucky. Eres un buen alfa.  

— Yo también te quiero peque.

Estar de esta forma con Alec parece calmar a mi alfa. Creo que he descubierto la forma perfecta de calmar a este pequeño omega para las siguientes veces que no esté ese tonto alfa al que ama.  

El amor no tiene escape (malec omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora