28

840 82 50
                                    

Dedicado a Lightwoodbane95

P.O.V MANGUS

Me despierto al oler unas feromonas de miedo inundando la habitación. Bajo la vista un poco hacia Alexander, el cual está totalmente apoyado en mi.  Uno de sus brazos rodea mi cintura y con el otro está agarrando a mi mano, sus piernas están enredadas entre las mías y su cara está en mi pecho. Esta imagen me resultaria muy tierna, pero Alexander está temblando y susurrando.

¿Tiene una pesadilla?

-Alexander amor, relájate, es sólo una pesadilla -susurro mientras le acaricio la mejilla.

Eso solo hace que empiece a removerse de manera violenta y llore. Con cuidado lo alejo un poco de mi y lo estiro en la cama, quedando yo completamente encima de él, soltando feromonas tranquilizantes y enterrando mi cabeza en su cuello, frotando mi nariz ahí.

Alexander se despierta de golpe chillando de miedo, pero al segundo se relaja y me abraza.

- Lo siento Alexander si te he asustado estando así encima tuyo pero

- Tranquilo Magnus -me interrumpe- en ningún momento me ha asustado que estés encima mío, diría que al contrario, en el momento en que me he despertado y te he sentido encima me he relajo. Sólo estaba teniendo una pesadilla, el que debería decir perdón soy yo.

- No pasa nada Alexander, no ha sido culpa tuya.

Me levanto y me apoyo contra la pared, llevando a Alexander conmigo, el cual se sienta en mi regazo, sin dejar de abrazarme. Le sonrío y el acerca nuestros labios hasta besarme de manera dulce. Dejó que el lleve el control del beso, convirtiéndolo en un beso perfecto que me mata de ternura.

Se separa de mis labios y empieza a besar superficialmente mi cuello, a la vez que se restriega un poco contra mi, soltando unos pequeños gruñidos adorables.

No lo esta haciendo de manera sexual, al contrario, es un acto demasiado inocente y dulce, impregnándome por completo con su aroma. Cuando está satisfecho se separa con un gran sonrojo.

- No se que ha pasado. Sólo quería hacerlo y...no se.

No me da tiempo a responder porque Catarina llama a la puerta diciendo que tenemos que ir a desayunar.

Alexander se baja de mi regazo y ambos vamos hacia la cocina.

Catarina y Tessa ya han puesto la mesa y servido la comida. Alexander observa con admiración las pequeñas tostadas y las magdalenas. Se sienta en una silla y se pone algunas cosas. Va a comerse una tostada cuando sube la mirada y nos ve a los tres mirándolo extrañados pero enternecidos.

Se levanta de golpe y se pone de rodillas delante de Catarina, mirando al suelo y temblando.

- L-lo siento por sentarme y casi comer antes que vosotros. N-no volverá a pasar....

¿Qué está pasando? ¿Será otra de las cosas que le obligaba a hacer Michael? ¿Le tenía prohibido comer antes o sin el?

Catarina se agacha a la altura de Alexander y lo abraza.

- No pasa nada Alec. Solamente tenías hambre y te has sentado a comer, no nos tienes que esperar y mucho menos pedirnos perdón. ¿De acuerdo? -Alexander asiente tímidamente- Entonces ahora siéntate y come esa tostada que mirabas como si fuese un trofeo.

El se levanta del suelo y se dirige a la mesa, pero se detiene y se gira hacia mi, cogiéndome de la mano y haciendo que me siente a su lado. Muerde la tostada con mermelada y hace un sonidito de felicidad. Parece notar que le estoy mirando, porque me tiende la tostada mordida, acercándola hacía mis labios. La muerdo sin dudarlo y la verdad es que está muy rica.

Me giro y el sonrío. Eso parece alegrarle, porque se sienta en mi regazo y me empieza a dar comida, compartiéndola entre los dos.

Esta acción me extraña mucho, ya que en ningún momento de ha sonrojado y ha sido una cosa muy inesperada, pero no me puedo quejar, ya que Alexander parece estar muy feliz de que coma lo que me da. Así que muerdo todo lo que dirige hacía mis labios.

Aparto mi vista de Alexander y veo que Catarina y Tessa nos miran enternecidas, pero un pequeño quejido de Alexander me hace volver a miralo a él, como si le hubiese dolido que lo dejase de mirar.

Más tarde, cuando Alexander se está cambiando para irnos, Tessa me agarra del brazo.

-Felicidades -exclama feliz.

-¿Qué? ¿Porqué?

-Por lo que acaba de pasar -responde como si fuese la cosa más obvia del mundo.

-Lo siento Tess. Pero no te entiendo.

- En el pueblo en el que estuve, me ha enseñaron muchas cosas sobre las relaciones alfa omega. Entre ellas la conexión niñera.

- ¿Conexión niñera? -pregunto extrañado. Nunca he odio hablar de eso.

-Exacto. La conexión niñera es cuando una pareja de alfa omega se protege normalmente. La mayoría de los casos es cuando el alfa protege de alguna forma al omega y este tiene la necesidad de cuidar de su alfa, ya sea marcando su olor o hacer algo por el. En este caso Magnus, supongo que debes haber hecho algo que la parte omega de Alec ha interpretado como protección y el a cambio te ha dado de comer, como si necesitase compensarlo. A parte de cubrirte de sus feromonas, como puedo percibir. ¿Me equivoco?

-No. Para nada. Esta mañana Alexander ha despertado mal y yo lo he tranquilizado. ¿Eso cuenta como protección?

-Supongo que Alec lo ha percibido así.

-Gracias Tessa.

Estoy por ir a cambiarme cuando siento a Alexander abrazarme por la espalda. Su cabeza no llega ni a mí hombro, pero se me hace muy tierno. Me giro y lo alzo. Alexander enrolla sus piernas en mi cintura y me abraza más fuerte aún, volviendo a soltar feromonas, esta vez un poco tristes.

-¿Qué pasa Alexander? - pregunto preocupado.

-Has dicho que nos iríamos ya a casa, pero tú aún sigues hablando con Tessa, y encima estás en pijama.

Le dirigo una mirada de disculpa a Tessa y voy hacia la habitación de invitados, donde tengo la ropa. Intento dejar a Alexander en la cama, pero se niega.

-Garbancito, si no me dejas no me puedo cambiar y no nos podremos ir.

Con eso consigo que se suelte y veo como se tapa los ojos con las manos para no ver cómo me cambio, cosa que me obliga a darle un beso en la frente por exceso de ternura.

Una vez que me he cambiado, alejo las manos de Alexander de su rostro y el se vuelve a subir a mí, enterrando su cabeza en mi cuello, justo donde dejo ir mis feromonas.

Nos despedimos de Cat y de Tessa y salimos de su casa. En la puerta está el coche que he mandado a que nos recoja para llevarnos de vuelta a casa. Cuando entramos Alexander sigue sin soltarme, así que me siento apoyado mi espalda en la unión que hay entre los asientos con Alexander encima mío. Con una mano en envuelvo por la espalda a Alexander y con la otra me agarró de un lugar seguro, para no hacernos daño ni caernos.

El amor no tiene escape (malec omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora