Capítulo 4: Ritsu ~Descubiertos~

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Sabiendo bien que Reigen estaría esperando a su hermano mayor en la oficina, luego de tres días de no verlo a causa del resfriado, Ritsu se apresuró a salir del comité del consejo escolar para llegar antes que Mob. Tal y como lo sospechaba, además de Hoyuelo, no había nadie más acompañando al falso psíquico que se sorprendió al verlo entrar.

-Hola, Ritsu. Es extraño verte por aquí-le saludó Reigen.

-Muy extraño-Hoyuelo le miró con sospecha.

Verle la cara a Reigen le enojaba aún más. No podía si quiera imaginar a ese tipo tan cerca de su hermano, el ser más puro y bueno que podía existir. Nada importaba lo mucho que hubiera crecido, para Ritsu su hermano seguía siendo el mismo chico inocente que terminaba convirtiéndose en la víctima perfecta de desgraciados como Reigen.

Le clavó la mirada y le habló mientras se acercaba al escritorio.

-¿Tiene algo de malo que quiera visitar a mi cuñado?

Reigen sintió que su corazón se detuvo y un frío de terror le congeló los pies. Esto era peligroso, la expresión de Ritsu era una obvia señal de que sabía la verdad. Aún así, Reigen no se doblegaría fácilmente.

-¿De qué hablas, Ritsu?-e hizo uso de toda su habilidad para lucir tranquilo a pesar de las gotas de sudor que se formaban en su frente-. No entiendo por qué dices algo tan extraño. Si lo que quieres es llamarme de una forma diferente, puedes decirme hermano mayor...

Ritsu se acercó un poco más al escritorio, luciendo tan aterrador como Mob en un mal día. El rubio tragó saliva y esperó la respuesta.

-¿Y si mejor le digo Arataka-san?

Debía ser sólo una coincidencia. O, quizás, Ritsu le oyó a Mob llamarle así en algún momento. Como fuera, debía detener la situación antes de convertirse en un problema serio.

-O.. Oye, Ritsu. No sé qué es lo que pretendes, pero es demasiado informal que me llames por mi nombre...

-Pero mi hermano sí puede llamarlo así, ¿verdad?

-¿De qué me hablas? Sabes que Mob nunca me hablaría así.

Ritsu golpeó el escritorio con ambas manos asustando a los otros dos.

-¡Deje de hacerse el idiota, Reigen! ¿Qué es lo que le está haciendo a mi hermano?

Tanto Reigen como Hoyuelo retrocedieron aterrados. El espectro se armó de valor, dispuesto a evitar una posible tragedia pues el chico parecía decido a matar si era necesario.

-Oye, Ritsu, cálmate. Esto debe ser un mal entendido. ¿Por qué no tomas asiento y lo hablamos con calma?

-¿Tu ya lo sabías, Hoyuelo?-pudo leer la respuesta en la cara del espectro-. ¡Lárgate de aquí si no quieres que te haga desaparecer!

En una fracción de segundo, Hoyuelo salió disparado del lugar. Reigen quiso decir algo, pero Ritsu le interrumpió inclinándose hacia adelante, apoyado en el escritorio,

-¡No me salga con una de sus sucias mentiras, Reigen! ¡Ya sé lo qué está sucediendo entre ustedes! ¡Usted se atrevió a tocar a mi hermano!

Reigen creyó que iba a vomitar. Hacía mucho tiempo que no sentía tanto miedo y comenzaba a temer que Ritsu pudiera perder el control como lo hacía Mob. Debía lograr que se calmara. Intentó ponerse de pie y cayó de nuevo en la silla bajo la influencia de los poderes del menor que, con un feroz mirada, continuó hablando.

-Escuché a mi hermano llamándolo entre sueños. "Arataka-san". Sé muy bien que él nunca lo llamaría por el nombre a menos que creyera que tienen una relación. Mi hermano puede que haya cambiado, pero sigue siendo ingenuo. Sigue tragándose sus mentiras. Y ahora, usted... Sé que mi hermano ya lo hizo.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora