Capítulo 42: Una nueva vida ~Matrimonio~

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Amar puede ser complicado, no importa la edad.

Empezar de nuevo. Volver junto a la persona que más te importa en tu vida. Aunque parezca un sueño...

Si es así, Reigen no quiere despertar jamás. Sin embargo, al abrir los ojos, lo primero en ver en las mañanas es el rostro de Mob dormido junto a él. Y, aun así, no deja de parecer un sueño. 

Saben que no será fácil, nunca lo fue. Pero eso no importa ahora. 

Mob no perdió tiempo y, en cuanto hubo retomado su relación con Reigen, fue a casa de sus padres a hacer su maleta. Se mudó el mismo día.

Ahora compartían nuevamente su rutina diaria, lavándose los dientes juntos, corriendo con Ritsu y Shou, turnándose para preparar el desayuno mientras revisan el horario de Mob en la universidad. Reigen siendo regañado por Mob por llevarse de nuevo la sal que comprara para cocinar. Haciendo planes para ver una película.

—Hoy iré a casa de los Hanazawa para conocer a la bebé—le decía Mob a Reigen mientras desayunaban.

—Tengo un cliente agendado para esa hora, pero puedeo pasar cuando termine.

El joven asintió.

—¿Hoy te llevará Shou a la universidad?—le preguntó Reigen mordiendo su pan tostado.

—Sí...—respondió Mob mostrándose incómodo.

—Shou es casi como tu hermano menor. Tarde o temprano se casará con Ritsu y serán familia. No debes sentirte incómodo sólo porque se ofrezca a llevarte. Además, Shou y Ritsu también van a la misma universidad.

—Lo sé... No me acostumbro.

El mayor rió para calmar la tensión de Mob.

—¿Quieres que te lleve?—le preguntó con una sonrisa.

Mob hubiera querido contestar afirmativamente sin pensarlo, pero sabía que para Reigen no le era posible.

—No, Arataka. Se te haría tarde para abrir la oficina.

—Hablando de eso, démonos prisa o se nos hará tarde justo ahora.

Limpiaron la mesa y lavaron los platos. Reigen se colocaba los zapatos mientras Mob compartía un poco de agua con una de las plantas del apartamento, antes de salir a enfrentar el mundo una vez más.

Sentada en un sillón, con su bebé en brazos, Kanae-chan observaba a los cuatro espers de pie frente a ella que sonreían como si todos fueran los orgullosos padres

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Sentada en un sillón, con su bebé en brazos, Kanae-chan observaba a los cuatro espers de pie frente a ella que sonreían como si todos fueran los orgullosos padres. Tuvo que contener su risa y buscó rápidamente un tema de conversación.

—¿Cómo sabré si Aiko-chan nació con poderes?

Las cabezas se giraron hacia Shou. El pelirrojo se aclaró la garganta antes de responder.

—Es difícil saberlo, no todos despiertan su poder a la misma edad. Por ejemplo, yo nací con mis poderes. Aunque también puede depender de la edad en la que su padre manifestó los suyos—miró hacia Teruki.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora