Capítulo 36: La revelación ~Porque aún te amo~

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-Bonjour mon amour.

La rubia sonrió con malicia y se lanzó sobre Teruki para besarlo. El chico logró quitársela rápidamente de encima, aunque ella consiguió un leve roce de los labios. A continuación, y ya que Heather no hablaba ni una sola palabra de japonés, se inició una conversación en francés que llamó la atención de los que aún quedaban en casa.

-Teruki, te extrañe tanto, mi amor-comenzó Heather con una voz melosa-. Estuve buscándote todo este tiempo hasta que vi las fotos en las redes sociales.

-Heather-se dirigió Kanae-chan a aquella-, ¿qué es lo que haces aquí?

-Vine a buscar a Teruki, no es obvio-pasó la vista al aludido-. Vine porque tu esposo me prometió que te dejaría para vivir juntos, ¿verdad cariño?

-No... No sé de qué hablas, Heather-trató de defenderse.

La respiración de Teruki comenzaba a fallar en tanto que no era si quiera capaz de girarse hacia Kanae-chan quien permanecía detrás de él. No necesitaba girarse para saber que también se encontraban los demás, en especial Shou, quien también sabía francés, y que se negó a traducir ante la conmoción que le generó lo que acababa de escuchar. Sospechaba que Teruki ocultaba algo desde su regreso a Japón, y ahora lo confirmaba.

Tal vez Mob no hablaba aquel idioma, pero entendió inmediatamente lo que sucedía al ver a aquella extranjera y al escuchar su nombre. Instintivamente tomó a Kanae-chan de los hombros, como si pudiera protegerla de la situación.

Heather continuó hablando, dando un paso hacia atrás cuando Teruki trató de acercarse a ella.

-Me dijiste que me amabas y que estabas aburrido de Kanae. Prometiste terminar este matrimonio para vivir conmigo-miró a Kanae-chan-. Teruki sólo está contigo porque estás embarazada. Sólo está contigo por lástima.

-¡Basta, Heather!

-Lo que dice Heather... ¿Es verdad?-preguntó Kanae-chan con miedo a la respuesta.

-¡Todo es verdad!-gritó la rubia.

-No es cierto.

Mob apretó las manos en los hombros de su amiga, pero ella se sacudió para soltarse.

-¡No puedo creer que me hicieras esto, Teruki! ¿Acaso he sido tan mala esposa? ¡Sólo trato de hacerte feliz! ¡Te odio! ¡Te odio!

Y salió corriendo hacia la habitación. Teruki trató de seguirla, deteniéndose al escuchar la voz de Heather con su tono meloso.

-Ya olvídate de ella, Teru. Ven conmigo. No tienes por qué obligarte a vivir con ella.

-¡Lárgate de mi casa! ¡No quiero volver a verte en mi vida!-trató de sujetarla, pero ella le esquivó-. ¡Shou, ayúdame!

El pelirrojo, sin ningún reparo en usar sus poderes sobre los demás, inmovilizó a la extranjera silenciándola de paso. Teruki aprovechó para sujetarla de las manos y, entre los dos, la llevaron hasta la calle. Shou la amenazó con llamar a la policía si no se marchaba enseguida.

La conmoción aún no terminaba. Al volver dentro, la mejor amiga y la madre de Kanae-chan golpeaban la puerta de la habitación, sin recibir respuesta alguna, sólo sollozos que terminaron abruptamente, seguidos de un ruido fuerte. Los ojos de Teruki se abrieron y forzó la puerta con sus poderes, ingresando así a la habitación.

-¡Kanae-chan!-gritó de espanto al verla tendida de medio lado en el suelo.

-¡De prisa! ¡Debemos llevarla al hospital!

Teruki alzó a su esposa en brazos y bajó con ella corriendo hacia su auto. Ni si quiera se percató de que Heather aún seguía afuera, observando la escena. El esper rubio dejó a Kanae-chan en el asiento trasero y su amiga se sentó junto a ella. Teruki dio marcha al auto y se dirigió hacia el hospital a toda velocidad.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora