Capítulo 37: El caballero y la damisela ~Arresto~

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Mob frunció el seño al escuchar aquella voz femenina al otro lado del teléfono. Reconoció rápidamente que la mujer era la madre de Misuzu-chan, pero era escucharla tan alterada lo que le asustó.

-Shigeo-kun, ¿tu has visto a Misu-chan? ¿Ella está contigo?

-¿Eh? No, no señora. No he vuelto a verla desde que... Terminamos.

La mujer sollozó en voz baja.

-Mi hija... No llegó a casa anoche. Nadie sabe de ella, ni sus amigas ni el resto de la familia. Misu-chan no ha salido con otros chicos desde que terminó contigo, así que no sabía a quién más recurrir.

Esta vez rompió en llanto.

En cuanto a Mob, el chico estaba paralizado. Sintió su sangre congelarse en las venas y un nombre apareció en su mente como el único culpable: Nakamura Kaito. Recordó que Hoyuelo le había mencionado en la mañana no haber sentido su aura oscura desde la noche anterior. Mob se apresuró a preguntarle a la mujer por la hija menor, asegurándose de que estaba bien.

-Señora. Yo no sé dónde pueda estar Misuzu-chan, pero podría ayudar a buscarla. Iré para allá enseguida.

-Muchas gracias, Shigeo-kun. Muchas gracias. ¡Oh! Mi hija, mi niña.

La llamada se cortó. Mob respiró profundo para calmar a su agitado corazón y telefoneó a un par de amigos de la universidad de Ciudad Vegetal para pedir más detalles. Sentía que Nakamura estaba detrás de todo esto y necesitaría ayuda para encontrar a Misuzu-chan y enfrentar a su secuestrador. No podía pedirle ese favor a Teruki, él se encontraba con Kanae-chan en el hospital y pedirle ayuda a alguno de los otros espers significaría explicarles la situación.

A esa hora, Reigen se encontraba en su oficina contando las horas para ver a Mob. Se sentía como un adolescente enamorado. Tal vez lo era en el fondo, no le importaba. Aún cuando la zozobra por saber ese secreto tan celosamente guardado le generaba tanta ansiedad que a veces pensaba que no quería saberlo.

Estaba acompañado por Ritsu, Shou y, por supuesto, Hoyuelo. Luego de lo que le dijera Mob en la mañana, la presencia del espectro verde ya no era tan molesta.

Su tranquila meditación se vio interrumpida por la repentina llegada de Mob. ¿Acaso venía a hablar con él? Aún faltaban un par de horas para cerrar. ¿Y por qué venía tan agitado?

Mob echó un rápido vistazo en la oficina hasta divisar a Hoyuelo.

-Vamos, Hoyuelo-le ordenó con un movimiento de cabeza.

-¿Eh? ¿Por qué?-protestó el espectro.

-Saluda por lo menos, hermano mayor-le reclamó Shou.

El azabache, avergonzado, saludó de prisa y, entonces, recordó que tenía una cita.

-Lo siento, Reigen-se disculpó haciendo una reverencia-. No podré venir esta noche. Surgió algo importante. Te llamaré luego, lo prometo.

Y salió corriendo en compañía de Hoyuelo. Ritsu quiso seguirlo, pero Shou le detuvo y fue él quien siguió a Mob, dándole alcance al inicio de las escaleras.

-Espera, Shigeo. ¿Qué ocurre?

-No puedo explicarte, debo irme.

-¿Qué es tan importante que debes llevarte a Hoyuelo contigo?

Mob cayó en cuenta que había relevado al espectro de su misión más importante. Se dio la vuelta para acercarse al pelirrojo.

-Shou, ¿puedo pedirte un favor?

-Por supuesto, hermano mayor.

-Cuida a Reigen. No lo dejes sólo, por favor.

-¿Quieres que sea el suplente de Hoyuelo?-preguntó con tono jocoso.

El hilo rojo del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora