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Eros y yo llegamos al acuerdo tácito de que lo mejor sería evitar que nuestros caminos se cruzaran por un par de días, bueno, más bien él tomó la decisión de arrojar sus porquerías en una maleta y escaparse a la casa de su novia mientras nosotros estábamos fuera. Uno creería que por lo menos hubiera limpiado el desastre que habían dejado nuestras visitas antes de irse, pero ni siquiera se molestó en levantar las latas de cerveza que Dionisio había comenzado a coleccionar en su parte de la habitación. Y luego era yo el que huía.

Me hundí un poco más en las burbujas de la bañera, haciendo sonar los músculos contracturados de mi espalda y mojando las puntas de mi cabello en el agua. Por un segundo creí que el mundo había dejado de girar, últimamente eran raras las ocasiones en las que disponía de una gran cantidad de tiempo para dedicarme a mí mismo, y lo peor era que todavía no había llegado a la etapa donde se suponía que mi trabajo debía consumirme de esa manera. Todo sería más sencillo sin que mi hermano estuviera entrometiéndose en mi camino, era como una garrapata que no podía despegar de mi piel, siempre nutriéndose de mi energía.

Me enderecé y tomé mi celular, aún tenía algunos mensajes de Parker sin contestar de hacía un par de horas atrás. Lo más probable era que ya estuviera durmiendo, pero me picaban los dedos por saber qué tenía para decirme. La magia debía haber llegado ya a su corazón, su mente ya debería estar más enfocada en prepararse para el siguiente evento deportivo, un partido de fútbol si mi calendario no fallaba. Abrí su chat y noté que debajo de la foto sin camisa que no cambiaba desde el verano pasado se marcaban las palabras “en línea”

Nix: ¿Despierto?

Parker: No puedo dormir pensando en lo de hoy, ¿qué tal tú?

No podía decirle que estaba desnudo y pensando en él, ¿no? 

Nix: Tengo muchas cosas que hacer en la casa que no pueden esperar a mañana.

Parker: ¿Yumiko? 7w7

Nix: Ella sí puede esperar.

Reí y luego recordé que no podía verme hacerlo. Cuando teníamos conversaciones relajadas como esta me sentía un poco más humano, un poco más idiota. El teléfono volvió a vibrar en mi mano. 

Parker: A veces me pregunto si en serio eres humano, no puedo creer cuánto te estás tardando.

Parker: Si lo que pasa es que tienes miedo de no ser lo suficientemente bueno, descuida que yo tengo experiencia por los dos.

Contuve la respiración, él no podía saber a dónde mandaba a mi mente con esas palabras. Los pocos restos de espuma que quedaban cerca de mi área pélvica amenazaron con moverse. Tenía que concentrarme. 

Nix: Como sea, ya está dormida y no pienso despertarla. 

Nix: Por cierto, mi hermano no está y me vendría bien un poco de ayuda, ¿quieres que pase por ti? Te compré unos comics.

Mordí mi labio inferior, ya había lanzado la carnada. La carrera había hecho que tuviera que perderse todas las clases de la mañana, quedarse conmigo implicaría no dormir en toda la noche e ignorar sus obligaciones. Si todo había funcionado como se suponía que debía hacerlo, no querría derrochar el tiempo en historietas y pizza mal cocida.

Parker: Tú sí que sabes cambiar de tema, jajaja.

Parker: Pero creo que seguiré tratando de dormir, uno de los dos tiene que prestar atención en economía mañana, y sé que ese no serás tú. 

Anticupido [ANTI 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora