La siguiente semana fue un poco de lo mismo, esperar a Parker en sus prácticas, llevarlo a estudiar, vigilar a Cassandra, robar pequeños momentos con Yumiko e intentar no matar a mi hermano cada vez que se le acercaba demasiado. Tuvimos mucha suerte de que Caz no compartiera los caramelos con nadie, y estaba seguro de que eso se debía a sus efectos, ¿qué pasaría si probábamos otra combinación? ¿Qué combinación quedaba por probar?
De todos modos el aula de economía doméstica estaba cerrada por lo que quedaba del año, y ni Eros, ni yo teníamos la energía o el tiempo para conseguir las llaves de forma ilegal.
El trato era que nos tomaríamos turnos para evitar que las cosas se nos salieran de control, pero si a esta altura conocen a mi hermano, saben que él no cumplió con su parte.
―¿A dónde crees que vas?
―No tengo que darte explicaciones, papá. ―Giró en su mano derecha las llaves de la moto, y se acomodó los lentes de sol con un movimiento de cabeza que hizo que sus rizos rebotaran.
―Argh, no me interesa a dónde vayas, per se...
―Entonces no hubieras preguntado eso. ―Me interrumpió―. ¿Puedes moverte?
―Tienes que ocuparte de "la cosa". ―Yumiko estaba despatarrada en el sofá con los auriculares puestos, pero no confiaba en nuestra privacidad―. Tengo planes.
―Genial, yo también, por eso quiero que te muevas. ―Le dió un trago a la bebida energizante que tenía en su otra mano.
―Tú siempre tienes planes ―insistí.
―¿Y cómo es mi culpa que tú solo tengas dos amigos? Vamos, mañana me encargaré todo el día si quieres.
―No vamos a entrar en eso. ―Le quité los lentes de la cara, sus pupilas estaban extremadamente dilatadas como esperaba y venas rojas se marcaban en su esclerótica. A pesar de eso le sostuve la mirada―. Estamos en esto juntos, así que te guste o no, no me importa porque no tienes la opción de rendirte.
Sin pensarlo demasiado le quité las llaves y las guardé en mi bolsillo, también me llevé su bebida, pero porque era de cereza nada más. Luego abrí la puerta y me largué corriendo escaleras abajo.
―¿¡Cómo esperas que vaya sin mi...?! ―El grito de Eros retumbó por los pasillos del edificio, pero por suerte no me siguió al exterior.
Acaricié el volante soltando un gran suspiro una vez que entré en mi auto. Sentí que me despejaba de todo ni bien escuché el ruido de la ignición, ese era mi momento. Por lo menos dos horas de no pensar en nada ni nadie, de no existir.
Ya estábamos prácticamente a mediados de la primavera, lo que significaba más gente en la playa debido a los días cálidos y, por lo tanto, más policías. Tuve que dar un par de vueltas más de las que hubiera querido hasta que me aseguré de que nadie me molestaría en mi espacio de siempre. Había llegado la hora de darle fin a mi proyecto más caótico por el momento.
Rodé los ojos al recordar que originalmente había planeado acabarlo durante el invierno.
Cuando se trataba de hacer murales no solía darles muchas vueltas, me apegaba a la idea original y punto. Pero este diseño ya había sufrido al menos dos cambios con las intervenciones de Yumiko y aunque se veía bien, o bueno, lo mejor que podía verse algo hecho en una pared a medio demoler cubierta constantemente por la humedad, no lo sentía. Cada vez que terminaba una de mis piezas estaba orgulloso de ella, esta solo me hacía querer arrancar los ladrillos con mis manos.
Le estaba dando demasiadas vueltas al arte callejero.
Me troné el cuello y los hombros. Mientras más lo miraba, más lo odiaba.
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Anticupido [ANTI 1]
Teen Fiction¿Quién diría que el hermano de Eros sería capaz de odiar el amor? ▪︎▪︎▪︎ Eros y Eneas están destinados a reencarnar durante toda la eternidad para mantener un balance en las emociones de los mortales, y vivir a la sombra del dios del amor no es nada...