El viernes llegué de dejar a Parker en su casa después de un entrenamiento de bádminton nada productivo y solo quería meterme en la ducha, y no escuchar a nadie más hablar hasta que se terminara el fin de semana.
―¡Phoenix! ―Yumiko aporreó la puerta del baño mientras me enjuagaba el shampoo. Suspiré, pero no tuve tiempo de contestar antes de que la abriera ligeramente para continuar con lo que quería―. Estaba pensando que ya que Zachary no está, tú y yo podíamos ver una película más tarde.
―¿No podías esperar a preguntármelo cuando estuviera vestido? ―Me esforcé por sonar lo molesto que sabía que debería estar cuando alguien, especialmente ella, arruinaba mis planes de paz, pero no podía dejar de pensar en cuántas ganas tenía de que decidiera saltar a la ducha conmigo.
―No era pregunta. ―Sonrió no precisamente mirándome a la cara antes de irse sin cerrar la puerta.
Maldije en voz baja descansando la espalda contra el mármol, dispuesto a solucionar el "problemita" que su interrupción había causado en mi anatomía. Cuando llegué al clímax y un gemido se atravesó en mi garganta, puedo jurar que escuché su risa. El corazón todavía me corría acelerado cuando volví a tomar la pastilla de jabón para limpiar el desastre.
Yumiko se había llevado la camiseta que había preparado sobre mi cama y me esperaba sentada en el sofá con las piernas cruzadas, el cabello bicolor atado en un chongo atravesado por un palo y totalmente concentrada en su teléfono. Algo en aquella imagen hacía que quisiera encerrarla en su propia bola de nieve para poder volver a apreciarla cada vez que quisiera por el resto de la eternidad.
Mi corazón volvió a alterarse y la boca se me llenó de un sabor amargo.
No entendía cómo era posible extrañar algo que aún tenía.
―Así que... La película ―dije después de aclararme la garganta, recostándome sobre el marco de la puerta para ver su expresión de sorpresa―. ¿Cuál elegiste?
―Estaba tratando de elegir entre "The Wretched" y alguna de las de Saw, pero me distraje un poco. ―Dejó el celular sobre la mesa ratona y palmeó el cojín a su lado para que me sentara―. Es como que quiero ver algo nuevo, pero ya sabes, siempre termino cayendo en lo seguro.
―Escuché que este año sacarán una nueva de Saw, así que podemos refrescar la memoria.
Levanté el brazo derecho y ella se acomodó sobre mi pecho en un movimiento natural.
―¿Me estás invitando al cine? ― Inclinó la cabeza para poder mirarme con una ceja arqueada, separándose solo unos pocos centímetros.
―Eso depende de si tú crees que aún estarás por aquí el mes que viene.
―Y no es una cita... ―Sonó más a una pregunta que a una afirmación.
―No te estarás enamorando de mí, ¿no, Bella? ―Acerqué mi rostro al suyo un poco para tentarla y otro poco para estudiar sus reacciones.
―Jamás, Bestia. ―Arrugó la nariz y todo mi autocontrol se fue a la mierda.
Yo sí.
Mientras la besaba y dejaba que las dos puntas de su lengua pelearan con la mía por dominio entendí que no quería que sucediera porque si ella moría, porque si la mataba, yo iba a dejar de vivir.
Porque aunque me esperaran milenios sin ella, no quería ser quien le quite su tiempo.
Quizás era cierto que estar entre humanos me había vuelto más débil, porque como dios debería haber sido lo suficientemente egoísta para que no me importara.
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Anticupido [ANTI 1]
Teen Fiction¿Quién diría que el hermano de Eros sería capaz de odiar el amor? ▪︎▪︎▪︎ Eros y Eneas están destinados a reencarnar durante toda la eternidad para mantener un balance en las emociones de los mortales, y vivir a la sombra del dios del amor no es nada...