Capítulo 24

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Enana

Sentí un gran pitido en mi oído, y el potente golpe que dio mi cuerpo contra al suelo, cayendo a unos metros alejados de donde estaba. Escuche un grito del que pienso que pudo ser Bakugo llamándome, y otras cuatro explosiones. Tosí, y busque aire de manera torpe. Estaba en el suelo, sintiendo un dolor punzante en todo mi cuerpo. Intentaba asimilar lo que había pasado, pero me tomó tanto por sorpresa que mi cerebro no trabajaba correctamente.

Me empecé a arrastrar por el suelo para llegar a la acera. Vi parte de mi estómago, y me di cuenta de que estaba sangrando. Volví a toser, viendo mi palma al final llenándose también de ese líquido carmesí. Sentí unos pasos apresurados atrás de mi, y unas manos en mi cintura intentando levantarme.

— T/n —escuche la voz de Bakugo, pero a pesar de que estaba cerca de mi, lo escuchaba lejano— t/n, vamos —él intentaba levantarme del suelo, pero yo seguía en blanco y no daba de mi para poder pararme— ¡enana, necesito que te levantes! Estas sangrando —esta vez su voz la escuche más cerca, y pude percibir desespero en sus palabras.

Me intente levantar con ayuda de Bakugo, pero me era difícil. Me caí de rodillas y Bakugo me agarró por debajo de mis axilas para intentar levantarme de nuevo.

—Yo tosí de nuevo, y bote más sangre— N-No puedo... —dije, cerrando los ojos con fuerza.

Bakugo no espero más y me cargo poniendo una de sus manos abajo de mis muslos, y la otra en mi espalda.

— ¡Ah! —me queje, por no esperarme esa acción de parte de él.

Me sentía mareada y desorientada. Todavía escuchaba el pitido en mis oídos, pero era más la molestia en mi oído derecho. Bakugo corría intentando no hacerme daño, pero yo lo único que hacía era hacer muecas por el dolor que estaba sintiendo. Los pasos de Bakugo se detuvieron, y yo solo me quedé con los ojos cerrados.

— Me llevaré a t/n —abrí un poco mis ojos, y pude ver a Kirishima frente a nosotros— estas a cargo mientras yo no esté —Kirishima asintió.

— Cuenta conmigo, tú haz lo que tengas que hacer —me miro, y su rostro se transformó en uno más preocupado— Bakugo, su oído derecho está sangrando —los ojos de Bakugo bajaron a mi.

— ¡Maldita sea! —Bakugo empezó a caminar de nuevo, y yo solté un pequeño quejido.

No sé por cuánto tiempo Bakugo estuvo corriendo, pero se detuvo al escuchar a alguien llamándolo.

— ¡Bakugo! —esa voz...

Bakugo corrió a donde él, y rápido empezó a hablar.

— ¿Tienen un auto? Necesito llevarme a t/n de aquí —informó rápido.

— Oh por Dios —hablo, esta vez una voz femenina que hace mucho no escuchaba.

— Si, por allá está nuestro auto, ve rápido —respondió, Todoroki guiando a Bakugo hacia el auto.

— ¡Kacchan! —Deku se acercó a nosotros, y al verme de cerca se quedó sin habla.

— Llévatela rápido, Bakugo. No hay tiempo, ¡vamos, vamos! —habló Uraraka otra vez, obligando a Bakugo a ir al auto más rápido.

Vi una cabellera verde en mi panorama de visión, más oscura que la de Deku, y ella abrió la puerta del pasajero del carro.

— Avísanos cuando llegues al hospital —hablo Asui, seria.

Bakugo me acomodo en el asiento con cuidado, y acomodo un mechón de mi cabello atrás de mi oreja.

— Tranquila... —intentó sonreír, pero en sus ojos podía ver su clara preocupación.

Bakugo y tú - Paso a paso ||Segundo libro|| ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora