Capítulo 56

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Por los dos

La noche adornaba el cielo, y con las estrellas mirándonos, caminábamos al auto para poder irnos a casa.

Nuestra casa.

Que bien se escuchaba eso. Tener lo propio, y añadía algo muy lindo y significativo haber logrado esto con la persona que amas. No significa que lo lograste gracias a alguien, sino que junto a esa persona. Sí, pude haber comprado una casa yo sola, como una mujer independiente, pero hacerlo con Katsuki fue algo mil veces más satisfactorio, que haberlo hecho sola. Sé que para cada uno es diferente, y tal vez en otro momento de mi vida hubiera elegido hacerlo todo sola, y me hubiera sentido igual de orgullosa, pero después de todo lo que él y yo hemos pasado, llegar a este punto junto a Katsuki, es maravilloso y me llena de sentimentalismo.

Entramos al auto, y dejé escapar un suspiro que mostraba mi cansancio. Katsuki encendió el carro, y comenzó a manejar. Lo único que se escuchaba era la música de la radio, y el aire acondicionado. Las calles no estaban tan movidas, y a ambos nos relajaba eso, queríamos llegar a casa rápido para poder bañarnos y descansar. Pasaron unos veinte minutos hasta que por fin llegamos, y después de que Katsuki apagara el auto, nos bajamos com pesadez.

Con las llaves, abrí la puerta, y nos di paso dentro de la casa. El primero en bañarse fue Katsuki, ya que le dije que quería bañarme de última. Cuando salí de la ducha, me puse mi bata negra, de tela transparente y suave. Me quedé unos minutos parada, sin hacer nada, mirándome al espejo. Abrí una de las gavetas que estaban bajo al lavamanos, y saqué un frasco de pastillas.

Las pastillas anticonceptivas.

Apreté el frasco con mi mano derecha, y suspire. Hace mucho no me las tomaba, ya que Katsuki y yo no habíamos tenido intimidad desde lo ocurrido. Tenía la decisión en mis manos, la decisión de si cambiar el rumbo de mi vida o no.

¿Quiero cambiar mi vida?

Eso era una pregunta muy difícil de responder. ¿Que debería escoger? Intente relajarme, y mire mi reflejo en el espejo que adornaba el baño. Miles de escenarios en mi cabeza se empezaron a crear, en donde Katsuki era el protagonista; o más bien, nosotros, con un pequeño ser incluido. La imagen de Katsuki cargando a un bebé hizo que un calor inmenso se extendiera por mi pecho, y sin poder evitarlo cerré mis ojos para poder crear esa ilusión más clara. En esa creación de mi imaginación lo veía tan feliz, cargando a esa pequeña personita entre sus brazos.

Me imagine uniéndome a ellos, abrazándolos y dándoles besos en sus rostros. La alegría también aparecía en mí, y una gran sonrisa se formaba en mis labios. Imaginaba a ese pequeño igual que Katsuki, y casi los podía ver discutiendo por sus caracteres tan parecidos. Reí con levedad, sintiéndome enternecida por esa escena creada por mí. Me veía a mí cargando a un pequeñín, dándole todo el amor del mundo.

Amor.

Abrí mis ojos, y vi mi reflejo en el espejo de nuevo. Sabía que podía darle todo el amor del mundo a un pequeño.

A mi hijo.

También sabía que no nos faltaba nada, estábamos bien económicamente, y estables como pareja. Sabía que Katsuki sería un excelente padre, y estaba segura de que yo podría ser también una muy buena madre. Entonces...

¿Por que tengo tanto miedo?

Estaba consciente de que tenía todo eso, pero aún así...

Tengo miedo a fallar.

A fallar como madre. A fallar como pareja debido al estrés añadido a nuestras vidas, ya que sí, tener un hijo era toda una ilusión, y para algunos, una muy bonita. Pero no todo es lindo, siempre está esa parte difícil y que da miedo sobre un cambio en nuestra vida. Y esa parte difícil era criar a una pequeña persona, una persona que dependerá de nosotros durante casi toda la vida que nos queda. Tenemos que enseñarle, quererlo, darle tiempo, regañarlo, felicitarlo...

Bakugo y tú - Paso a paso ||Segundo libro|| ✔️ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora