"Creo que estoy asustado de todas las señales, nunca me dejes solo en la noche"
— dpr ian; scaredy cat.
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Me asuste cuando la maestra de cálculo salió del salón azotando la puerta y dejando un silencio abismal en el salón, Miya dormía sobre su pupitre sin haber tomado un solo apunte de la clase, furnia tranquilamente con aquel suéter mal acomodado sobre él fingiendo ser una manta y con su mano colgando del lado del pasillo, solo nos habíamos saludado en la mañana pero del resto del día no habíamos vuelto hablar. Las chicas de ayer no dudaron en recordarme que después de nuestra última hora iríamos todas juntas hacia el karaoke para divertirnos un rato, les pregunté si solo seríamos nosotras o irían más pero ignoraron mi pregunta porque alguien había mencionado sobre qué pediríamos de comida una vez estuviéramos ahí, regrese a mi asiento y continué con las clases y ahora que llegaba el momento de tomar la última clase que sería Química me comencé a sentir nerviosa, antes nunca me habían invitado para esa clase de reuniones, no sabía que decir o cómo actuar pero caerles bien pero debía de confiar un poco en mi.
La puerta del salón se abrió de golpe, parecía que los maestros solo sabían hacer esa clase de entradas para ponernos los nervios de punta, incluso el pobre Miya se levantó de golpe girándose para mirarme como si yo tuviera la culpa, se acercó a mi pupitre y apoyo la cabeza ahí.
— Debiste haberme levantado — me dice bostezando — Hoy no tuviste problemas con el estacionamiento, tu hermano no te trajo.
—Para ser alguien que camina sin mirar detrás de él te fijaste en eso— comenté mirándole — Le prohibí a Rin que me trajera a la escuela de nuevo, él siempre haría eso causándome problemas.
—Igual y no te pareces mucho a él — Miya deja de apoyar la cabeza en mi pupitre me mira fijamente acercándose más haciendo que retrocediera un poco sobre mi silla — ¿Tus padres volvieron a casarse con otras personas?
—Eres muy observador — le digo un tanto intimidada — El no es mi hermano.
—Es tu novio — sentencia casi de inmediato ignorando que la maestra ha comenzado a explicar y que debíamos estar prestando atención. Negué — Un amigo, un amigo mayor con dinero.
Negué de nuevo.
— Presta atención.
El asintió, se giró de nuevo para quedar de frente al pizarron dejándome suspirar tranquila después de todas las cosas que había dicho en esos segundos. Miya parecía alguien totalmente tranquilo a primera vista pero era muy observador, entrometido y un tanto divertido a pesar de sólo habernos conocido ayer, mis demás compañeros se sumergían en sus propios asuntos ignorando que había alguien nuevo y probablemente era lo mejor porque así no debía de ponerme tan nerviosa para el momento de preguntar algo o hacer algo. La escuela parecía ser tranquila hasta el momento y agradecía que no hubieran problemas como en mi antigua escuela.
