¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"No se que hacer sin ti, no sé donde poner mis manos. He intentado descansar pero estoy escribiendo esto a las 3 am"
—mitski; francis forever.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No hay nada bueno. Eso fue lo primera que pensé al abrir los ojos y encontrarme a aquel hombre durmiendo pesadamente a mi lado, con ojeras debajo de sus ojos, con aquellos golpes decorando su cara, con sus manos sosteniendo la mía con fuerza, con esta casa inmensa que me sofocaba y hartaba en cada momento como un tonto recuerdo de mi situación. No había nada bueno hoy y tampoco lo habría si las cosas continuaban de esta forma.
Le había pedido a Sanzu irnos por fin, que lo hiciéramos porque ya no podía soportar las cosas y él había se había negado, incluso cuando él me había pedido lo mismo meses atrás diciendo que era lo mejor él ahora se retractaba de eso y pensaba en Mikey, en aquel tipo inmaduro que no sabía que lastimaba a cualquiera que intentara ayudarlo. Ya había decidido irme de aquí, era el único plan coherente que tenía y lo que haría hacer pronto porque estaba cansada de todo y tal vez parecía molesta repitiendo todo esto y que solo debería hacerlo de una vez por todas pero no quería dejarlo, no quería irme con él, no quería ser la única dispuesta a abandonar todo por su felicidad y tampoco quería ser tan envidiosa. Pero sabía que Sanzu estaba aquí sin que alguno de ellos lo supiera y se metería en problemas si alguien lo encontraba aquí o lo veía por la zona porque Mikey había sido claro aora querer cortar cualquier lazo conmigo.
Me levante de la cama sentándome en la orilla, mirando por la ventana y viendo aquel anillo decorando mi dedo, un anillo precioso digno de un aparador y el cual no merecía. Yo no merecía tener cosas bonitas y mucho menos por todo lo que había estado haciendo, no merecía nada y eso lo recordaba siempre así como no merecía tener a Sanzu conmigo y tampoco merecía ser feliz. Me estire un poco, bostece y me giré para mirar a Sanzu llevando mi rostro cerca del suyo para besar su mejilla y acariciar su cabello deseando no levantarlo pero fallando por completo ya que él abrió los ojos lentamente sonriéndome un poco sin ganas y buscando con los ojos un reloj que pudiera mostrarle la hora.
— Deberías estar en la escuela ¿no?— es lo primero que dice acomodándose un poco. Asentí restándole importancia.
Tenía esos pensamientos en mi cabeza, ese mal sabor de boca que me daba la sensación de que si hablaba soltaría alguna palabra hiriente y era lo que menos quería. Iba a hacer cosas y decir otras tantas de las cuales iba a arrepentirme en segundos pero que las tenía en la punta de mi lengua esperando para salir. No quería hacer sentir mal de nuevo a la única persona que seguía estando ahí para mi incluso después de todo, no quería herir a la persona que quería formar una vida a mi lado incluso cuando yo no valía nada y él no tenía la culpa de nada. Pero yo era así, siempre inmadura, siempre volátil, siempre dejando que mis sentimientos y malos recuerdos tomen el control de todo y me hagan actuar de esta manera de la que terminaba arrepintiéndome.