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"Tu me mantuviste como un secreto pero yo te mantuve como un juramento"
— taylor swift; all too well (10 minutes version)
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La mesa está en silencio siendo a su vez el sonido de los utensilios chocando contra el vidrio de los platos lo único que aligera el ambiente en aquel restaurante en el que nunca había estado antes, frente a mi hay un adulto que luce amigable, un hombre del que he oído demasiado en todo este en el que mi vida parecía estar en un punto muerto, un hombre con el que a penas había cruzado un par de palabras y del cual poco sabía pero que aún así me inspiraba confianza y una cierta aura de protección con tan solo verlo a los ojos. Hanagaki Takemichi tocó la puerta de mi casa en las primera horas del día en el que era la única despierta, su respiración era agitada y sudaba demasiado como si hubiera corrido por todo el camino hasta llegar ahí, me tomó por sorpresa verlo ahí pero solo me limité a escucharlo balbucear y decir cosas sin sentido con sus manos meneando de uña lado a otro con ademanes por el aire, su cabello revuelto y ese anillo de compromiso que adornaba uno de sus dedos de su mano derecha recordándome que él estaba a nada de casarse lo cual mantenía a Miya feliz y con esa ilusión de hacer algo igual algún día. El hombre me miró seriamente una vez dejó de parlotear cuando el aire se le acabó en los pulmones y noto que no estaba entendiendo nada de lo que me intentaba explicar con esos nombres que no entendía.
—¿Estas libre?— preguntó por fin cuando cobro la compostura — Necesito hablar contigo.
No tenía nada que hacer más que mirar la televisión y hablar a la escuela con la esperanza de que pudieran darme el resto de los papeles que necesitaba que me liberaran, quería tener todo listo una vez la casa fuera vendida e irme, Sanzu había tenido que irse ya que parecía que Mikey no sabía que él ya me había encontrado así que lo vi irse durante la noche y Miya debía estar con los últimos exámenes del semestre para librarse por fin de ellos y aunque ambos estaban preocupados por dejarme solos y que algo más me pasara los convencí a que estaría bien porque Keiji era solo un miedoso que tenía por pequeños momentos dosis de valentía los cuales desaparecían cuando a su mente llegaban los nombre de Hayase y Mikey como balas. Tarde en contestarle, no era que desconfiara o algo así, era que simplemente me parecía extraña la forma en la que él y yo había coincidido por fin después de tanto tiempo queriendo hacerlo, no había nadie como el que pudiera decirme sobre Mikey, no había nada como él a quien quería escuchar esos momentos sobre por qué demonios Haruchiyo lo culpaba algunas veces de muchas cosas, él era una incógnita que no podía despejar por mucho que lo intentara y por fin tenía la oportunidad de hacerlo y dudaba incluso en esos segundos pero me atreví a aceptar.
