"Necesitas las caricias de una mujer en tu casa, solo protégela y mantenla a salvo"
—doja cat; woman.
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El señor Chifuyu me dio una camisa suya que tenía guardada ahí, me revisó verificando que no tuviera alguna herida encontrándonos solo con las marcas de los agarres de esos tipos sobre mi piel, las mire por el espejo, lucian horribles que creía que las calcetas no iba a cubrirlas bien, eran feas y me llenaban de asco de tanto que sentí el estómago revolverse y tuve que correr de vuelta al baño dejando caer mi cabeza en la taza dando arcadas devolviendo lo poco que había comido en el día causándome algo de ardor y dolor, el señor Chifuyu sostuvo mi cabello y acariciaba mi espalda animándome a sacar todo porque contenerlo solo me haría mal.
—¿Ella está bien?— la voz de Miya fuera del baño se escucha por sobre mis arcadas.
—¿Vas a contarme que sucedió o tengo que colgarte para que me lo cuentes?— Chifuyu pregunta aún dándome palmadas en la espalda totalmente confundido una vez Miya hace presencia con todas sus pequeñas heridas curadas y limpias.
—Unos amigos me invitaron de última hora al karaoke, al entrar vi al grupo de Sakura saliendo con mucho miedo al parecer unos tipos habían tomado su sala y las habían sacado de ahí — Explica sin dejar de mirar al mayor — Les pregunté sobre Nanase porque ella también estaba ahí pero ellas dijeron que estaba en el baño así que les pedí el número de su sala, al querer entrar noté que la puerta estaba bloqueada la patee como Kazutora me enseñó y entré encontrándome con ya sabes que.
—Eso implica llamar a la policía — Kazutora también apareció colocándose por debajo de la puerta — Fue un intento de abuso en grupo, implica la policía y a la escuela.
La policía. No, definitivamente no podía ir a la policía y tampoco hacer esto mas grande porque tanto como yo y Mikey estaríamos en problemas, la policía querrá saber sobre mis padres los cuales ya ni si quiera querían saber de mí y Mikey había sido especifico al no querer tener que tratar asuntos tan serios que lo hicieran salir mucho del edificio, tal vez era por el lavado del dinero en las tiendas o por aquel tipo que desangraba sobre la alfombra aquella otra vez, no debía hacer esto grande, solo debía ir a casa y encerrarme en mi cuarto intentando calmarme y pensar en una solución que asustara a aquellos chicos.
—Llamaré a la policía entonces — Chifuyu busca su teléfono entre los bolsillos de su pantalón y yo me apresuro a intentar quitárselo.
—¡No lo hagas!— insiste con mis ojos lloroso — Yo puedo arreglar esto.
—Tus padres — Kazutora dice — Tus padres deben saber esto, es algo serio y se que a Ha- tus padres les preocupará ver que es tarde y que aún nos has llegado, mírate con todas esas marca y no has dejado de llorar.
—Estas siendo duro, Tora — Chifuyu le interrumpe — ¿Que quieres hacer? Aquí lo único que importa es lo que tú decidas, tú eres la víctima.
