"Lamento mucho que tu padre nunca te haya amado y que hayas visto a tú madre en la TV demasiado"
—— Chase Atlantic; YOU TOO.
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La puerta está abierta de par en par dejando a la vista el oscuro y vacío pasillo, me mantengo pegada al marco de esta como una medida de seguridad y el rubio que antes había estado tan exaltado por mi presencia parecía medio dormido sentado en la orilla de la cama con una botella de cerveza en su mano y murmurando cosas que a penas podía entender del todo. Ya no hay ni una pizca de sueño en mi pero me he llenado por completo de curiosidad por aquel hombre roto que solo me ha pedido dormir con él.
Dormir. Parecía que ninguno de los dos iba lograr hacer aquello hoy pero si uno de los dos cedía entonces tal vez podíamos lograrlo. Me preguntaba si mi madre alguna vez tuvo que pasar por algo igual, me preguntaba sobre los miles de clientes que debió conocer, todos tenían una historia y motivos que los llevaban a acabar en los barrios rojos, pero yo no estaba en los barrios rojos, estaba en una gran habitación acompañada de un hombre melancólico que no me había puesto ni una mano encima con doble intención y que parecía cansado de la vida. Si me atrevía a sentarme a su lado acabaría durmiendo de una vez por todas porque ya era muy tarde y si lograba pensar con más claridad aceptar el dinero para solo dormir con él sería de gran ayuda una vez me atreviera a irme de ahí.
Los pasos hacen eco en el pasillo, me asomé curiosa por completo para admirar una figura que comenzaba a ser familiar para mi, Sanzu luce cansado y lleva puesta una camisa que le queda demasiado grande junto a unos joggers negros.
—Mimi — me dice colocando su mano sobre mi hombro — No pensé que él fuera a llegar hoy, llevaba días sin venir.
—Está bien — le calme — No pasa nada. Lleva un rato así ¿es normal?
La definición de normal puede variar para cada persona, para muchos era normal adorar las bebidas dulces y para otros lo normal era odiarlas, para otros normal era ir a la escuela y para algunos más lo normal era no ir, para mi lo normal era dormir en cuanto estuviera entre mis sabanas pero tal vez para el rubio lo normal era quedarse mirando el piso sin poder conciliar el sueño como él quería. Sanzu no contesta mi pregunta en su lugar camina hacia él para acompañarlo sentado en la orilla del colchón, ambos se dicen cosas que solo ellos mismos pueden escuchar luego el de cabellos rosado se levanta caminando directamente hacia uno de los cajones rebuscando algo que encuentra casi de inmediato, es un frasco de pastillas que le extiende el más alto al rubio.
Fue rápido, la trago sin agua y se dejó caer de espaldas sobre el gran colchón que varios minutos atrás yo estaba ocupando, Sanzu parece satisfecho con aquella reacción así que por fin se aleja de él volviendo a caminar hacia mi.
