14: summertime sadness.

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"No me llames niña, no me llames bebé, mira a esta tonta que hiciste

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"No me llames niña, no me llames bebé, mira a esta tonta que hiciste. Me enseñaste un lenguaje secreto que no puedo hablar con nadie más"

—taylor swift; illicit affairs.

La mañana llego antes de lo esperado, me quedé dormida en el sofá con el teléfono en mano creyendo que en cualquier momento Manjiro volvería a llamar, que hablaríamos por horas como si pudiéramos contarnos todo y que él diría que iba a dejar todo ...

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La mañana llego antes de lo esperado, me quedé dormida en el sofá con el teléfono en mano creyendo que en cualquier momento Manjiro volvería a llamar, que hablaríamos por horas como si pudiéramos contarnos todo y que él diría que iba a dejar todo para venir aquí a mi lado. Yo definitivamente aún tenía ideas que iban más allá de lo que tenía como realidad así que me quedé en mi lugar, con la mente en blanco, con el teléfono aún en mi mano, con esa sensación de adormecimiento y el sol dándome en la cara demostrando que el tiempo pasaba más rápido de lo que uno notaba. Era como si en esos días en los que te sentías terrible el día era cruelmente más rápido sin darte a tiempo de tener un verdadero descanso para dejar sanar aquello que te atormentaba.

Miya y Sanzu debían de estar durmiendo aún en la habitación, así que supe que era el tiempo adecuado para empezar a empacar las cosas que definitivamente quería que alguien conservara consigo una vez ya no estuviera. Muchas veces nos detenemos a pensar en ¿cuando muera a donde irán mis cosas? ¿Las personas que me quieren querrán conservar algo que para mi era importante? ¿Van a desecharlas? No había visto morir a alguien que me importara tanto como para conservar sus cosas así que no sabía que tan doloroso era desecharlas o conservarlas una vez la persona te dejaba pero al menos quería que Haruchiyo tuviera algo mío, que se llevara con consigo el anillo que me había dado, el collar roto de mariposa que me dio de aquel viaje a Sendai en los primeros días, que se quedará con aquel vestido que use en navidad que tanto le había gustada ver en mi, que se llevara una carta donde yo le dijera lo mucho que me había encanto conocerlo y tenerlo a mi lado. Quería que Miya tuviera algo de mi, de su buena y tonta amiga de preparatorio que jamás debió conocer porque solo le daba problemas. Que Manjiro me recordara incluso después de morir.

Mi existencia ya no era tan invisible en este mundo, tenía lazos, tenía familia, tenía buenos momentos que me gustaban recordar cuando me sentía triste y a la vez quería crear más. Subí las escaleras en silencio y entré a hurtadillas observando a ambos dormir cómodamente con el espacio que he dejado, el cabello de Miya es un desastre y Haruchiyo parece murmurar algo entre dientes por su sueño que tenia así que me los quede mirando unos segundos antes de caminar hasta el armario donde saque las cajas que había traído la mudanza la primera vez para comenzar a guardar las cosas que quería que alguien tuviera. Aquello podía considerarse como mi testamento, lo que quería heredar para demostrar que había existido, que yo había estado viva en todo este tiempo y no ser solo una simple ilusión que con los años todos olvidarían.

these days ── ❛BONTEN+MIKEY; TOKYO REVENGERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora