𝑀𝑌 𝐸𝑉𝐼𝐿 𝑄𝑈𝐸𝐸𝑁 | Evie Grimhilde© [ +21 ] (EDITANDO)

CHAPTER XV: Outset Vol.2

Había llegado el día más esperado por el General, pero el más temido por su hijo, dio la casualidad que esa misma mañana había llegado un contrato con una petición de ejecución para uno de los reyes de Dinamarca, al parecer su esposa deseaba ocupar su lugar en el trono y si la Reina lo pedía pues, iba a tenerlo.

Una vez llegó la suma de dinero Shan Yu llevó a su hijo hasta la sala de armas para entregarle el equipamiento necesario para poder salir a la civilización y por supuesto, mantenerse oculto ante todos.

Shan Yu: —Ya te preparé todo lo que necesitas, vístete y te veré afuera en 20 minutos—.

Sin darle muchos ánimos el líder del Clan se retiró, Yan por su parte quería vomitar de los nervios y el miedo que sentía, sabía que si hacía esto ya no habría vuelta atrás, sólo podía pensar en qué diría su madre si supiera lo que está a punto de hacer, si no es que ya lo sabe.

Se colocó su uniforme color negro y vendó sus manos, para después colocar cada arnés en su cuerpo dónde portaría sus armas, las que usaría y las de repuesto por si llegaba a haber algún percance.

Finalmente acomodó los Sai en cada lado de su cadera y el kyoketsu envuelto en su torso para luego levantar su mirada hacia el espejo, se puso su máscara que ocultaba la mayor parte de su rostro seguido de su capucha dejando sólo sus oscuros ojos a la vista.

Era cómo ver a su padre justo enfrente de él, por un momento sintió terror de sí mismo por ver tal imagen en el espejo, pero sólo los segundos bastaron para que su rostro cambiara por debajo de la tela, le gustaba, algo se había apagado en él dejando salir a la superficie algo siniestro y malvado que lo ayudaría a llevar a cabo la misión, ya que si la concretaba con éxito esa oscuridad prevalecería dentro de su alma.

Al acabar salió del Templo y justo antes de cruzar las puertas se encontraba Takeshi escondido, por algún motivo Yan había logrado sentir su mirada observándolo, por lo que se frenó antes de poder salir girando su rostro hacia dónde su hermano se encontraba dedicándole una mirada penetrante.

Éste se quedó helado en su sitio sin saber qué hacer y con algo de inquietud.

Continuando su camino el hijo del General dió su primer paso fuera del Templo sintiendo cómo el viento pasaba por su rostro aún con todo el equipamiento que llevaba puesto, por un segundo él se sintió completamente libre.

Entró en la parte de atrás de una limusina dónde su padre lo estaba esperando sentado justo enfrente, el camino fue silencioso pero para Yan al encontrarse en la carretera era lo más hermoso que había visto.

Todo el viaje estuvo mirando hacia la ventana admirando el paisaje que iba siendo mejor a medida que el vehículo avanzaba, pero su sorpresa vino cuándo llegaron a la ciudad, las luces y los altos rascacielos parecían no ser reales, incluso estando frente a él.

Shan Yu: —Llegamos—.

Estacionando en un callejón con la lluvia golpeando el techo de la limusina el General miró a su hijo más serio que nunca, Yan sabía que su momento había llegado, pero en el transcurso del viaje se dió cuenta que era su destino, esto es lo que debía ser.

Shan Yu: —Te has preparando toda la vida para este momento, no te falles a tí mismo...no le falles a tu familia—.

Sacando de su abrigo el General le entregó un sobre sellado con el logo del Clan, el joven soldado sabía perfectamente lo que debía hacer.

Shan Yu: —Es el que tiene un reloj de oro, tráeme el reloj—.

Asintiendo Yan acató la orden bajándose del vehículo y desapareciendo entre las gotas de lluvia que caían del cielo, escabulléndose en las sombras de la noche logró entrar al castillo evadiendo la seguridad del palacio con facilidad.