𝑀𝑌 𝐸𝑉𝐼𝐿 𝑄𝑈𝐸𝐸𝑁 | Evie Grimhilde© [ +21 ] (EDITANDO)

CHAPTER XLIV: Imperial Academy (Version Extendida)

Desperté a la mañana siguiente, me sentía terrible y por sobre todo que mi cabeza iba a estallar, pero lo que más me extrañó fue haber despertado en la misma cama que ella, me mantuve en la misma posición que anoche durmiendo sobre su pecho.

Ian: -Igna...despierta-. Expresé somnoliento mientras me levantaba de la cama para tomar mis cosas.

Ella abrió sus ojos poco a poco, hasta tomar el reloj que había encima de su mesa de noche para luego sentarse sobre el colchón.

Mal: -Debes ir a clase ¿Cierto?-.

Ian: -Algunos debemos hacerlo-. Ella comenzó a reír para luego levantarse e ir hasta mi lado, se acercó detrás de mí y me dió un fuerte abrazo, pero luego hizo una pequeña mueca.

Mal: -Será mejor que te des una ducha, hueles fatal y no deberías ir de esa forma a clase-.

Ian: -Digo lo mismo de tí, apestas lagartija, date una ducha o algo-. Comencé a reír caminando hasta el baño.

Mal: -No digas esas dos frases juntas o podría pensar en entrar a ese lugar contigo-.

Ian: -Sigue soñando Mal-.

Mal: -¿Contigo? Por supuesto que lo haré, en especial si es en la ducha-. Me guiñó un ojo para luego caminar sensualmente hacia su armario.

Simplemente reí para luego entrar al baño, cerré la puerta y me dí una rápida ducha, esperaba poder despejar un poco mi mente pero la resaca no se iba del todo, la luz me estaba aniquilando.

Finalmente al salir hacia su cuarto le arrojé la toalla con la que estaba sacudiendo mi cabello únicamente para molestarla.

Ian: -Tu turno lagartija, espero que no mantengas los mismos hábitos que en la Isla porq...-.

Abrí mis ojos de par en par cuando pude sentirlo cerca, no hacía tiempo en irme ya que lo notaría rápidamente al ver toda la habitación repleta de humo, así que simplemente corrí hacia el lugar más rápido en dónde pude ocultarme.

Justo a tiempo me coloqué detrás de la puerta en el instante en que la abrió de par en par.

Ben: -¡Hey! Aquí estás, nos preguntamos porque no llegaste al desayuno-.

Expresó con una gran sonrisa mientras mantenía su mano sobre la perilla de la puerta, pero cada vez la abría aún más.

Le señalaba a Mal una y otra vez apuntando con mi dedo las botellas que había en el suelo, y justo a un lado de ellas mi chaqueta.

Mal: -¡Heeeey!-. Respondió entre risas nerviosas empujando con su pie las botellas debajo de la cama. -Es solo qué...estaba exhausta, me quedé dormida lo lamento-.

Se acercó a él pero en ese momento su rostro se transformó por completo, levantó su mano indicándole a Mal que se detuviera, soltó la perilla y comenzó a adentrarse en la habitación dando lentos pasos sobre la alfombra.