Veintiuno.

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     Sabía que Adrien había tomado la palabra de Kagami y que bailaban juntos por la pista, no quería prestarles atención, porque una de las pocas personas que la miraba con sincera simpatía en este lugar la estaba haciendo sentir cómoda y hasta l...

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     Sabía que Adrien había tomado la palabra de Kagami y que bailaban juntos por la pista, no quería prestarles atención, porque una de las pocas personas que la miraba con sincera simpatía en este lugar la estaba haciendo sentir cómoda y hasta le arrancaba sonrisas cuando hacía algún comentario.

     Cuando la pieza de vals finalizó, el mozo sostuvo su mano y le dio un pequeño beso en el dorso de ésta para despedirse, sabía que iban a reprenderlo por apartarse de sus labores un poco y quizás su novia lo sabría, pero le fue imposible resistirse a bailar con ella cuando la consideraba tan bonita.

     Marinette miró hacia un lado y vio a Kagami guiñarle el ojo con un notorio toque de 'está conmigo ahora, perra'. ¿Acaso le importaba? ¿Por qué todo el mundo tenía que asumir que entre ellos había algo fuera de lo profesional?

     Adrien podía acostarse con todas las mujeres que deseara, después de todo no era nadie para impedírselo, ni él podría impedirle con qué persona estar.

     Cuando volvió a la mesa, se sirvió una copa de vino, no tenía impedimentos para beber porque eran traídas por un servicio pagado por G&E. Clementine hablaba muy fácilmente con los representantes de Vogue, mientras Rose le pedía ayuda a Nino sobre lugares históricos de Dijon para poder visitarlos.

     La azabache disimuladamente vio la hora en su reloj, no creía resistir más tiempo porque se sentía cansada y de alguna u otra forma la negatividad de las modelos hacia ella le había afectado, pero cuando iba a abrir la boca, una mano increíblemente caliente se posó sobre su piel. No fue necesario voltear para saber quién la tocaba, mucho menos cuando un aliento rozaba su oreja derecha al momento en que le susurraba con un exquisito acento francés.

-¿Piensas irte ya? Tenemos que bailar una pieza para darle el gusto a los demás -la joven se volteó quedando a unos escasos centímetros del rostro del ojiverde.

-Yo no hago las cosas para complacer a los demás, no voy a bailar contigo Adrien, porque voy a irme, estoy cansada y... -el rubio frunció el ceño.

-No estás hablando en serio, ¿o sí? -como no decía nada, supuso que era cierto. Suspiró-. Llamaré a mi chofer para que las lleve al hotel.

-Rose está muy entusiasmada, preferiría que la lleven más tarde, yo tomaré un taxi.

     Adrien se acercó más, las emociones en la cara de Marinette eran bastante evidentes como para poder ocultarlas.

-¿No hay alguna razón extra por la que te quieras ir? -la ojiazul negó en silencio, mientras mordía su labio, quiso pasar por alto ese gesto pero fue inevitable-. Está bien, pero igual te irás con mi chofer, te guste o no -y así me aseguro de que nadie pueda hacerte algo, se dijo. Esa sensación molesta crecía en su pecho, la mujer se iría y él, bueno, él tenía todo el resto de la atención y una candente invitación al hotel donde se quedaba Kagami. Aún así, ¿por qué no estaba satisfecho?

Here || Adrinette AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora