[Secuela de Stay]
Si en la mejor noche de tu vida te hubieran humillado, engañado y acusado de algo que no hiciste, ¿qué harías? Adrien Agreste es un buen ejemplo de que no puedes huir para siempre.
Dicen que si algo está destinado a ser, será...
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¿Se habría quedado hasta la 1.00 de la madrugada? ¿Quizás un poco más tarde? No recordaba hasta qué hora estuvo en ese callejón oscuro llorando y pateando cosas, llevado por la rabia que sintió, rabia contra sí mismo, rabia contra el resentimiento que se aferraba a su corazón como sanguijuela chupasangre. Ese resentimiento que no le hacía bien ni a él ni a la gente que lo rodeaba.
No recordaba con exactitud cómo fue que llegó a su casa en perfectas condiciones sin haber chocado el vehículo, porque no le había prestado mucha atención al camino. Así, como un cobarde, dejó que una de las personas más importantes de su vida huyera de él, por no saber retenerla ni tener la capacidad de confesarle exactamente lo que pensaba y sentía. ¿Y cómo hacerlo si con suerte él estaba al tanto?
Fue así como, al día siguiente, Marinette y Rose viajaron desde Dijon a París para tomar un vuelo directo a Nueva York. Rose nunca se había sentido tan preocupada en su vida como ese día, cuando la vio salir de la habitación de hotel con un rostro de pocos amigos, un rostro sin expresión alguna. No se atrevió a preguntar, porque tenía la sospecha de que sería como meter el dedo en la llaga y la terminaría haciendo llorar.
Sabía que Marinette y Adrien fueron novios en el pasado, y era evidente para cualquiera que tuviese esa información que ambos seguían manteniendo sentimientos el uno por el otro, así que, si su amiga se retiraba, era por una razón más poderosa que sólo 'el contrato terminó', 'el empleo con Fox me está esperando', y esas cosas que había mencionado.
Y así, dos personas que sufrían y se querían, terminaron alejándose por unos días. A veces el ser humano podía ser jodidamente terco, terco al punto de cegarse y herirse más de la cuenta.
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Miércoles 12 de diciembre, 2029. Un mes después. 14.20 P.M.
Nueva York, Estados Unidos.
Fox News era un canal de noticias abierto las 24 horas del día, que repetía en la madrugada cierto contenido, con programas sobre viajes, documentales y una variedad de temas actuales. Dupain-Cheng era conductora de noticias en el programa de las 21.00 hasta las 22.30, donde hacían un resumen de todo lo acontecido en el día y noticias nuevas para revelar.
Estaba en conversaciones aún sobre el talk show, tenía que revisar el contrato y saber qué estaba sucediendo para que la dirección pusiera en duda aquello. ¿Reclamar? Apenas tenía cabeza para hacer valer sus derechos, las noticias eran su pasión, ¿pero un talk show? Era el sueño de todo periodista tener algo propio en cualquier canal, pero ella no decía nada, todo lo ponía en las manos de Rose. ¡Que lo hablaran después! Su cabeza no estaba para esas cosas, no por el momento.
Marinette abrió con gracia la carpeta que tenía frente a ella para leer unos archivos que estaban allí impresos. Ahora se encontraba sentada en una reunión de pauta para aclarar las noticias que expondrían en unas horas más. Le dolía la cabeza, estaba con un humor de mierda y peor, ella tenía que hablar todo el tiempo, porque sus compañeros amaban cómo salían las ideas de su mente.
