Epílogo.

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Viernes 14 de junio, 2030

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Viernes 14 de junio, 2030.

Dijon, Francia.

     Sus ojos viajaban a cada rincón de esa oficina, paredes que lo vieron surgir como el jefe de lo que era su empresa, la marca de sus diseños, el sueño compartido que tenía con su padre allá en el cielo.
     Miró el escritorio por última vez y sonrió de costado al ver otro nombre puesto en la placa de vidrio, ya no decía Adrien Agreste, CEO & Designer, ahora estaba escrito el nombre de Nino Lefebvre, porque, en efecto, sería el nuevo jefe de G&E.

     ¿Qué sucedería con él? En Estados Unidos, en aquellos días de diciembre, cuando Marinette estaba inconsciente, se dio cuenta de que no podía vivir más tiempo en un país donde no había nacido, pero la razón más fuerte de hacerlo tomar esas decisiones era que no podía estar lejos de ella, no consideraba oportuno pedirle que viviera en Francia a su lado y apartarla de su familia.

     Esto no significaba que dudara de sus capacidades, con el talento y la personalidad tan espontáneas que poseía conseguiría ser periodista cuando y donde fuera, pero en Estados Unidos tenía mayor oportunidad de contactos, fama y de desarrollarse.

     Por eso y más, desde enero llevó a cabo todos los trámites y papeleos necesarios para asignarle el puesto de jefe a su mejor amigo, y les pidió a sus contactos que buscaran el mejor edificio de Nueva York que tuviera pisos disponibles para establecerse ahí con la nueva y primera sede de G&E en Estados Unidos. ¡Estaba expandiendo sus horizontes! Sólo por esta vez, recibiría ayuda económica de Tom para cumplir ese sueño.

     Sostuvo su maletín para salir de la oficina, hoy había finalizado oficialmente su papel como jefe y se había despedido de todo el mundo, agradecido eternamente por sus esfuerzos y pidiéndoles con mucha preocupación que siguieran tal cual con Nino, porque les dejaba a su mejor amigo y al mejor empresario que había conocido.

     Bajó por el ascensor, ansioso por todo lo que se vendría de ahora en adelante. Esta era una de la cosas que el Rey del Universo le ofrecería a Marinette en demostración del amor que le tenía, abandonar algo que le pertenecía para seguir a su lado. En un principio las cosas no habían sido fáciles, cuando ella se enteró de lo que estaba haciendo le rogó que lo dejara, sentía como si arruinara su sueño, sin saber exactamente que el sueño de Agreste era tenerla para siempre.

     Al llegar al vestíbulo no vio a la persona que esperaba, sus ojos miraban curiosamente cada rincón por si la veía parada en algún sitio. Miró el reloj en su muñeca, ¿se habría adelantado mucho? Mas todos esos pensamientos desaparecieron al escuchar esa voz que clamaba su atención.

-Señor Agreste, ¿está disponible? -el aludido giró sobre sus zapatos e hizo todo el esfuerzo por no estrellarla contra una pared para hacerle el amor, siempre se vestía con un gran sentido de la moda que lograba sacar de su interior al Adrien salvaje que guardaba.

Here || Adrinette AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora