Treinta y seis.

658 51 19
                                    

     Las palabras cesaron, pero el contacto físico se mantuvo por varios minutos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

     Las palabras cesaron, pero el contacto físico se mantuvo por varios minutos. Adrien pensaba que si se retiraba de ahí, algo le pasaría a Marinette, quizás si atravesaba la puerta no se acordaría de quién era él. Temores que no tenían fundamento, pero a pesar de saberlo, existían. Mas no podía quedarse con ella todo el tiempo, había personas que querían hablar con ella y verla, y una de ellas era su hermano.

     Besó su frente lentamente, luego la punta de su nariz hasta descender a sus labios para capturarlos como si fueran dos exquisitas gomitas. ¡Pero qué delicia era expresar lo que sentía sin temor a ser rechazado!
     Abrió los ojos de nuevo y la vio allí, no era un sueño, ella estaba despierta, mirándolo con tanto cariño que derretiría su corazón por completo.

-Me tendré que ir -suspiró, acariciando su mejilla.

-Pídele a alguien de la clínica que te permitan quedarte conmigo, no quiero que te vayas. ¿Y si despierto y todo es un sueño? -su voz angustiada y sus palabras lo enternecieron al punto de hacerlo suspirar.

-Esto no es un sueño, esto es real, Bella Durmiente -volvió a besar sus labios lentamente-. Sé fuerte cuando te saquen esta sonda, ¿sí? -Marinette asintió no muy convencida, porque no le parecía atractivo sentir cómo salía un tubito desde su esófago hasta sus orificios nasales, de hecho, le aterraba-. ¿Quieres que pase mi hermano? Si no quieres puedo decirle que no.

-Dile que pase, por favor -lo dijo rápidamente a pesar de estar cansada-. Digo, bueno, si no fuera por él no estaría viva y debo hablar con él -el ojiverde besó el dorso de su mano antes de retirarse de esa habitación, no muy convencido de que no fuera a desaparecer por arte de magia.

     La puerta se cerró tras su espalda, pero un nudo en su garganta se creaba. Apenas dio pasos por el corredor hasta llegar donde sus hermanos, su cuñada y los padres de Marinette estaban ahí y lo miraron preocupados. Con discreción le señaló a Félix la puerta y le dijo que ella quería conversar con él, a lo que respondió entre sorprendido y nervioso. ¿Hablaría con la ex novia de su antiguo aliado?

     Apenas Félix salió de allí, Adrien cayó de rodillas y abrazó el cuerpo de su hermana, mientras rompía llorando sin poder frenarse a sí mismo. ¡Santo cielo! Marinette estaba despierta, la mujer a quien tanto amaba estaba consciente y lo reconocía, no había perdido la memoria como tanto temió estos días, pero no sólo eso, también le había dicho que lo amaba.
     No sabía si lloraba de alegría o pena, sólo sabía que tenía enormes deseos de tirar hacia afuera toda pena vivida estos días, el estrés y el miedo de que ella falleciera no se los deseaba a nadie.

     Tendría más compañía para descargarse, pues mientras paseaba por centros comerciales, Alya lo llamó para comunicarle que mañana llegaría a Nueva York, porque se había enterado de todo lo que estaba pasando, aunque de inmediato dejó en claro que venía sin ánimos de discutir y con la mente muy abierta para conversar a solas con Marinette. Eso era una señal importante de que las cosas irían tomando su forma para bien, porque incluso Zoé le mandó un mensaje diciendo que quería venir a verla.
     Sabía que ninguna de las dos pelearían por el pasado, tendrían respeto por la situación.

Here || Adrinette AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora