Pray for Lumière

IMPERFECTUS

El mismo día de lo sucedido en el colegio con Asher, al llegar la noche y haber terminado el día y estar a punto de dormir, Cheryl le comentó a su esposo lo que había ocurrido mientras el pequeño había pasado a exponer su oración frente a todo el grupo.
William no podía creer semejante cosa que estaba escuchando, ¿cómo podía ser posible que su hijo pidiese, y tan siquiera, sintiese piedad por el opositor de Dios? si desde pequeño se le había inculcado y enseñado el amor por Dios, no lo contrario o hacia ese ser maligno, por lo cual sonaba imposible, más aún a como era el pequeño, siempre había sido un buen niño, un buen hijo, estudioso, respetuoso y amable con la gente, ¿cómo podía ser?

—No, no, yo pienso y estoy casi seguro que la profesora pudo haber escuchado mal, nuestro hijo sería incapaz de pedir por aquel ser que conociendo la gloria de Dios, se atrevió a desobedecer —Como todo ser humano, hablando por lo que la religión enseñaba, pero sin conocer la verdad realmente—. dudo que nuestro niño sea capaz de pedir por aquel ser inicuo. —Mencionó William negándose a lo que estaba escuchando por parte de su esposa.

—Lo sé, cuando la escuché decirlo lo pensé casi imposible, pero mencionó que toda la clase reaccionó ante lo que dijo Asher, y vamos, ella pudo haber escuchado mal, pero que toda la clase lo haya escuchado también me hace pensarlo. —Dijo Cheryl asegurando lo que la profesora le había dicho sobre lo sucedido—. Aparte, nunca hemos escuchado a los niños orar en voz alta, siempre somos nosotros los que hacemos oración, junto con ellos, sí, pero no les hemos permitido que ellos la hagan solos por su cuenta de esa forma... creo que sería una buena idea para confirmarlo ¿no creés? —Finalizó diciendo y brindando una solución.

William dió un suspiro procesando lo que su esposa le había dicho, era cierto. —Tienes razón, vamos a comprobarlo nosotros mismos. Mañana es día de ir a la iglesia, pero no comentaremos nada hasta asegurarnos. —Finalizó estando de acuerdo con la idea proveniente de Cheryl y finalmente brindándole un pequeño beso para disponerse ambos a dormir.

Sábado

El día había transcurrido de lo más normal, como cada sábado sin falta, la familia había acudido a la iglesia a escuchar la palabra del Señor, y aprovecharon para inscribir a los pequeños  a un curso bíblico que se había abierto en la iglesia dirigido para menores, William y Cheryl, como siempre, lo vieron como una buena oportunidad para que sus hijos recibieran más conocimiento espiritual.

Al finalizar el día después de la cena se rompería la cotidianidad habitual que se tenía dentro del hogar de aquella familia, pues William y Cheryl ya no harían oración con los pequeños, esta vez ellos la harían por su cuenta. Era beneficioso en todo sentido, así los pequeños se acostumbrarían a empezar a hacer sus propias oraciones personales, y aparte, aprovecharían para comprobar lo dicho por la docente el día anterior sobre la oración de uno de los menores.

Después de haberse levantado de la mesa y haberse lavado los dientes, los pequeños como cada noche ya estaban listos para hacer la oración familiar final del día, pero William y Cheryl solo los despidieron para que se dirigieran a su habitación correspondiente, haciendo presente una clara extrañeza en los pequeños.

—Papi, ¿no vamos a orar hoy? — Preguntó la pequeña Meryl dirigiéndose hacia su padre.

El pequeño Asher solo permaneció de igual manera observando a sus progenitores esperando una respuesta a la pregunta que había hecho su hermanita.

—Claro que si, es muy importante hacer oración todos los días, solo que mami y yo pensamos que es momento de empezar a dejarlos hacer su propia oración cada uno por su cuenta. —Mencionó William aclarando la situación.

—Bien, buenas noches. —Dijo el pequeño Asher brindando un beso y un abrazo a sus padres para dirigirse a su habitación.

Por otra parte Meryl hizo lo mismo que su hermano, pero no sin antes de marcharse hacer una pequeña petición. —¿Pueden leerme un cuento cuando termine mi oración? —Cuestionó la pequeña esperando una respuesta positiva por parte de alguno de sus padres.

—Claro que si mi amor, iré yo. —Contestó Cheryl casi de inmediato ante la petición de su pequeña.

—Está bien. Buenas noches papi, descansa y sueña bonito. —Dijo esto dándole un pequeño beso en la mejilla a su padre y recibiendo de igual manera bonitos deseos para el descanso por parte de éste—. Mami, te aviso en cuanto termine ¿si? —Finalizó diciendo y recibiendo un asentimiento por parte de su madre, para en seguida dirigirse a su habitación.

Ya cuando los pequeños estaban en su habitación, William y Cheryl comprobarían lo que habían acordado.
Se dirigieron hacia la habitación del pequeño Asher, la puerta estaba entre abierta, justo al punto perfecto para poder escuchar lo que el pequeño dijera. Nunca eran de invadir la privacidad de sus hijos o espiarlos para ver todo lo que hacían, ni siquiera era necesario ya que cada uno se portaba perfectamente bien, pero de igual forma esta vez lo ameritaba.

Después de unos pocos minutos de demora por parte del pequeño Asher para comenzar su oración por haberse puesto su ropa para dormir y organizar su cama, finalmente se dispuso a comenzar su oración. Y de igual forma, como había sucedido en el colegio un día anterior, sus palabras en su oración eran hermosas, hasta llegar casi al final de ésta.

—... y gracias por el bonito día de hoy, te pido por favor que cuides de mi mami, de mi papi, de mi hermanita, de toda mi familia, de mi también, de las personas que necesiten de ti, y por favor, también cuida a Lucifer —Al escuchar aquel nombre, sus padres se paralizaron al escuchar y confirmar lo que se les había dicho, realmente Asher pedía por el opositor de Dios.

Sin dejarlo finalizar la oración, William intervino, tratando de ser detenido por Cheryl en un intento, claramente, fallido.
William no era de regañar a sus hijos, ya que estos siempre tenían una conducta maravillosa y no había necesidad de ello, pero en esos momentos al escuchar salir aquellas palabras de la boca de su pequeño, le provocaba un malestar interior, pero no precisamente de enojo.

Miedo

Estaba asustado y preocupado.

Así que al adentrarse en la habitación, Asher recibió un regaño un tanto alterado por parte de su padre, le repetía que no debía pedir por aquel infame ser. Las palabras eran dichas de una manera sin tacto alguno, lo que al instante causó en el pequeño que varias lágrimas empezarán a correr por sus mejillas.

Cheryl por su parte trataba de hacer entrar en razón a William, que no tenía porque hablarle así a su hijo, mientras la mujer abrazaba al pequeño niño que no podía parar el llanto.

Al mismo tiempo provocó que se escuchase el pequeño escándalo hasta la habitación de la pequeña Meryl, quien llegó corriendo a la habitación de su hermano asustada para ver que es lo que pasaba y corrió rápidamente de igual forma a los brazos de su madre. Al notar a la pequeña, William se calmo un poco, entrando poco a poco en razón de la actitud que había tomado. Ver a sus pequeños asustados por su culpa no era nada agradable para él.
Se arrepintió de la actitud que había tomado, disculpándose, tratando de calmar al pequeño Asher y al mismo tiempo, también a su pequeña. Sin más, salió de la habitación con un sentimiento de culpa por lo ocurrido.

Cheryl se quedó un poco más con su hijo hasta que se calmase haciéndole saber que la reacción que había tenido su padre era porque se preocupaba por él, aún sin justificar nada de lo sucedido proque realmente se sentía mal de ver a su pequeño llorar. Permaneció junto a él hasta que se quedó dormido, para en seguida llevar en sus brazos a la pequeña Meryl a su habitación que también se había quedado dormida.

Esa noche varios pensamientos se hicieron presentes en la mente de ambos padres. Pues lo que habían escuchado realmente los había sorprendido, porque aunque el pequeño pidiese por aquel ser, su oración seguía siendo tan hermosa y de lo más pura, no entendían cómo podía ser aquello o el por qué.

Y aunque la reacción de William no fue la correcta, fue una acción por mero impulso, que si bien, debió de haber esperado para pensar en conjunto con Cheryl lo que se podría hacer al respecto y de una manera más fríamente. Pero el “hubiera” no aplica en ningún momento de la vida, las cosas pasan y no hay marcha atrás.

El ser humano es imperfecto por naturaleza y siempre cometerá errores.