TERCERA CARTA

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Recuerdo

Recuerdo cuando nos conocimos.
Fue bastante inusual, apareciste en mi oscuro camino como un rayito de luz, tal y como un ángel acudiendo a mi ayuda para guiarme.
Desde ese día supe que apareciste en mi vida para salvarme.
Jamás me imaginé que llegarías a ser tan importante para mi... realmente ni siquiera estaba seguro si te volvería a ver de nuevo, aunque lo anhelaba a diario después de nuestro primer encuentro, porque tu imagen y esencia se quedó capturada en mi memoria desde aquella noche.

Siempre supe que había algo especial en ti, algo increíble, pude predecir lo maravilloso que ibas a ser.
Tienes magia y no necesitas trucos.

Recuerdo nuestro primer beso. Necesitaba sentir algo lindo y tú me enseñaste el universo entero a través de tus labios, miles de galaxias y constelaciones.

Recuerdo la primera vez que te dije “Te quiero”.
Jamás en mi corta vida había sentido algo tan real, tan puro, tan profundo y tan fuerte como esto.
Y tú, aún siendo un poco inexpensivo, tus acciones, palabras y la forma de hacerme sentir confirmaban el mismo sentir.

Has sido mi refugio te has convertido en mi mejor definición de hogar.
Gracias por darme vida.

Si en algún momento pierdo la memoria, olvidaré todo, menos lo que viví contigo.
Y si pierdo la vida, los recuerdos se quedarán en el universo.

En la estrella más brillosa.

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