El Diablo ha sido considerado como la personificación del mal mismo, lo ven como un ser cruel, que ama el pecado, disfruta hacer sufrir a la humanidad, engañar y seducir a quienes están en ignorancia.
La realidad es que ese ser alguna vez fue un áng...
Después de haber escuchado la oración de Asher mencionando al opositor de Dios, sus padres habían optado finalmente por hablar con el sacerdote de la iglesia, dejando transcurrir la semana.
El pequeño seguía realizando sus oraciones y pidiendo por aquel ser; cuando sus padres le escuchaban era regañado, e incluso, castigado por su padre, pero Asher al siguiente día volvía a repetir su petición por Lucifer. No era desobediencia o rebeldía hacia lo que su padre decía, simplemente él pensaba y sabía que no tenía nada de malo, solo que su padre no lograba entenderlo. Se le había enseñado que una oración sirve y es buena para todo aquel que lo necesite y en cualquier circunstancia.
Satanás lo necesita. Después de todo, era el mayor y el principal pecador.
La semana siguiente, después de lo también ocurrido en el colegio, se basó en que la profesora de la clase de religión explicara a su clase el cómo fue que el que algún día fue un bello ángel de Dios, llegó a convertirse en Diablo y Satanás, y sobre la influencia de este en la humanidad.
Asher ya había entendido su error en cada oración, aunque él no lo considerase como uno, sus oraciones las realizaba de todo corazón y no sentía culpa o algún remordimiento por lo que decía, pues era lo que realmente sentía.
Al casi finalizar la semana, como cada sábado, acudieron a la parroquia a escuchar la palabra de Dios. Los pequeños tenían que estar un par de horas antes para el curso bíblico que se había impartido para menores y en el cual habían sido inscritos por sus padres. Mientras tomaban el curso, William y Cheryl se dispusieron a aprovechar el tiempo para hablar con el sacerdote que regía la iglesia, comentarle la situación del pequeño Asher esperando recibir una solución o algo que los guiara para «ayudar espiritualmente» a su pequeño, porque creían que lo necesitaba.
El sacerdote, un hombre no demasiado mayor, llevaba unos cuantos años en el pequeño pueblo, había conocido a Asher desde que era aún más chico, e incluso, a la pequeña Meryl aún estando en brazos de su madre, por lo cual, la reacción de este fue similar a la de sus padres, lo creía imposible; el comportamiento que había observado en el niño durante años cada semana que acudían al sagrado lugar, o los días que se llegaba a organizar algún evento de la iglesia y siempre la familia acudía, era impecable, imposible imaginar al pequeño en una situación que incluyera el nombre del opositor de Dios. Sin más, se ofreció a comprobar por si mismo aquella situación, recibiendo una invitación por parte de ambos padres a su casa, acordando la visita para el día siguiente a la hora de la cena.
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Domingo
6:50 PM marcaba el reloj.
La oscuridad de la noche se había hecho presente, regularmente los días de invierno solían oscurecese más temprano.
Unos golpes en la puerta se hicieron presentes, lo que indicaba que el sacerdote había llegado, mientras Cheryl estaba preparando una rica cena, William atendió al llamado en la puerta para dar paso al sacerdote de la iglesia.
