FINAL

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Cheryl y William esa misma noche después de haber recibido la llamada, esperaron un par de horas más para -intentar- tranquilizarse, aún todo se sentia tan irreal, y realmente deseaban que fuera una simple broma de algún mal intencionado debido a la fecha o una horrible pesadilla de la cual esperaban despertar pronto.
Sus vecinos al escuchar la situación se ofrecieron a cuidar a Meryl durante la noche y a prestarles su auto para dirigirse hacia donde se les había indicado en la llamada para reconocer el cuerpo de Asher y confirmar la noticia que se les había dado por telefono, y así lo hicieron. Al llegar confirmaron que, efectivamente, el accidente realmente había ocurrido, no había sido ninguna broma, el cuerpo de su pequeño hijo estaba ahí, sin vida.

Cheryl en cuanto lo vió y supo que se trataba de su pequeño, al primer instante se dejó caer sobre el cuerpo sin vida abrazándolo fuertemente, a la vez que se soltó en llanto.

William al verlo no podía creer que realmente aquello estaba sucediendo, sin poder contenerse más, también se soltó a llorar mientras abrazaba el cuerpo -ya sin vida- de su hijo.
Se sentía culpable. Pensaba en que si no hubiese reaccionado de la forma en que lo hizo: diciéndole todas las palabras feas e hirientes, agrediendolo y queriéndolo alejar solo para que fuera “curado”, quizás así todo sería distinto; Asher no habría tenido la necesidad de huir, aún estaría en casa, con vida... Pero por supuesto ya era demasiado tarde para pensar en el «qué hubiera pasado si...» las cosas habían sucedido y no había marcha atrás. Le dolía que ni siquiera pudo disculparse, decirle que pese a las circunstancias, nunca había dejado de amarlo.

Después de recibir la documentación correspondiente para poder proceder al sepelio, pasaron el resto de la noche en el velatorio, para al amanecer dirigirse a su hogar a realizar una pequeña ceremonia de despedida con el cuerpo presente junto a gente cercana.

Al caer el alba del amanecer, así lo hicieron, se dirigieron a su hogar.
Ya habían avisado a familia y amigos que ya se encontraban de camino hacia el pequeño pueblo para la ceremonia.

Meryl al enterarse de lo que había sucedido con su hermano, al igual que sus papás, estaba destrozada y sin poder creerlo y sin parar de llorar. Su relación de hermandad siempre había sido demasiado buena, eran una buena compañía mútua, siempre se apoyaban, se podían contar todo y siempre había comprensión de ambas partes: hermandad y amistad.

Asher había sido desde pequeño un niño muy querido por todo el que le conocía, sabían lo bien portado que era, gentil, respetuoso, educado, y aunque era muy tímido, siempre que se dirigían hacia él su convivencia era siempre amable y agradable. Sin duda tenía muchas cualidades que lo habían hecho ser querido por todo el que lo había conocido. Y aquel día como prueba de ello, de parte de la gente que se había enterado y conforme iban llegando recibió varios adornos decorativos de flores.

Así transcurrió toda la tarde, entre lágrimas, palabras de aliento para la familia, recuerdos junto al menor y de más, recordándolo y honrando su memoria de la mejor forma posible.

Al anochecer se realizaría la pequeña ceremonia en la iglesia del pueblo en donde se daría un discurso bíblico sobre la muerte y las promesas escritas en el libro sagrado, para de ese modo dar consuelo a los familiares.

Harry junto a su familia llegaron en la tarde. Al enterarse de lo ocurrido tomaron el primer vuelo disponible para regresar al pequeño pueblo en donde Asher y Harry habían crecido y en donde convivieron durante tantos años desde que comenzaron su amistad.
Para Harry el simple hecho de regresar a Castle Combe ya le generaba nostalgia, pero no pensó que volvería a pisar aquel lugar tan pronto y por un motivo así, su mejor amigo había muerto, ya no lo vería más... ni siquiera lo escucharía de nuevo. La última vez que lo escuchó había sido apenas hace unos cuantos días, recordaba su voz y todo a la perfección, lo había felicitado por su cumpleaños, recordándole lo importante que era en su vida y lo feliz que lo hacía, y le había contado todo lo que tenía con Lumière, se escuchaba feliz, eso era en lo único que podía pensar. Sentía un profundo dolor en su corazón que lo hacía partir en llanto, pero se dedicaba a recordar todos los buenos momentos que pasaron juntos desde el primer día que se habían conocido, sus mejores recuerdos siendo felices en cada momento que pasaron juntos.
Su promesa seguía ahora más que nunca en pie, tal y como se lo habían prometido mutuamente antes de que Harry se fuera, sabía que Asher lo había cumplido hasta el último día, pero ahora él tenía que continuar con su promesa: “Te recordaré en cada canción de tus artistas favoritos, en los atardeceres y en las cosas que más te gustany así también lo había hecho y lo seguiría haciendo para siempre, y sin duda, siempre tendría un lugar muy importante en su corazón que nadie podría ocupar ni borrar.

Pray for LumièreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora