PECADOR PARTE II/II

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Su corazón se empezó a acelerar del pánico que sentía, por su mente pasaba la alta probabilidad de que habían escuchado la plática que había tenido con Harry, lo cual no tendría nada de malo si no fuese por lo que le había contado sobre Lumière, realmente rezaba por que no hubiesen escuchado nada. No se sentía listo.
Se levantó del asiento de la pequeña mesita en donde se encontraba el teléfono para dirigirse hacia la cocina, en donde supuso que estaría su familia.

Iba caminando a un paso bastante lento y torpe por los nervios que sentía, incluso, tenía ganas escapar, si tan solo pudiera.

Al llegar a la cocina y adentrarse en ella, pudo comprobar que efectivamente, su familia se encontraba allí. Estaban sentados al rededor de la mesa de la cocina mientras que su madre estaba llorando y era consolada por su hermana, por otro lado, su padre estaba con un semblante bastante serio, enojado.

—¿Q-qué sucede? —Preguntó apenas le salió la voz al ver el escenario de su familia de ese modo frente a sus ojos.

—¿Qué sucede? —Hablo William dirigiéndole una mirada llena de desprecio a su hijo—. Quieres saber que sucede, muy bien. —Continuó hablando mientras se levantaba de su lugar—. Sucede que tengo un hijo homosexual, ¡ESO SUCEDE! —Dijo alzando la voz entre una pequeña risa amarga—. ¿Ya terminaste de contarle a tu amiguito tus aventuras homosexuales? A no ser que también sea tu noviecito y tampoco nos hayas dicho. ¿TENGO QUE ENTERARME DE ESTE MODO QUE TENGO UN HIJO GAY? —Al decir esto dió un golpe en la mesa provocando que un vaso de cristal cayera al suelo.

Asher no podía articular una sola palabra, tenía un completo nudo en la garganta por la situación, tenía miedo, estaba temblando mucho más que antes, nunca había visto a su papá de ese modo. Sin darse cuenta las lágrimas en su cara se hicieron presentes.

—SIEMPRE SUPE QUE TENÍAS UN PROBLEMA, TU ALMA AHORA ESTÁ ENTREGADA AL DIABLO POR TUS PRÁCTICAS HOMOSEXUALES, DESDE LA PRIMERA VEZ QUE MENCIONASTE A SATANÁS, A ESE SER DETESTABLE Y HORRIBLE EN TUS ORACIONES DEBIMOS DARNOS CUENTA, ¡ESTÁS ENFERMO! POR ESO NO QUERÍAS QUE CONOCIÉRAMOS A TU AMIGO ESE NO? DE SEGURO CADA DÍA QUE TONTAMENTE TE DEJÁBAMOS IRTE CON ÉL SEGURO SOLO ERA PARA REVOLCARTE, ERES UN ASCO, Y YO NO PUEDO TENER UN HIJO ASÍ, UN HIJO GAY, UN HIJO HOMOSEXUAL, UN HIJO MARICON. —Continuó gritando de forma despectiva mientras tomaba fuertemente del brazo a Asher, claramente lastimandolo, mientras que este solo seguía llorando cada vez más por cada palabra que escuchaba de su padre.

Entre otras palabras más hirientes, las agresiones se intensificaron de lo verbal a lo físico. William nunca había tocado a sus hijos por ningún motivo, ya que siempre habían sido unos niños bien portados y no había tenido la necesidad de educarlos a golpes como otras familias solían hacerlo, pero está vez sus impulsos guiados por la ira lo llevaron a agredir a su hijo y el resultado fueron golpes, palabras denigrantes, amenazas y castigos.

Su madre no había impedido nada porque no sabía cómo reaccionar ante la situación, tenía la misma postura sobre que la homosexualidad era un grave pecado, por lo tanto, pensaba que eso era lo mejor para su hijo, pero aún así, no tenía el corazón para presenciarlo, no podía, así que solo se dirigió aún entre lágrimas hacia la habitación de su hija para protegerla.

Después de unos cuantos minutos los gritos y el sonido de los golpes pararon, únicamente se seguía escuchando el llanto sonoro de Asher mientras se dirigía a su habitación como podía.

El dolor físico, aunque era demasiado en esos momentos, no era nada comparado al dolor emocional que le habían causado todas las palabras salientes de la boca de su padre.

La boca es un arma de doble filo, puede llegar a matar con simples palabras.

En esos momentos lo único que sentía hacia si mismo era asco, repulsión hacia esos deseos, replanteandose si realmente era malo, pensando en por qué no podía ser normal entonces, se odiaba por lo que sentía, se sentía asqueroso por querer que un hombre lo acariciara, lo besara... lo amara. Pero aún así, lo seguía necesitando, aún en esos momentos necesitaba el consuelo de Lumière y estar entre sus brazos.

Pray for LumièreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora