El Diablo ha sido considerado como la personificación del mal mismo, lo ven como un ser cruel, que ama el pecado, disfruta hacer sufrir a la humanidad, engañar y seducir a quienes están en ignorancia.
La realidad es que ese ser alguna vez fue un áng...
Transcurrieron las vacaciones de verano y como era costumbre para la familia en esa temporada, cada año viajaban a diferentes lugares del país para pasar las vacaciones fuera de la cotidianidad del bello pueblo.
Estaban de regreso a un solo fin de semana de reanudar clases. Asher era el más nervioso de los menores, ya que reanudaría clases, pero ahora en un nuevo instituto, con diferentes profesores, diferentes compañeros y... sin su mejor amigo Harry. Sería sin duda un nuevo comienzo, y al igual que años atrás como cuando había comenzado en su antiguo colegio, de nuevo los nervios y el miedo ya estaban presentes.
El fin de semana se basó en alistar cosas para empezar la semana de nuevo dentro de la rutina escolar y laboral.
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Lunes
El despertador sonó marcando las 5:30 am, Asher inmediatamente lo apagó deseando volver a dormir. Una parte de él realmente sentía la necesidad de dormir más, pero otra sabía perfectamente que no quería levantarse por no ir al nuevo instituto, simplemente no quería, no se sentía preparado.
Se quedó simplemente pensando por unos largos minutos, ni siquiera pudo conciliar el sueño de nuevo. Sus pensamientos fueron interrumpidos por unos golpes en la puerta y la voz inmediata de su madre.
—Cariño, buenos días, ¿despertaste ya?, se nos hará tarde. —Mencionó Cheryl del otro lado de la puerta.
Eso era lo que quería, que se hiciera tarde para ya no ir, pero sabía perfectamente que ni eso sería un buen pretexto... a no ser que su pretexto fuera decir que se sentía mal. Pero no, a Asher jamás le había gustado mentir y menos a sus padres, así que no era una opción.
—Si ma, ya desperté. —Decidió responder finalmente y se levantó a abrir la puerta—. Lo siento, me dormí unos minutos más, pero en unos minutos prometo estar listo. —Mencionó ante la mirada de su madre al ver que se encontraba tal y como se levantaba.
—Bien, por favor no te tardes, necesito que desayunes algo antes de irnos. —Dijo Cheryl y le brindo un pequeño beso de buenos días para después marcharse.
Asher inmediatamente se dirigió a elegir su ropa del día, para luego poner un poco de música para levantarse el ánimo y darse un baño rápido. Al estar listo, quitó la música y se dirigió finalmente con su familia para desayunar.
Desayunaron en familia para después tomar sus cosas y poner marcha camino al instituto, Asher entraba más temprano, por lo cual irían primero a dejarlo a él y después a su hermana menor, quien aún seguía en su antiguo colegio.
El camino hacia el instituto fue demasiado callado, excepto por la música proveniente de los cassets en el auto que hacía presente la música de The Rolling Stones, Meryl iba durmiendo un poco, mientras que Asher solo estaba observando por la ventana el paisaje de la bella mañana mientras escuchaba la música. Siempre le había gustado observar el cielo, le encantaban las puestas de sol y los colores que derivados de esas se teñía el cielo, le transmitían paz.
—¿Estás nervioso hijo? —Preguntó William entablando conversación.
—Sí, tengo nervios y... miedo. —Respondió expresando lo que realmente sentía sin apartar la vista del paisaje—. Si por mi fuera, no estudiaría más.
—¿Qué dices, Asher? Pero si a ti siempre te ha gustado estudiar. —Mencionó esta vez Cheryl.
—Sí, pero no me gusta lo que eso implica: gente. No me gusta convivir mucho, aparte... Harry ya no estará, estaré solo. —Dijo bajando un poco la cabeza.
Ambos amigos se habían hablado un día antes de comenzar las clases, se desearon mucho éxito para esta nueva etapa, se dieron sus mejores deseos, pero sin duda se harían falta.
—Seguro que habrá muchos alumnos que querrán ser tus amigos, eres un chico increíble mi niño. —Respondió Cheryl ante lo que había escuchado—. Aparte, puede que Harry no esté, pero a él le encantaría que hicieras nuevos amigos. Pero si eso no sucede, quiero que sepas que está bien, no necesitas a nadie, las personas correctas llegan en el tiempo correcto, ¿de acuerdo? —Finalizó diciendo y siendo apoyada por William ante lo dicho y recibiendo un asentimiento por parte de Asher.
Finalmente llegaron al nuevo instituto el cual era un edificio bastante amplio, con un lindo jardín en la entrada y lo que parecía ser el patio de descanso para las horas libres o la hora del almuerzo, aunque el instituto tenía comedor, siempre había quien prefería pasar el rato vagando en ese tiempo.
Los nervios de nuevo se hicieron presentes, era hora de afrontar y empezar ese nuevo comienzo. Se despidió de sus padres y su hermana, los cuales le desearon lo mejor y le hicieron saber que todo iría bien. Sin más se dispuso a entrar. Traía su horario en mano para saber el aula que le correspondía, pero al ser muy grande el edificio estaba seguro que iba a perderse, pero dirigirse hacia personas que no conocía le causaba mucho terror y nervios. Se detuvo unos segundos para tratar de calmarse y respirar, cuando finalmente estaba un poco mejor alzó su miraba y a lo lejos visualizo a alguien un poco mayor, las personas mayores le inspiraban confianza, sentía que podían llegar a ser más amables y comprensibles, así que decidió acercarse para preguntarle por la ubicación del aula.
—Buenos días, disculpe. —Dijo llamando la atención de la presente—. Mi nombre es Asher, soy d-de nuevo ingreso, ¿podría por favor ayudarme a saber en dónde queda el aula que me corresponde? —Preguntó extendiendole su horario para que viera el número de aula y pudiese ayudarle.
—Buenos días, joven Asher. Y claro que sé en donde queda su aula, justo es mi primera clase y voy en camino hacia allá, vamos. —Respondió amablemente la señora de una edad visiblemente un poco avanzada ofreciéndose a dirigirse juntos hacia el aula.
—¿De verdad? muchísimas gracias, señorita... señorita Susan. —Mencionó Asher viendo su horario para confirmar el nombre de la docente y brindarle una sonrisa.
No tardaron tanto en llegar al aula, había pocos alumnos dentro, aún faltaban un par de minutos para el toque que indicara que las clases comenzarían, así que todavía faltaban más alumnos por llegar. Asher tomó asiento en frente, porque aunque no le gustaba estar tan expuesto a la vista de los demás, le gustaba participar en clases que le gustaban.
