El Diablo ha sido considerado como la personificación del mal mismo, lo ven como un ser cruel, que ama el pecado, disfruta hacer sufrir a la humanidad, engañar y seducir a quienes están en ignorancia.
La realidad es que ese ser alguna vez fue un áng...
Cheryl y William después de que Asher salió de la casa no tardaron en darse cuenta que no estaba por ninguna parte, comprobando también que el auto no estaba, ni las llaves de este para conducirlo, lo que indicaba que se había escapado y creían saber el por qué, se sentían culpables. Cheryl por su parte estaba mayormente preocupada por lo que le pudiera pasar a su hijo al estar expuesto a los peligros estando fuera. No sabía a dónde iría, si regresaría, cómo pasaría la noche, si comería, y varias preocupaciones más la invadían. Su corazón sentía una gran incertidumbre y no podía estar tranquila, sentía que las cosas no podían ir bien, aunque deseaba con todas sus fuerzas lo contrario y que su hijo estuviera completamente bien y a salvo.
Decidieron no ir a la iglesia por si Asher regresaba, William había propuesto salir a buscarlo, pero pensaron que sería una mejor opción esperar y si al día siguiente no volvía, comenzarían con su búsqueda.
Las horas pasaban, la noche cada vez avanzaba más y no había ninguna señal que indicara el regreso de Asher. Se sentía un ambiente muy tenso y de preocupación, hasta que el teléfono sonó e inmediatamente Cheryl contestó esperando escuchar del otro lado de la bocina la voz de su pequeño hijo. Ella y William estaban dispuestos a disculparse y a retractarse por todos los malos tratos que había sufrido en la última semana, hacerle saber que todo estaría bien, solo necesitaba escuchar su voz y saber que él estaba bien.
Pero no, no fue su voz, aunque sí eran noticias sobre él.
Al escuchar del otro lado del teléfono el nombre de su hijo su corazón se estremeció tratando de no pensar lo peor, confirmando inmediatamente el parentesco para que le brindaran la información por la cual se habían comunicado. Pasaron unos segundos y Cheryl quedó paralizada soltando el teléfono dejándolo caer para en seguida empezar a derramar lágrimas llegando inmediatamente a un fuerte llanto. William supo que algo estaba mal, abrazó a su esposa y tomó el teléfono de nuevo para saber que era lo que había pasado.
—¿Qué ocurre? —Cuestionó William ya preocupado por ver a Cheryl de ese modo.
—Buenas noches. Lamento comunicarme a esta hora, ¿es usted también familiar del joven Asher Bread Beaulieu? —Se escuchó del otro lado del teléfono.
—Sí, soy su papá ¿qué sucede? ¿Sabe en dónde está mi hijo? —Preguntaba en un tono desesperado.
—Señor, yo... lo siento mucho. Me comunico para informarles que su hijo sufrió un accidente automovilístico en el cual desafortunadamente perdió la vida, los médicos al llegar al lugar ya no pudieron hacer nada, lo lamento.
Su hijo había tenido un accidente y había fallecido.
Por unos segundos William había quedado perplejo al igual que Cheryl, pero continuó escuchando para recibir toda la información necesaria e indicaciones correspondientes. Al terminar la llamada simplemente dejó que se cortara y abrazo fuertemente a Cheryl rompiéndose en llanto junto a ella.
Todo el ruido despertó a su pequeña hija, la cual fue a ver qué sucedía, encontrándose con la escena de sus padres con un llanto inconsolable. William al notarla simplemente la abrazó uniendola también junto a su madre, ni siquiera tenía palabras para explicar lo que había ocurrido. No podía ser cierto, deseaba que no lo fuera y que solo fuera una broma de algún extraño queriendo molestar por la fecha, pero tendrían que obedecer las indicaciones que se les abría brindado en la llamada para comprobarlo.
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Por otro lado, Lumière seguía sin poder aceptar que su pequeño ya no estaba, que no lo vería de nuevo, que sus ojos no volverían a perderse entre si, que no lo sentiría más, ya no habría nadie que pidiera por él de la forma más pura e inocente que pudo conocer, ya no escucharía de nuevo su voz, las palabras tan lindas que salían de su boca hacia él... su último aliento lo usó para decirle que lo amaba, pero ya no volvería a escuchar aquello, aunque Lumière lo seguiría amando también por el resto de su existencia.
El conductor contrario que había provocado el accidente aún seguía con vida, fue trasladado al hospital más cercano donde se le atendería. Había sufrido varias heridas y una lesión traumática en la cabeza, lo que había provocado que cayera en estado de coma.
Lumière sabía perfectamente que la culpa no había sido de su pequeño, sino del conductor opuesto, ya que él había provocado el accidente al evadir las precauciones por el clima, por su culpa había muerto Asher.
Su sentir buscaba culpables, responsabilizar a alguien por la tragedia y hacerlo pagar, no podía dejar la muerte de su pequeño impune.
Cuando el conductor responsable ya se encontraba en el hospital siendo atendido, Lumière se dirigió hacia el lugar. Los doctores ya habían hecho el trabajo necesario estabilizandolo para que pasara la noche mientras avisaban a los familiares, lo dejaron solo y estable, aunque aún así estaría en observación constante. Lumière estando en la habitación del paciente en cuestión, lo observó por unos minutos pensando en qué era lo mejor que podía hacer, su vida dependía únicamente de un respirador, el cual Lumière podía desconectar si así lo quería para acabar con su vida, tal y como el sujeto lo había hecho con su pequeño.
Sabía perfectamente que no podía tomar la vida de las personas solo porque quisiera, pero está vez no le importaba desobedecer las reglas, tenía que hacerlo pagar.
Después de varios minutos más pensando lo que haría mientras observaba, simplemente desapareció del lugar sin dejar rastro alguno de tan siquiera haber estado ahí.
Su decisión final la había tomado de forma conciente y razonada sin dejarse llevar por lo que sentía. Dejarlo vivir fue su mejor opción, después de todo, la tierra es el infierno para los que hacen el mal o para los que tienen que pagar algo, la vida es muy sabia y todo se paga en vida. Finalmente, nada haría que Asher regresara, y matarlo solo sería una auto-satisfacción fugaz, así que definitivamente no era la opción correcta, la vida se encargaría de hacerlo pagar como fuera necesario, aunque por supuesto, Lumière ayudaría en eso mientras el mundano viviera.