La semana de vacaciones que pasaron juntos la habían aprovechado al máximo, diario tenían algo nuevo y diferente que hacer, realmente ambos estando juntos eran muy felices, hasta lo más simple se volvía algo increíble y entretenido. Incluso Asher ya había aprendido a manejar, Lumière se había encargado de enseñarle pacientemente día a día y lo consiguió exitosamente.
Ya solo quedaba el finde por pasarlo juntos para que Asher regresara con su familia a terminar de pasar sus vacaciones junto a ellos. Aunque él deseaba quedarse junto a Lumière mucho más tiempo.
Como cada día que habían pasado juntos, al anochecer ambos se quedaban abrazados mientras Lumière contaba alguna historia para que Asher durmiera, y aunque podía parecer algo infantil, era algo que Asher disfrutaba demasiado y le encantaba escucharlo. Todas las historias que Lumière le contaba parecían como sacadas de alguna película de ficción muy surrealista, pero en realidad eran historias que habían sucedido y que había vivido a lo largo de toda su existencia desde su estadía en el cielo y su estancia en la Tierra, así indirectamente Asher podría conocerlo un poco más, aunque no lo supiera.
Lumière aparentemente era el último en dormir y el primero en despertar, incluso parecía que no dormía -y realmente no lo hacía- solo velaba el sueño del menor cada noche, contemplandolo, y siempre que Asher despertaba el desayuno ya estaba listo, lo cual provocaba que se pusiera muy feliz por la atención que Lumière le daba, aparte de que le encantaba todo lo que preparaba, tenía algo que lo hacía demasiado especial en su paladar, simplemente disfrutaba la comida y su estadía junto a él.—En cuanto termines necesito que alistes tus cosas, iremos a pasar el fin de semana a un lugar que te va a gustar mucho. —Mencionó Lumière mientras Asher desayunaba.
—¿En serio? ¿A dónde? —Preguntó Asher emocionado. Aunque cualquier lugar era bueno estando juntos, aún así le causaba curiosidad saber a dónde irían.
—Prefiero que lo sepas en cuanto lleguemos. —Respondió dedicándole una sonrisa.
Últimamente sonreir para Lumière era algo ya tan normal que ya no le causaba extrañeza alguna después de no haber tan siquiera formado una leve sonrisa en miles de años, era algo que le salía de forma innata al estar junto a Asher.
Al terminar de desayunar, Asher inmediatamente acató la indicación de alistar sus cosas, al estar listo salió de la pequeña cabaña en medio del bosque para encontrarse con Lumière que ya lo estaba esperando.
—Tú nos llevarás, así que tú vas a conducir. —Dijo Lumière abriéndole la puerta del conductor a Asher para que subiera.
—¿Cómo? ¿Yo? —Cuestionó Asher un tanto extrañado recibiendo una confirmación del contrario—. Pero yo no sé hacia donde vamos, aparte alejarme demasiado de la ruta que conozco hasta ahora nos va a llevar a perdernos, así que no, lo siento, no puedo hacerlo. —Finalizó dirigiéndose hacia la puerta del asiento copiloto.
—Claro que puedes hacerlo, vamos juntos, yo te voy a guiar para no perdernos. —Respondió tratando de convencerlo—. ¿Confías en mí?
Por supuesto que confiaba en él totalmente, le confiaría su vida misma, incluso muy posiblemente sabiendo de quien se trataba, juraría que le confiaría hasta su alma. —Completamente, es solo que... siento... me da miedo. —Aceptó dejando escapar un suspiro.
—Bueno, ya que confías en mi puedo decirte que yo me aseguraré de que nada malo pase ¿está bien? Así que no hay razón para tener miedo, anda, sube, puedes hacerlo.
—Está bien. —Respondió asintiendo con la cabeza y tomando las llaves del auto de las manos de Lumière para en seguida subir y esperar a que el contrario también estuviera dentro.
Después de un suspiro puso el auto en marcha e iba obedeciendo las indicaciones que Lumière le daba para el camino que debía seguir para llegar al destino. El recorrido no fue demasiado largo, o al menos, no se había sentido así con la compañía mútua y con ayuda de un poco de música.
Al indicar que habían llegado no había nada especifico, simplemente estaban rodeados de naturaleza y más naturaleza, lo cuál era bonito porque hacía presente un paisaje hermoso y verdoso, acompañado con sonidos únicamente de la naturaleza, todo era demasiado relajante.
—¿Qué se supone que haremos aquí? —Preguntó Asher con una pequeña risita, estaba un poco confundido al estar ahí sin nada más.
—Acampar. Solo que está vez, sin que te pierdas en plena madrugada. —Respondió provocando risas en el contrario recordando cómo se habían conocido.
Lumière comenzó a sacar todas las cosas necesarias para tener una buena estadía allí, que al parecer las había alistado mucho antes de decirle a Asher que irían a ese lugar, mientras tanto este le ayudaba a sacar y acomodar todo, hasta que finalmente quedó todo en orden y apto para pasar la noche.
Después de todo el día estando en ese lugar el sol se empezaba a esconder. Se encontraban en una montaña a una altura un poco elevada, por lo que la vista desde allí era maravillosa, los árboles junto con el hermoso cielo tiñiendose de colores intensos por el atardecer hacían de esos momentos algo único y especial, por esa misma razón, a Asher le gustaba contemplar los atardeceres, solo que esta vez se encontraba junto a Lumière a su lado, lo cual lo hacía más especial para él. Precious angel de Bod Dylan reproduciéndose de fondo en una pequeña radiocasetera mientras Asher la coreaba en voz casi inaudible le daba el toque al momento.
Al desaparecer casi completamente la luz del sol en el horizonte, la oscuridad comenzaba a hacerse presente y las estrellas iban haciéndose visibles poco a poco iluminando el oscuro cielo. Lumière prendió una fogata para alumbrarse, la cual estuvo lista en cuestión de segundos, como magia, o como si tuviera experiencia de sobra en prender fogatas, y para cualquiera hubiese causado completa extrañeza, pero Asher no notó nada al respecto y simplemente seguía contemplando el maravilloso paisaje.
Ambos estaban observando lo más hermoso para sus ojos desde la perspectiva de cada uno, mientras Asher veía el paisaje, Lumière lo veía a él.
Realmente no entendía aún a la perfección lo que estaba provocando aquel ser humano en él, únicamente lo estaba sintiendo y lo estaba dejando ser en si mismo.
Después de unos minutos al terminar de ver completamente el ocaso del atarder, se levantó para ir hacia donde Lumière se encontraba notando que había encendido una fogata que inconscientemente había estando notando su luminosidad desde minutos atrás.
—¿Tienes hambre? —Preguntó Lumière.
—Solo un poco. —Respondió Asher. Realmente no tenía mucha hambre, había comido bien después de haber llegado, pero aún así el hambre de algún modo estaba presente, estar en medio del bosque hacía que se le abriera el apetito—. ¿Por qué?
—Bueno, resulta que las fogatas no solo sirven para calentarnos a nosotros en cuanto a temperatura corporal, al parecer también sirven para calentar comida. —Dijo con intención de sacarle una sonrisa y lo consiguió.
—Buen descubrimiento... dentro del periodo paleolítico de la humanidad. —Agregó en tono de broma entre las pequeñas risas que le había causado y provocandole una sonrisa ahora al contrario—. A veces pongo atención a las clases de historia.
—Que atento, eres muy listo en la escuela y para todo. —Respondió halagado su comentario con una sonrisa—. Pero bueno, traje bombones. Sé que a ti te gustan los bombones con leche caliente, pero esta vez a falta de leche podemos derretir los bombones en el fuego. —Terminó de decir.
—¡Me parece una excelente idea! —Respondió feliz y emocionado, ya que siempre había querido hacer eso él mismo. En el campamento de fin de curso todo lo relacionado al fuego y cosas que pudieran poner en peligro a los adolescentes lo habían hecho los mayores encargados “por seguridad de los menores”, pero esta vez sabía que estaba seguro estando junto a Lumière.
Después de haber estado un buen rato asando y comiendo bombones, ambos se recostaron bajo el cielo estrellado y la enorme luna presente, la cual se veía demasiado grande desde donde se encontraban y visualmente muy cerca, como si fuese casi posible tocarla.
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Pray for Lumière
SpiritualEl Diablo ha sido considerado como la personificación del mal mismo, lo ven como un ser cruel, que ama el pecado, disfruta hacer sufrir a la humanidad, engañar y seducir a quienes están en ignorancia. La realidad es que ese ser alguna vez fue un áng...