ÁNGEL

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Asher no sabía por cuanto tiempo había estado caminando en el oscuro bosque, simplemente se encontraba vagando por sus pensamientos sin ser muy consciente del entorno, y por lo mismo, había desaparecido el miedo en esos momentos.

Cuando pensó que ya había estado el suficiente tiempo lejos de los demás, y al empezar a darle un poco de sueño, decidió regresar.
Caminó por el lugar que, según él, era por el cual había llegado hasta el punto en donde se encontraba, caminando por unos cuantos minutos con pasos un tanto más acelerados a los cuales había llegado, no veía rastro alguno de alguna luz visible que indicara que estaba, tan siquiera, un poco cerca del campamento, siguió en marcha, pero al no notar nada mientras avanzaba más que árboles junto a la profunda oscuridad empezó a ser un poco más conciente de su entorno despejando todo pensamiento y únicamente enfocándose en esos momentos, en él estando ahí, solo, y muy probablemente, perdido.

La paranoia comenzaba a hacerse presente, de nuevo el miedo apareció y los mil pensamientos con escenarios trágicos regresaron a su mente.
«Algún asesino a mitad del bosque, algún espíritu maligno o algún animal que pudiera hacerle daño.»

Pensamientos así con varias posibilidades pasaban por su mente, al mismo tiempo que muchas cuestiones al pensar en la posibilidad de no lograr regresar.
«¿Cómo sobreviviría allí? Moriría de hambre y por deshidratación con el paso de los días. ¿Qué le dirían a sus padres? Él sin duda sería lo que más extrañaría, a su familia. ¿Y su amigo Harry? Se iría a otro país sin haberse despedido de una buena forma de él.»
Simplemente todo eran pensamientos negativos y trágicos.

Empezó a escuchar algunos ruidos no demasiado lejos de donde se encontraba, lo que provocó que de inmediato saliera de sus pensamientos, aunque no del todo, pues quizá y alguno de sus pensamientos o lo que imaginaba estaba por hacerse realidad, pero visiblemente no observaba nada debido a la oscuridad del lugar.

Al entrar en pánico por la situación empezó a caminar mucho más rápido tratando de alejarse de donde provenía el irreconocible sonido, sus ojos empezaron a cristalizarse y debido a eso su vista se nubló un poco lo que provocó que tropezara con una rama que se encontraba en el camino, provocando como consecuencia que cayera al suelo. Unas cuantas lágrimas empezaron a escurrir por sus mejillas por el dolor que le había provocado la caída mezclado con miedo, el cual aumento más al notar una sombra oscura aparentemente humana acercarse a él, dicha sombra que provocaba los ruidos presentes anteriores.
Ya solo había dos posibilidades en su mente al notar la figura humanoide: un asesino, pero siendo un ser humano, o alguien no humano siendo un fantasma, un ser maligno que quería hacerle daño.

La única opción intuitivamente que logró realizar al no poder levantarse por el dolor fue empezar a hacer una oración mientras cerraba sus ojitos con lágrimas en los ojos. Sus padres, profesores de los cursos que tomaba en la iglesia y profesores del colegio siempre le habían enseñado que en todo momento Dios se encontraba presente cuando lo necesitábamos, simplemente había que realizar una oración pidiendo por ayuda, protección o lo que se necesitara dependiendo la circunstancia. Así que decidió comenzarla, pero por los nervios no salía de maravilla, ya que apenas si podía articular palabra alguna, incluso en su mente, sus pensamientos estaban demasiado desorganizados. Después de unos segundos de haber intentado comenzar su oración fue interrumpido por parte del otro ser presente al estar frente a él.

—Todo está bien, tranquilo. —Después de decir aquello pasó una mano por su cara para acomodar un poco los cabellos de Asher que se encontraban despeinados y alborotados—. Veme, abre los ojos, no te haré daño.

Era una voz masculina bastante hermosa, no se escuchaba de alguien mayor, al contrario, y aún ante la situación transmitía demasiada paz de una manera inexplicable. Asher al escucharlo abrió los ojos lentamente de forma insegura y aún entre lágrimas, alzando la mirada poco a poco mientras observaba los detalles del contrario frente a él.

Pray for LumièreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora