Vindicta [18]

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El viaje de vuelta a Dreihald era bastante largo, por lo que continuamos hablando tratando de ver si entendíamos la situación más. Traté de obtener la información más posible de Fujihara por medio de diversas preguntas.

- Y bien, Fuji... ¿Sabes por qué este demonio está atacando Dreihald? Dudo que haya mucho que él pueda necesitar de allá -pregunté mientras le observaba

- No tengo idea -respondió mientras ladeaba su cabeza - Solo apareció y la aldea entera estaba en llamas, mientras que... los gritos de terror de todos eran escuchados, solo me salvé debido a que estaba en el bosque -dijo esta casi entrando en un llanto

- Ese debe ser Phlegethon -comenté tras escuchar lo que esta dijo

"Si recuerdo bien de mis clases de literatura, Phlegethon era una palabra griega para ardiente..." pensé tras haber mencionado el nombre

Seguimos entonces caminando por un tiempo bastante largo, pero eventualmente ya estábamos a solo unos cuantos pasos de llegar a la aldea. A tan solo una distancia ya se podía ver el humo en el aire, el olor a llamas y un sentido de inquietud me mantenía alerta. Cuando llegamos como tal a la aldea, esta estaba totalmente destruída, no quedaba ni un edificio en pie, más no había señales de Phlegethon o Styx.

- Vaya, esto es horrible... -comentó Leiria

Mientras caminábamos por los restos que quedaban tras las grandes llamaradas que ocurrieron en esta aldea, podíamos ver múltiples cuerpos calcinados entre las cenizas y maderas destruidas. A la escala que se veía todo, nadie había sobrevivido.

La realidad de la situación cayó más en nosotros cuando pasamos por la aldea del jefe de la aldea, el abuelo de Fujihara. La casa estaba destruída, y en el centro de la casa de podía observar un cuerpo imposible de identificar, pero por la forma del cuerpo, el tamaño y el lugar se podía suponer quién era.

- ¡Abuelo! -gritó Fujihara mientras corría al cuerpo

Sin embargo, tan pronto esta tocó el cuerpo, este se desmoronó en cenizas cuáles fueron llevadas por el aire junto a otras partículas aún ardiendo. Fujihara cayó de rodillas y se mantuvo varios minutos en silencio, su rostro se le veía lleno de enfado e ira, pero aún así mantuvo su calma y no salió corriendo detrás de Phlegethon.

- Hoshi, por favor, déjame ir contigo -dijo mientras me agarraba ambas manos - Es obvio lo que debo de hacer ahora ¡No puedo dejar que alguien destruya mi hogar sin repercusión alguna!

Al escuchar lo que esta dijo, asentí para aguantar sus manos firmemente. De por sí estaba planeando acabar con cada y uno de los demonios, pero ahora que habían llevado su misión a algo tan extremo con acabar con una aldea entera, y la de Fuji a eso.

- No te preocupes, te aseguro que ellos sufrirán más que todo lo que los aldeanos de esta aldea sufrieron combinados -le respondí con una sonrisa calmada

- Hoshi a veces da miedo... ¿No lo crees Leiria? -escuché a Shin decir

Me giré para verles, podía ver a Shin asintiendo multiples veces. Incluso con toda esta destrucción se les veía relativamente calmadas, lo que me hacía sentir un poco más calmado ante esta situación. Al ver esto no pude evitar soltar una pequeña sonrisa para luego volver mi mirada a Fuji.

- Vamos a buscar en esta área, quizás encontremos algo que nos diga que es lo que Phlegethon quería y la razón de tal -dije mientras le daba la mano

Esta entonces la agarró y se levantó para así entonces asentir. Con esto a un lado, los cuatro nos separamos y comenzamos a buscar.

~ Un par de minutos luego ~

- ¡Hoshi, creo que encontré algo! -gritó Shin

De inmediato fuí a donde esta estaba, había una nota la cuál a pesar de estar dentro de lo que era el hogar de Fujihara y su abuelo, estaba en perfectas condiciones. Acercándome, agarré la nota para luego comenzar a leerla en voz alta.

- Mi querida nieta, si estás leyendo esto, ya es demasiado tarde para mí. Ellos vendrán buscando una gema, imagino que sabes de cual hablo. Antes de que ellos llegaran, envié esta gema a nuestro lugar especial... ellos no deben tener esta gema bajo ninguna -leía para luego tomar una pequeña pausa - Querida, espero de que puedas seguir sonriendo, mantén ese rostro cuál hacia mis días en este mundo unos llenos de felic- -dije terminando de leer la nota

La nota parecía estar escrita de una manera apresurada considerando los rasgos y el hecho de que no estaba terminada. Cuando puse la nota a un lado, miré a Fuji para entonces simplemente darle un abrazo. Podía sentir gotas caer en mi espalda mientras que había un silencio entre nosotros.

- Gracias Hoshi, y ustedes dos -dijo Fujihara mientras se separaba - Debemos seguir, mi abuelo ha puesto esto en nuestras manos -dijo esta con lo que parecía ser una sonrisa forzada

- ¿Imagino que sabes a dónde ir? -preguntó Shin

A lo que como respuesta Fujihara asintió para luego hacer una seña de que le siguiéramos y entonces comenzar a correr en dirección del bosque. Estuvimos corriendo por multiples minutos, pasando entre cientos de árboles e incluso cruzando un pequeño río. Eventualmente entonces llegamos a lo que parecía ser un refugio rudimentario hecho con ramas, tenía un tejado de grandes hojas y el suelo era de una especie de tela.

- Aquí es -dijo Fujihara mientras se acercaba al pequeño refugio

Sin embargo, la aguanté para luego jalarle rápidamente. Esta estaba a punto de quejarse cuando entonces un enorme pilar de llamas azules y negras cubrieron la estructura, incinerándola en tan solo segundos.

"Hemos llegado tarde parece" pensé mientras veía las llamas

Entonces entre las llamas se veía una figura cuál salía totalmente ilesa de estas. Su apariencia era similar a los otros demonios, su piel era oscura, tenía multiples cuernos en su cabeza, su cabello era uno largo de color carmesí y sus ojos era de color amarillo. Con cada paso que daba huellas de fuego negro eran creadas. Entonces, parándose a solo unos metros de nuestra distancia comenzó a hablar.

- Oh... que lastima, han llegado muy tarde. Ahora que tenemos la última gema, nuestro sueño se podrá cumplir -dijo mirando la gema

La gema parecía ser un diamante de color negro con un brillo rojo brillante viniendo del centro de este. El demonio entonces agarró el cristal para luego guardarlo.

- Es una pena que Lethe, Cocytus y Acheron hayan muerto... pero su sacrificio no será en vano -dijo este mientras se sentía como las temperaturas subían rápidamente - Pero sabes... antes de entregarlas quizás debería acabar con ustedes -dijo con una sonrisa en su rostro

Nuevamente otra pelea se encontraba ante nosotros. Esta vez parecía ser contra el demonio Phlegethon, cuál parecía tener el control del fuego. Era un poco preocupante sabiendo que nos encontrábamos dentro de un bosque con multiples materiales que podrían entrar en combustión fácilmente. Mirando fijamente a este ponía mis manos al frente, estando listo para lo peor.

CaelestiabellumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora