Las Ruinas [26]

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Era una experiencia única, está vivienda parecía tener una inspiración por las mismas que se podían encontrar alrededor de un siglo atrás en el mi lugar de origen. El suelo estando hecho de tatami y las paredes de shoji siendo meticulosamente creadas con madera y aquel distintivo papel translúcido dejando la luz exterior inundar la habitación.

"Tienen un buen sentido de construcción esta gente" pensé tras ver la habitación de lado a lado.

- Espero que no esté molestando -escuché mientras miraba hacia la ventana

La voz venía de la entrada de la habitación, ahí podía ver a Iskona con lo que parecía ser un envase cuál emitía vapor.

"¿Sopa?" pensé al ver este

- Espero que le guste la sopa de pescado -dijo esta haciéndome entrega del plato

- Gracias -contesté agarrando el plato

Teniendo la comida en mano, comencé a tomar múltiples cucharadas a lo que entonces la joven se sentó al otro extremo de una mesa que había en el centro de la habitación, similar a los kotatsus.

- Para hacerlo un poco más oficial, soy Iskona, y mi hermano pequeño se llama Isbarn -dijo esta con una sonrisa - Y te damos la bienvenida a Vetrarkulda, una pequeña aldea en este lugar desolado y frío -añadió rápidamente

- Es una aldea hermosa, me ha agrado el ambiente que tiene y la decoración de las estructuras -dije en respuesta

Esta entonces se le vió sonreír un poco más para entonces responder.

- Es un alivio saber eso... no muchas veces tenemos visitas. La última persona en pasar por Vetrarkulda, según mi abuelo, fue varios siglo atrás.

Al escuchar esto, me quedé unos segundos pensando; múltiples pensamientos llegaban a mi mente pero no tenía suficiente información como para tomar estos como cierto.

- Usted nos ha sorprendido, lo sabes ¿Verdad? -preguntó esta - Esos ojos que tienes, una pupila irregular con la forma de una estrella, ojos azul celeste y ámbar y un cabello como el cielo con mechones plateados; son similar a la historia que mi abuelo me contaba -dijo esta con lo que parecía ser un tono alegre

Al escuchar las palabras de estas no podía evitar estar extrañado, y en cierta manera también un poco desconcertado a lo que había dicho. Ciertamente, nadie en mente sana se sentiría normal luego de escuchar algo como ello.

- Ah... ¿Iskona, podría explicar eso? -pregunté un poco incómodo

- ¡Ah, no hay razón para yo explicar! Solo ve al otro extremo de la aldea; allá hay un templo -dijo esta levantándose y yendo a la ventana de la habitación - Allá podrás ver la información que deseas -añadió señalando en una dirección

Una vez terminé de comer, me levanté para luego darle las gracias a ella.

- Gracias por su hospitalidad -contesté para luego salir de la habitación e ir en dirección de dónde está señaló

Nuevamente, cuando comencé a caminar por las calles gélidas de la aldea, podía sentir las miradas, cuales me daban un idea de lo que esta gente pensaba al verme.

Eventualmente, tras unos minutos de caminar, llegué a lo que imaginaba que era las ruinas que Iskona había mencionado.

La entrada se veía un poco decaída, habían pedazos de hielo saliendo de las paredes y de los pilares que adornaban la entrada de lo que imaginaba que era un templo. Mirando más en detalle, pude ver en la entrada lo que parecían ser dos aldeanos. Estos estaban parados en los extremos de la entrada con dos lanzas formando una barrera cubriendo el paso a el interior de la estructura.

Acercándome lentamente, subí por unos escalones cubiertos en una leve capa de nieve hasta llegar a dónde se encontraban los guardias. Estos al verme acercarme se pusieron firmes, para entonces uno de estod hablar con voz potente.

- ¿Cuál es su razón de venir, extranjero?

Seguido a este, el otro aldeano le siguió la conversación.

- Hey, Verndari, ese no es-

- Veikari, aún siendo debe dar razón

Nuevamente la gente de esta aldea hablaba y uno se perdía en segundos, una vez más estaba perdido en que era lo que estos decían.

- Ah... Iskona me dijo que fuese hacía acá... -dije deteniéndome en la entrada

Estos se miraron uno al otro para luego volver su mirada hacia mí.

- Supongo que si ella lo dice, debe de ser correcto -dijo el que al parecer se llamaba Verndari - Bien, Veikari, déjalos pasar -dijo para mover la lanza a un lado

- Bien, bien, si tú lo dices hermano -dijo mientras también movía su lanza abriendo el paso

Hice una pequeña reverencia dándole las gracias para luego entrar a el interior de la estructura. Aunque, justo antes de entrar pude escuchar a Verndari hablar.

- Aún si haz tenido el permiso de Iskona, debes mostrar respeto dentro -dijo este parado en la entrada

Solo asentí para luego seguir caminando. Tratando de ver qué era lo que Iskona había mencionado que debía de leer o descubrir. El interior era peculiar, aún sin haber luces artificiales, el interior era bastante iluminado. Similar a como había sido dentro de la cueva al tope de la montaña dónde el dragón estaba, en estas ruinas habían cristales de hielo con un color azul brillante.

- "Son acumulaciones de mana que se han solidificado por las temperaturas bajas"

- A la verdad que no me acostumbro a esto -dije al escuchar la voz de Caelestia hablar - Aún así aprecio el conocimiento que posees

Tras decir esto, terminé llegando al fin del templo. Podía ver diferentes escrituras en las paredes en un idioma que no reconocía. Acercándome, comencé a mirar estos en más detalles pero no hacía nada de sentido.

- "El invierno infinito, cayó tras la aparición de el poseedor del ámbar celeste" -dijo esta para tomar una pausa - "Eso es lo que dice una de las líneas

- Diría que me sorprende, pero creo que es de esperarse de alguien que haya vivido miles de años

- "Es el lenguaje de los primeros años" -respondió seguido a lo que dije - "Ya no se usa debido a su complejidad"

- ¿Primeros años? Estás ruinas deben ser antigua entonces -dije algo pensativo - Entonces eso explicaría un poco las cosas -añadí al volver a mirar las ruinas

Si esto era realmente algo de miles de años atrás de seguro había información que Aikali, o mejor dicho Caelestia, no quería hacer entrega.

- Bien... ¿Entonces, apreciaría grandemente si traduces todo? -dije mientras miraba los caracteres extraños

- "Eh... pero me da vagancia"

Estaba por comenzar a discutir con esta un poco cuando unos pasos se escucharon venir detrás de mí, para luego comenzar a escuchar múltiples voces conversar.

"Esas voces..." pensé de inmediato al escucharlas

Eran voces que sentía que había escuchado tiempo atrás, pero que a la vez sentía que conocía por buen tiempo. Trataba de asimilarla con mis recuerdos pero se sentía como si no encajaba con ninguno de ellos. Así que sin más me quedé en guardia, pendiente en la dirección de dónde las voces provenían.

CaelestiabellumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora