CAPITULO 18

86 17 0
                                    

El castillo de Buckingham estaba de arriba hacia abajo, los empleados como siempre trabajando duro para que reluciera su esplendor, los cuadros siendo sacudidos perfectamente con un plumero y además de eso, el salón botánico de la reina estaba siendo preparado debido a había una reunión.

La monarca solo entró para poder tomar asiento pues al ser la anfitriona debía de llegar primero, degustando un poco de té mientras sus invitados llegaban, no esperaba que le contaran la solución del caso, quería algo más, conocer a fondo algo.

— Majestad — anuncia John Brown, su leal sirviente — El Conde Phantomhive y el General Dankworth han llegado

— Hazlos pasar — toma un sorbo de té, se abrieron las puertas dejando pasar a aquellos nobles que le servían fielmente — Que gusto verlos de nuevo — ambos realizaron una reverencia ante la suprema monarca de Reino Unido — Por favor, tomen asiento.

Luego de que sirvieran té en sus tazas y dejaran deliciosos bocadillos en el centro de la mesa, además de que los dejaran hablar a solas sobre el caso, los ojos de Victoria los miró con seriedad.

— Me informaron que usted y su tropa fueron secuestrados e incluso a punto de ser ejecutados

— Me temo que así fue, pero gracias al Conde pudimos estar a salvo

— Eso me alegra saberlo, aun así, debido a que algunos de ellos resultaron heridos y debido a que se encontraban en un estado famélico, los hice descansar por dos semanas

— Mis hombres le agradecen por su bondad

— Sin embargo, escuché cierta cosa que me ha dejado inquieta esta semana

— Si se refiere a Seal, permítame decirle que él murió al tirarse al agua

— Si eso ya se me ha informado — deja la taza en aquel plato pequeño con firmeza, realmente se miraba enfadada esta vez.

— Entonces no sabría que es lo que la tiene tan preocupada, alteza

— Pues uno de mis mayordomos hizo confesar a uno de los hombres de Seal, e informó de que una niña de trece años se encontraba en dicho barco el mismo día que el Conde había abordado y que al parecer se hicieron pasar por hermanos para atraparlos — miró al adulto que solo respiraba hondo — ¿Le parece conocida, señor Dereck? — sabia que cuando lo llamaba por su nombre de pila es porque estaba molesta.

— Majestad, se lo puedo explicar — justo quería asesinar a ese bastardo por abrir la boca y a aquel insoportable Charles Gray por darle ese dato a la anciana.

— ¿Qué me va a explicar?, ¿qué Mackenzie Alessandra Dankworth, la hija de una respetable familia estuvo en dicha situación inapropiada para una señorita de sociedad? — frunce el ceño — ¿Sabe que si se filtra esta información el honor de su familia y la de ella se verà afectada?, si así pasara entonces ni siquiera podría debutar en sociedad y ningún joven se atrevería a desposarla. — esa era la realidad que le estaba dando — Estimo mucho a su linaje por varios años, es por eso que he ordenado silenciar cualquier mención de ella en ese caso, por el bien de ella, imagine lo difícil que le será si quisiera socializar, pero la sociedad le daría la espalda por tremendo escándalo de ahora, ¿qué no pensaba en eso?

— Si me permite hablar. — interviene — Yo fui el responsable de estar a punto de manchar el honor de la señorita Dankworth, más no fue la intención que yo esperaba

— ¿Asume la culpa?

— Toda la culpa — admite — Pero defiendo mi postura, en que la señorita Dankworth tuvo valor y coraje al enfrentarse a unos barbaros, ¿no la parece?

Innocent Soul: La Belleza De Un Alma Pura  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora