CAPITULO 65

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Bajó con su traje, con un pantalón de algodón y su chaqueta, ambos de un color rosa amaranto. Sus botas camperas de piel color negro. Y su cabello atado a una trenza. La razón de su singular forma de vestir era porque esta vez planeaba salir a caballo.

— ¿Saldrás a cabalgar?. — cuestiona su madre para detenerla y abotonarle la chaqueta — Hace algo de frío, será mejor que te abrigues bien

— Si, mamá, iré con cuidado. — sonríe para tratar de irse, pero seguía deteniéndola — ¿Qué pasa?

— Algo me ocultas, ¿vas a ir a otro lado?

— Iré a Londres en caballo

— ¿Tú sola?

— Mamá, por eso no te quería decir. — suspira — Si, voy a ir sola

— ¿Y qué pasa si te asaltan o algo peor?, no, que te acompañe tu hermano

— Mamá, solamente voy a ir a visitar a Ciel, solo eso

— ¿A Ciel Phantomhive?

— El mismo

— ¿Estás segura de eso?

— ¿Por qué dudaría en ir con él?. — ríe — Bueno, me voy antes de que se haga más tarde. — se pone de puntas para darle un beso en su mejilla — No tardaré en regresar, llegaré temprano — se fue sin decir nada más y sus pasos ya no se escucharon.

— Eso no es lo que me preocupa….— susurra mirando hacia un punto perdido del suelo.

Y se subió al lomo de Great una vez le pusieron la montadura, golpeó el costado del animal para que comenzara su camino, decidió tomar el mismo trayecto que usaban con el carruaje, era seguro irse por aquella ruta.

Una vez llegando a la ciudad, se dedicaba a ir con cuidado en no ir por calles transitadas de coches, miraba los locales e incluso las casas cuando iba entre calles, saludaba cuando los transeúntes le daban las buenas tardes.

Hasta llegar a la calle en donde se encontraba el domicilio, solo había pocas cerca, alrededor de cuatro, pero demasiado alejadas, era de suponerse, a sabiendas que esa zona era de gente rica, era demasiado notorio el hecho de que quisieran un poco más de privacidad y considerando el tamaño del terreno.

Observó el número exterior, sacando un papel arrugado de la bolsa de su pantalón, confirmando que ese era. También se detuvo a apreciar la exquisita arquitectura, la familia Phantomhive eran de gustos refinados.

Ingresando a la propiedad, para detenerse y bajar del caballo hasta sujetar las riendas a un árbol, proporcionándole un par de caricias y prometiéndole que no planea tardar mucho.

Con dirección a la puerta, en ocasiones se detenía debido a los nervios. Ni siquiera había enviado una carta para anunciar su visita, tal vez el peliazul se molestaría en tener su presencia sin siquiera habérselo preguntado. Aparecerse así de la nada era algo grosero.

Giró hacia Great, con la intención de volver a subir y regresar a su hogar; pero, ya no podría seguir perdiendo el tiempo, ya estaba ahí, y no había vuelta hacia atrás.

Al estar de pie frente a la puerta, dio un respiro profundo y seguido, tres toques a la puerta para anunciar su llegada. Como siempre arreglando su vestimenta por si estaba arrugada o si tenía algo que había adquirido durante el camino como una hoja, incluso arregló su cabello, quería verse presentable.

Fue recibida por un hombre de tez morena y albino, sus ropas no eran de un caballero inglés, era extranjero.

— Buenas tardes, señorita, ¿en qué la puedo ayudar?

Innocent Soul: La Belleza De Un Alma Pura  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora