CAPITULO 34

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— Señorita, aquí está el agua que me pidió — entra a la alcoba de la más joven con una jarra en sus manos dirigiéndose hacia ella.

— Gracias, Amber — le sonríe para poder tomar con cuidado aquella jarra y poder agregarle nueva al florero que tenía en su habitación, eran las camelias blancas que recibió hace unos días por parte del conde.

— Son muy lindas, señoritas, ¿las ha comprado durante su viaje?

— En realidad, alguien me las dio

— ¿Prefiere que yo me haga cargo de estas flores cuándo vaya a clases?

— No, gracias — suspira mientras acariciaba una de las camelias con sumo cuidado de no dañarla — Estas son especiales para mí, así que yo me voy a hacer responsable, no te preocupes

— Entiendo — mira la cama que ya no tenía las sábanas ni almohadas, completamente desértica, solo era el colchón — Señorita — suspira mientras se llevaba las manos a la cintura — ¿Dónde están las sábanas y sus almohadas?

— Hice un fuerte con ellas en la sala

— ¿Cómo que un fuerte, señorita?

— Erick me había dicho que los niños a veces juegan a hacer fuertes y que los protegen, pero hoy no pudo venir así que lo dejé en la sala a medio hacer

— ¿Los tiene en la sala?

— Descuida, yo tiendo la cama esta vez — se adelanta para luego darle la espalda y seguir mirando las camelias con un brillo en los ojos — ¿Verdad que son hermosas?

— Lo son, son muy hermosas

— ¿Sabes el significado que tienen?

— En realidad, no tengo un amplio conocimiento de flores como usted

— Muchos dicen que significa admiración, amor puro e incluso se llegase a interpretar como belleza perfecta — coloca sus manos atrás — Pero para mí tienen un nuevo significado, es el inicio de una nueva amistad

— ¿Nueva amistad?

— Te voy a contar un secreto, pero no quiero que se lo cuentes a nadie más

— Por supuesto, puede decírmelo

— Si se lo digo a Susan es capaz de decirlo a medio Londres e incluso va a llegar a oídos de todo condado Hertfordshire

— Si le cuenta a Susan es capaz de llevar el chisme a todo el país

— Incluso hasta Escocia

— En eso tiene razón; pero ¿cuál es ese secreto?

— Estas flores me las ha regalado alguien muy especial — suelta una risa leve para después acomodarse la manga de su vestido que estaba algo caída y dejaba al descubierto su hombro — Me las dio el conde Phantomhive, ahora somos amigos — saca su collar con el dije de corazón de su alhajero — Y también este me lo ha regalado su mayordomo, son muy lindos los dos

— Eso es algo bueno — le sonríe de manera positiva — Que buen gusto tiene el mayordomo, ¿cómo es?

— ¿Cuál de los dos? — se sienta en la cama y después palmea justo a su lado derecho para que pudiera tomar asiento la mujer de cabellos color borgoña, misma que se negó.

— No seria apropiado, señorita — le responde algo nerviosa — Si pudiera describirme a los dos

— Bueno, el mayordomo Sebastian, es alguien muy atractivo, cabello negro, ojos rojos y muy alto; y calculo que tiene alrededor de veinte años

Innocent Soul: La Belleza De Un Alma Pura  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora