CAPITULO 61

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Seguía en cama, sentado mientras se encontraba cruzado de brazos, mirando las sábanas color perla que usaban para arroparse por las noches, inclusive el color mármol de las paredes combinaban con ellas.

Luego dirigió fugazmente sus ojos hacia la figura de su esposa, que estaba sentada frente a su tocador, cubriéndose con su bata blanca. Cepillándose el cabello hasta que pudo acomodarle y luego cubrirse por una nube de fragancia a lilas.

— ¿Qué es lo que te tiene con ese rostro tan inexpresivo? — cuestiona entrelazando sus dedos para formar un puente donde apoyaba su barbilla mientras le miraba por el reflejo.

— No es nada, cariño — suspira — Solo estoy cansado, fatigado, aturdido y preocupado

— ¿Preocupado?

— El nuevo producto que he de sacar de esta colaboración debe de tener perfección absoluta y sobre todo calidad, por eso he estado preocupado, quiero que sea un éxito

— Lo dice el hombre del éxito — sonríe con ironía.

— Anabelle, estoy hablando en serio — se pone de pie, colocándose sus pantuflas.

— Algo aparte de eso te molesta

— ¿Eso crees?

— Cuando estás de mal humor o con algo que no puedes sacar de la cabeza que te tiene tan angustiado, me llamas por mi nombre — Ethan se lo pensó por un momento, tenía razón, era tan evidente.

— Lo lamento, amor mío — y se dirigió hacia ella para besarle la cabeza, inhalando por pocos segundos la fragancia del perfume.

— No importa, no me molesta en absoluto, es más, creo que hasta me gusta que me llames con ese tono tan serio que tienes — levanta las cejas expresivamente sin retirar su sonrisa, sacándole una a su marido.

— Diecisiete años de casados y sigues siendo mi vida entera — toma su mano para besar su dorso.

— No me arrepiento de nada, es la vida perfecta, nos amamos, tenemos un estupendo hogar, unos hijos maravillosos — y observó una mueca asomarse en su marido — Ethan, querido, ¿qué hicieron esta ves los niños?

— No quiero pegarte esta preocupación, porque podrías enfermar después

— ¿Tan grave es?

— Algo

— ¿Les pasò algo?, ¿acaso tienen tuberculosis?, porque le dije el día de ayer a Mark que iba a llover un poco y que se cubriera con el paraguas, ¿me hizo caso?, claro que no — se queja tomando un broche para empezar a recoger su largo cabello.

— Esta vez no fue Mark

— ¿Mack hizo algo?

Ni siquiera le respondió, solo tomó su mano de nuevo para luego guiarla hacia la orilla de la cama para poder sentarse al mismo tiempo, dio pequeñas palmadas suaves tratando de encontrar las palabras correctas para tocar el tema.

— Lo que te voy a contar, solo va a quedar entre nosotros, no quiero que ella se entere de que lo hemos conversado ni quiero que alguno de los dos la regañemos por eso, ¿comprendes?

— Comprendo, ahora cuéntame

— Ayer durante la visita del conde Phantomhive, bueno, la llamamos a la oficina porque va a ser la modelo para la creación del juguete

— Y creo que es una maravillosa, cariño, cuando me lo contaron en ese rato en el que estuvimos en la sala, me sentí totalmente gratificada porque es una oportunidad para ella

— Lo mismo pienso yo; aunque, de lo que deseo hablar es sobre, ellos dos

— ¿Qué pasa?, ¿no te agrada su amistad?

Innocent Soul: La Belleza De Un Alma Pura  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora